(CNN Español)– España acude este domingo 20 de diciembre a unas elecciones generales marcadas por la incertidumbre, en las que lo único que parece estar claro es que supondrán el fin del bipartidismo -representado por el Partido Popular (conservador) y el Partido Socialista (centroizquierda) que se han alternado en el poder desde 1982- y una configuración completamente distinta del Parlamento.
España llega a estas elecciones en un contexto diferente a los anteriores comicios generales, llevados a cabo en noviembre de 2011. En ese momento, el país estaba en uno de los peores momentos de la crisis económica, con una situación financiera que a punto estuvo de desencadenar un rescate de la Unión Europea, como ocurrió en el vecino Portugal, o en Grecia.
Ahora, aunque la crisis no puede darse por finalizada y la cifra de desempleo es aún preocupante -21,18%- , la economía del país está creciendo a un ritmo de 3,4% -una de las cifras más altas de la zona euro- mientras que el empleo crece a un ritmo anual del 3,1%, según el Ministerio de Economía.
La economía sigue siendo uno de los temas centrales para esta elección, sobre todo en lo que se refiere a políticas de empleo, pero a diferencia de 2011 ahora surgen otros temas y, entre ellos, el de Cataluña y su proceso secesionista ocupa un lugar clave.
El fin del bipartidismo y el papel de los partidos emergentes
Una de las claves de estas elecciones es el ascenso de los llamados “partidos emergentes”: Ciudadanos (liberal) y Podemos (izquierda), lo que dará lugar a una nueva configuración parlamentaria.
“El parlamento pasará de un dominio bipartidista a un bipartidismo condicionado o un bipartidismo imperfecto”, dijo Xosé Luis Barreiro Rivas, doctor en Ciencia Política de la Universidad de Santiago de Compostela.
A la luz de las encuestas solo hay una cosa clara: habrá pactos para gobernar, ya que nadie logrará los 176 escaños necesarios para la mayoría parlamentaria. La gran duda es quién pactará con quién para llegar a al gobierno.
“La idea de que tenemos mayorías absolutas desapareció. Vamos a tener un Parlamento más influyente, más movido y hay que buscar que sea igualmente estable”, dijo Barreiro.
Tanto Ciudadanos como Podemos se presentan a estas elecciones defendiendo la bandera del cambio frente a lo que llaman “viejas políticas” del PP y del PSOE, ambos partidos sacudidos por casos de corrupción, y muy criticados por el manejo de la crisis económica.
Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, lleva varios años en la política catalana. Logró convertirse en la segunda fuerza del parlamento catalán en las pasadas elecciones de septiembre.
Podemos, surgido del movimiento de los indignados (que tuvo lugar en mayo de 2011), se convirtió en partido en enero de 2014 y apenas cuatro meses después de su fundación participó en las elecciones europeas de ese año, logrando 5 escaños. Su líder es Pablo Iglesias. Podemos, aunque no se presentó como tal en las elecciones locales de mayo, sí apoyó candidaturas de unidad popular que consiguieron éxitos tan importantes como las alcaldías de Madrid y Barcelona.
Los posibles pactos
Todas las encuestas dan como vencedor al Partido Popular de Mariano Rajoy, pero la distancia con el segundo –en casi todas las encuestas el PSOE de Pedro Sánchez-, y sobre todo quién quedaría como segunda, tercera y cuarta fuerza varía de unas a otras. Algunas encuestas colocan a Ciudadanos empatado con el PSOE.
La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) le da al PP entre 120-128 escaños, al PSOE entre 77 y 89 –actualmente PP cuenta con 186 escaños y PSOE con 110-; Ciudadanos se colocaría como tercera fuerza del Congreso con entre 63 y 66 escaños, y Podemos como cuarta con entre 45 y 49.
Barreiro Rivas no cree que “los liderazgos pasen tan pronto a los partidos nuevos”. ”Vamos a asistir en los próximos días a la necesidad de que los partidos grandes (PP Y PSOE) se pongan a pactar y los pequeños (Ciudadanos y Podemos) acepten los pactos”.
Para el profesor universitario, el escenario de negociación es más o menos claro. “Hay partidos que tienen un ámbito de coalición muy natural. Una coalición entre PP-Ciudadanos o PSOE-Podemos se podrían discutir pero son naturales y fáciles”, consideró.
La coalición permite dos fórmulas distintas, explicó Barreiro, una “coalición cooperativa”, es decir, un gobierno conjunto de los dos (o tres) partidos de la coalición, y una coalición en la que “un partido acepta dar salida al gobierno a cambio simplemente ir introduciendo en el espacio político algunas iniciativas“. Esta última es la que el experto ve como la más factible para el caso español.
Las elecciones de la incertidumbre
Sin embargo, para Julián Santamaría, catedrático en Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid, los escenarios no son tan claros.
Si hay una palabra para definir estos comicios, esa es la incertidumbre, considera el experto.
“Los partidos emergentes no han surgido para introducir un elemento de adorno en el bipartidismo, sino que han nacido para competir: Podemos con el PSOE y Ciudadanos con el PP. Por tanto, cuáles sean las posibilidades de acuerdos a partir del 20 de diciembre no están claras, porque no está claro cuáles puedan ser las directrices que orienten a esos nuevos partidos a partir de esa fecha, en función de los resultados obtenidos”, explicó Santamaría.
“No tengo claro que ninguno de ellos al día siguiente de las elecciones vaya a estar dispuesto a sumarse a uno de los otros dos partidos principales para llegar acuerdos”.
Tanto Rivera como Iglesias se han mantenido cautos a la hora de decir con quién pactarían, afirmando que ellos se presentan para ganar las elecciones y no tener que pactar.
En las pasadas elecciones locales y regionales de mayo, Ciudadanos apoyó al gobierno del Partido Popular de Madrid y al socialista de Andalucía.
Los retos del próximo gobierno
Tanto Barreiro como Santamaría coinciden en que el desafío secesionista de Cataluña y la salida definitiva de la crisis económica son los grandes retos para el gobierno que salga de las urnas el próximo domingo.
El parlamento catalán aprobó una resolución para iniciar el proceso de independencia que fue invalidada por el Tribunal Constitucional. Cataluña sigue sin formar gobierno –desde las elecciones del 27 de septiembre- debido a la falta de apoyos para el presidente en funciones Artur Mas.
Por otro lado, están los problemas heredados de los últimos años: un nivel de desempleo muy elevado, el aumento de la desigualdad y la corrupción.
Además, en política exterior, también hay grandes retos: hay conflictos –como Siria o Iraq-que exigen una constante participación y el tema de los refugiados también exige nuevas políticas, señaló Barreiro.
En las elecciones del 20-D se renovarán los 350 escaños del Congreso de los Diputados y los 208 asientos de elección directa del Senado.