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(CNNMoney) – El abogado más importante de Apple dice que cumplir con la solicitud del FBI de introducirse en un iPhone hará que todos tengan menos seguridad… y que envalentonará a los terroristas.

Bruce Sewell, consejero general de Apple, le dijo a los legisladores que Apple se encuentra en una escalada armamentista junto con los delincuentes informáticos, los piratas informáticos y los terroristas. Dijo que la compañía quiere asegurarse de que la información de sus clientes no pueda ser pirateada.

Sewell dijo que al ayudar al FBI a introducirse en el iPhone de Syed Farook, el atacante de San Bernardino, Apple crearía una puerta trasera que podría ser explotada por los piratas informáticos. Incluso observó que los terroristas comúnmente usan Telegram, un sistema cifrado de mensajería al que las autoridades no pueden espiar.

“Esto debilitará nuestra garantía y seguridad, pero no afectará a los terroristas”, dijo Sewell el martes en una declaración en una audiencia del Comité Judicial de la Cámara de Representantes.

El director del FBI dijo que todo el debate respecto a la puerta trasera en el iPhone es poco apropiado.

El director del FBI, James Comey, testificó que el iPhone 5C de Farook ya tenía una vulnerabilidad inherente de la que los investigadores están intentando aprovecharse. Pero tienen la esperanza de obtener la ayuda de Apple.

“Ya hay una puerta en ese teléfono”, dijo Comey “Le estamos pidiendo a Apple que aleje al perro guardián y que nos permita forzar la cerradura”.

La “puerta” a la que Comey hizo referencia es la clave de acceso de Farook. El perro guardián es un entorno en el iPhone que borra todos los datos del teléfono cuando se introducen 10 códigos de acceso incorrectos.

El FBI le ha pedido a Apple que cree un programa de software que evite el mecanismo de bloqueo y que les permita adivinar tantas claves de acceso como deseen. Apple ha citado la Primera Enmienda en su argumento de que el gobierno no puede obligarlo a hacer un programa de software que no desee hacer.

Los tribunales han acordado que “el código es el discurso; se nos dice que hablemos por el gobierno”, dijo Sewell. “Este es el discurso que Apple no quiere hacer”.

Apple cree que la programación de tal software constituiría una puerta trasera, lo que potencialmente permitiría que cualquiera volviera a usar tal código y que se introdujera en otros iPhones. Y esto abre la puerta para que otras entidades y gobiernos puedan exigir el acceso.

“Si se nos ordena hacer esto, será solo cuestión de tiempo antes de que obtengamos solicitudes como estas de otros lugares”, dijo Sewell, y agregó que Estados Unidos es el único país que ha exigido que Apple le ayude a evitar el cifrado.

Pero Comey insiste en que la solicitud del FBI no conlleva amplias repercusiones. Simplemente está intentando entrar en este iPhone en particular.

Él reconoció que es concebible que el software de desbloqueo pudiera caer en las manos equivocadas, pero dijo que el FBI cree que el escenario hipotético es un argumento irrazonable en contra de la cooperación de Apple.

“¿Qué pasa si los ingenieros de Apple son secuestrados?”, preguntó Comey de manera retórica.

Susan Landau, profesora de seguridad cibernética, declaró que ella está en desacuerdo con la premisa de Comey. Ella dijo que si Apple constantemente se ve forzada a evitar los bloqueos, será inevitable que ocurran fallas en la seguridad.

El fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, testificó que el cifrado del iPhone “paraliza incluso los pasos más básicos de una investigación criminal”, y que esto también evita que las autoridades absuelvan a las personas inocentes que son sospechosas de algún crimen.

Aunque Apple ha elegido luchar contra el FBI en un caso de muy alto perfil de terrorismo, Vance observó que las autoridades estatales y locales manejan el 95% de todos los procesos criminales en Estados Unidos. Ellas se ocupan de todo tipo de delincuentes.

Por ejemplo, Vance dijo que su oficina se ha visto frustrada en procesar a tres sospechosos de intento de asesinato, a personas acusadas de abusos sexuales infantiles, a acusados de pornografía infantil, a personas acusadas de agresión, ladrones y ladrones de identidades, entre otros.

Desde que Apple empezó el cifrado por defecto en septiembre de 2014, Vance dijo que su oficina se ha quedado sin acceso a 205 iPhones, o a una cuarta parte de los dispositivos de Apple que su oficina de delitos informáticos obtiene de sospechosos. En cada uno de esos casos, su oficina tenía una orden de registro válida para obtener la información de los teléfonos de los sospechosos.

Sewell sostiene que la codificación es esencial para mantener a salvo la información de los clientes de los piratas informáticos que cada vez son más sofisticados.

Él utilizó una metáfora para explicarlo y dijo que si hubiera una caja en la que Apple pudiera guardar las llaves para los iPhone (códigos de acceso) y que la compañía estuviera absolutamente segura de que nadie podría introducirse en ella, esta lo haría.

“Pero no podemos garantizar eso, esto no existe”, dijo Sewell.

Todos los que testificaron estuvieron de acuerdo en que el Congreso necesita aprobar leyes actualizadas para aclarar la responsabilidad que tienen las compañías de tecnología para entregar los datos codificados de sus clientes. Aunque cada uno le dio la bienvenida a un debate sobre el asunto, ninguno ofreció una propuesta de política especifica durante la audiencia.