(CNN) – Un novato en política que nunca ha tenido un cargo electo frente a una nacionalista de extrema derecha. Las elecciones presidenciales francesas de 2017 entrarán en los libros de historia.
Los votantes rechazaron a la clase política francesa en la primera vuelta de la elección presidencial. Con el 97% escrutado, la mesa está puesta para una segunda vuelta entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen, el 7 de mayo.
Incluso el tercer lugar estaba en disputa entre otro outsider -el candidato de la extrema izquierda Jean-Luc Mélenchon- y el candidato republicano Francois Fillon, el único favorito que representa a uno de los principales partidos.
¿Cómo llegamos aquí?
Rebobinemos cinco años. En la ronda final de la última elección presidencial, el socialista François Hollande venció a Nicolas Sarkozy de la Unión por un Movimiento Popular (ahora conocida como Republicanos).
Ambos partidos han dominado la política francesa desde la década de 1980, algo similar a lo que ocurre en EE.UU. con republicanos y demócratas, aunque en Francia, los principales partidos son a menudo apoyados por socios de coalición de menor importancia.
Con una sola legislatura en su haber, Hollande, acosado por escándalos personales y el desplome en los índices de popularidad, se hizo a un lado. Fue la primera vez desde 1958 que un presidente no buscaba la reelección.
Benoit Hamon, elegido por los socialistas para reemplazar a Hollande, tuvo problemas para salir de la sombra de su predecesor, y logró solo el 6,3% de los votos en las elecciones del domingo.
El colapso de la corriente principal de voto de izquierdas debería haber beneficiado a los republicanos, pero ellos también enfrentaron problemas.
Primero en caer fue Sarkozy, cuyo intento de retorno a la política francesa terminó en una derrota humillante con un tercer lugar en las primarias republicanas.
El ganador de esa carrera, Fillon, parecía una apuesta segura para la presidencia, hasta que surgieron acusaciones de que pagó a su esposa e hijos por trabajos que no hicieron. Él niega las acusaciones, pero se dañó su imagen como político libre de escándalos, y, con el 97% de las mesas escrutadas, se disputaba el tercer puesto con Mélenchon.
¿Cómo lo hicieron?
Emmanuel Macron surgió de los restos de los dos partidos del sistema.
Macron, exbanquero de 39 años y exministro de Economía del gobierno de Manuel Valls, creó su propio partido, En Marche!, que rápidamente atrajo a miles de miembros y subió en las encuestas.
Él prometió reformar los sistemas de bienestar y de pensiones de Francia, políticas pro negocios, y aumentar los gastos de defensa.
La debilidad de la izquierda y de la derecha parecía crear la circunstancia ideal para un centrista como Macron, que apeló tanto a los votantes inclinados hacia Fillon como a los socialistas.
Macron es un firme defensor de la Unión Europea, a diferencia de su rival, Marine Le Pen, quien ha llevado al partido racista y antisemita fundado por su padre, Jean-Marie Le Pen, al alcance de la presidencia.
Exlegisladora de los Parlamentos francés y europeo, Le Pen, a pesar de venir de la periferia de la política francesa, fue una de las figuras más reconocidas en esta campaña y dominó los titulares en el país y en el extranjero.
Antiinmigrante, económicamente conservadora y partidaria de sacar a Francia tanto de la UE como de la OTAN, la elección de Le Pen sería una dramática ruptura con la tradición de la política francesa.
Sus posibilidades han sido impulsadas por las preocupaciones sobre el terrorismo y la crisis de refugiados en curso.
¿Cuáles son sus posibilidades?
A pesar de su gran actuación en la primera ronda de votaciones, Le Pen se enfrentará a un obstáculo mucho mayor ante Macron, en torno a quien las demás corrientes políticas se están uniendo.
Hamon instó a los votantes socialistas a respaldar a Macron “incluso aunque no es de izquierda”, como lo ha hecho el actual primer ministro, Bernard Cazeneuve. Hablando después de la votación del domingo, Fillon dijo que el Frente Nacional “tiene una historia conocida por su violencia e intolerancia. Su programa económico y social conducirá a nuestro país al fracaso”.
Los líderes de la UE también apoyarán probablemente a Macron, al menos en privado, en un intento de evitar otro brexit.
La última vez que el Frente Nacional llegó tan cerca de la presidencia -en 2002, cuando Jean-Marie Le Pen disputó la segunda vuelta, los votantes de todo el espectro político derrotaron a la extrema derecha.
Jacques Chirac aplastó a Le Pen con más del 82% de los votos, la mayor diferencia en una votación presidencial francesa, en medio de una gran participación, donde sólo el 20% de los votantes registrados se quedó en casa.
Más del 73% de los votantes en la primera ronda del domingo votó por un candidato distinto a Le Pen.
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James Masters, Bryony Jones y Melissa Bell contribuyeron con este reporte reportaje.