(CNN) – El mundo espera ansiosamente la sexta prueba nuclear de Corea del Norte.
Más de un mes después de que funcionarios de Estados Unidos y Corea del Sur declararon públicamente que Corea del Norte estaba listo para hacer estallar una bomba nuclear y casi dos semanas desde que analistas dijeron que el sitio de pruebas nucleares Punggye-ri estaba “preparado y listo”, ninguna detonación ha ocurrido.
Con cada prueba de misiles, Corea del Norte se acerca a su objetivo declarado de desarrollar un arma nuclear que pueda ser instalada en un misil capaz de llegar a Estados Unidos.
Entonces, ¿cuál es la demora?
“Creo que es seguro que van a llevar a cabo un sexto ensayo nuclear en algún momento”, dijo a CNN Jean Lee, del Wilson Center y profesor de Estudios de Corea del Norte. “Pero calibran el momento con mucho cuidado y están tomando una serie de factores en consideración”.
Un funcionario estadounidense dijo a CNN el martes que los militares habían observado una actividad significativa en el sitio de pruebas nucleares Punggye-ri, con una nueva excavación en la entrada del túnel. El funcionario dijo que esta actividad sugiere que la nueva prueba nuclear no es inminente.
El patrón
El Estado comunista tiene en consideración asuntos internos y de geopolítica para llevar a cabo estas pruebas. Se utilizan para fines técnicos y políticos, mostrando la fuerza del régimen y enviando un mensaje desafiante a norcoreanos y adversarios en el extranjero.
Las pruebas se realizan a menudo en ciclos predecibles, dice Lee, programándolas para sacar rédito geopolítico o aprovechar el fervor nacionalista en días de fiesta.
Recientemente, Corea del Norte realizó un fallido lanzamiento de misil el 16 de abril, el día después del Día del Sol, la fiesta más importante del país. La primera prueba de misiles después de la asunción del presidente estadounidense, Donald Trump, tuvo lugar cuando este estaba reunido con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en febrero.
Había cierta especulación sobre que Corea del Norte podría utilizar el 85 aniversario de la fundación de su Ejército, este martes 25 de abril, para llevar a cabo un lanzamiento de misil o una prueba nuclear. Durante la señalada fecha del calendario norcoreano, Pyongyang realizó ejercicios de artillería de gran escala.
Según analistas, el aniversario de la Guerra de Corea, el 25 de junio, podría ser la fecha para la próxima prueba nuclear.
El problema de darle demasiada importancia a este patrón es que Pyongyang puede reconocer si el mundo está pendiente y reaccionar en consecuencia.
“Si estas fechas están impulsando la localización del (grupo de ataque USS) Carl Vinson, el problema es que el Vinson puede irse y Corea del Norte hacer una prueba nuclear la semana siguiente”, dijo John Delury, profesor asociado en la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Yonsei, en Seúl. “No tienen que vincular estas pruebas a una fecha determinada”.
Algunos predijeron que el sexto ensayo nuclear tendría lugar en torno a la conmemoración del Día del Sol, el aniversario del nacimiento del fundador del país, Kim Il Sung. Pero la fiesta llegó y terminó sin él.
Al tener el sitio nuclear listo, Corea del Norte mantiene al mundo en ascuas, según los analistas.
“Parte de lo que quieren es estar en los radares de Donald Trump y de los líderes del mundo. Y lo han logrado”, dijo Lee.
¿Ya la tienen?
El objetivo final de Pyongyang es claro: conseguir un arma nuclear que pueda llegar a Estados Unidos.
Su ambigüedad sobre sus intenciones y capacidades inmediatas les da una ventaja, ya que nadie fuera del círculo íntimo de Kim Jong Un puede decir con absoluta certeza lo que Corea del Norte puede o no puede o hacer a estas alturas.
Michael Hayden, exjefe de la CIA, predijo que Corea del Norte probablemente será capaz de golpear a Seattle con un arma nuclear a bordo de un misil balístico intercontinental.
Corea del Norte dice que ya está a mitad de camino.
Una serie de fotos publicadas en marzo el año 2016 mostraron a Kim inspeccionando lo que los norcoreanos afirmaron era un arma nuclear miniaturizada.
Pyongyang dijo después de su quinto ensayo nuclear, en septiembre, que hizo detonar una ojiva nuclear miniaturizada que puede ser instalada en un misil, aunque los analistas dicen que tal reivindicación es casi imposible de verificar.
El desarrollo de misiles balísticos intercontinentales sería el siguiente paso en la amenaza a Estados Unidos.
Tong Zhao, del programa de Política Nuclear del Centro Carnegie-Tsinghua, dijo que después de cinco pruebas nucleares, Corea del Norte probablemente tenga la capacidad de miniaturizar un arma nuclear capaz de ajustarse a un misil.
Realizar más pruebas es sólo una manera de aumentar el rendimiento de una ojiva o su poder destructivo, y no son vitales para su objetivo final.
“Tener un mayor rendimiento no añade demasiado a sus capacidades de disuasión nuclear existentes”, dijo Zhao.
“Eso significa que pueden permitirse el aplazamiento o incluso la cancelación de pruebas (nucleares) adicionales, y, por lo tanto, las pueden usar como potencial moneda de cambio o incluso pueden ofrecer renunciar a ellas como buen gesto en el caso de que la administración Trump esté interesada en un compromiso”.
Presión global
La presión de China y Estados Unidos podría ser un factor, aunque los expertos advierten que es difícil de determinar, ya que Corea del Norte a menudo reacciona a la presión internacional y a las medidas punitivas con desafíos.
China, el mayor respaldo económico de Corea del Norte, parece estar empezando a cansarse del comportamiento desestabilizador de su vecino. Si Beijing presiona a Pyongyang con medidas estrictas, como detener las exportaciones de petróleo, la economía de Corea del Norte podría colapsar, según los expertos.
En el lado estadounidense, el presidente Trump y su administración dicen que “todas las opciones están sobre la mesa”, incluyendo la acción militar.
También está desplazando activos militares a la región, incluyendo el grupo de ataque del portaaviones USS Carl Vinson y uno de sus más poderosos submarinos, en lo que los analistas dicen que es una demostración de fuerza.
Si Corea del Norte cree Trump va en serio acerca de la opción militar, esa amenaza podría empujar a Kim a la mesa de negociaciones tal y como hizo su abuelo, dijo el ex secretario de Defensa William J. Perry a Christiane Amanpour, de CNN.
En 1994, Kim Il Sung, el entonces presidente de Corea del Norte, “creyó que Estados Unidos estaba dispuesto a emprender una acción militar, y jugó un papel muy importante, creo, en su cálculo”, dijo.
“Hoy en día, probablemente el actual presidente de Corea del Norte crea que Estados Unidos se está preparado para emprender una acción militar”, dijo Perry. “Paradójicamente, la peligrosa situación en la que estamos ahora ha creado el ambiente en el que en realidad la diplomacia podría tener éxito”.
Ryan Browne contribuyó con este reporte