(CNN) – La más reciente crisis del presidente de Estados Unidos, Donald Trump —sobre el reporte de que supuestamente reveló información clasificada a Rusia— le está dando voz a una pregunta que se ha murmurado en privado en Washington durante varias semanas de agitación política: ¿Está el presidente a la altura del trabajo?
“No se trata realmente sobre el poder del presidente. Él tiene el poder de hacer esto”, dijo el exdirector de la CIA, Michael Hayden, en el programa CNN Tonight este lunes. “Se trata más bien sobre el presidente y su actuación”.
La nueva tormenta que envuelve a una ya acosada Casa Blanca es tan potencialmente dañina porque va más allá de la simple posición personal y la reputación del presidente.
El revuelo, que fue reportado primero por The Washington Post, tiene implicaciones de seguridad nacional, de inteligencia e incluso internacionales, que la Casa Blanca no logró abordar en su intento por derribar esta historia, el lunes por la noche. Incluso es posible que haya vidas en riesgo, considerando que la información que Trump habría compartido está relacionada con una trama de ISIS contra la aviación civil, que actualmente es la amenaza terrorista más urgente de Estados Unidos.
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Una vez más, la credibilidad de la operación política de la Casa Blanca y los esfuerzos de su operación de comunicaciones para mantenerse al día con el liderazgo de un presidente inexperto, están en juego.
“Estamos viendo los resultados de que él sea un poco indisciplinado, impulsivo, instintivo e intuitivo, [de tener] poca paciencia para la preparación y poca paciencia para el proceso”, dijo Hayden. “Cuando se sale del libreto como esto es, en últimas, destructivo con sus propósitos”.
Aquí está por qué:
1. La pregunta sobre la competencia
Hay pocos activos tan importantes para un presidente como la reputación de la competencia para ejercer el cargo. Una vez que la confianza del público en la capacidad del presidente de hacer su trabajo se desvanece, su deceso político puede ser brutalmente rápido. Los presidentes George W. Bush y Jimmy Carter pueden dar fe de esto.
Por esto es que esta historia puede terminar siendo tan dañina para Trump.
El escándalo anterior que azotó a la Casa Blanca, sobre los incendiarios tuits del presidente y una letanía de falsedades sobre el tamaño de la multitud en la toma de posesión, pueden ser atribuidos al estilo idiosincrásico del presidente Trump. Pero los críticos ven la despedida del director del FBI, James Comey, como evidencia de instintos autocráticos más preocupantes.
El reporte de que Trump compartió información secreta sobre un complot terrorista de ISIS con funcionarios rusos en la Oficina Oval, el pasado miércoles —la mañana después de que Comey fuera despedido—, genera una pregunta más interesante sobre si al presidente se le pueden confiar responsabilidades más serias propias de su trabajo y si él entiende las implicaciones de discutir los secretos más íntimos de Estados Unidos con su adversario.
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Mientras esas preguntas pasaban por Washington en la noche del lunes, la Casa Blanca era un búnker mental. E incluso los aliados que han apoyado, hasta ahora, al Gobierno están dudando ahora sobre su credibilidad.
Alan Dershowitz, profesor emérito de la Universidad de Harvard, dijo que Trump está a salvo de enfrentarse a investigaciones criminales o a un juicio político porque el presidente tiene el poder de desclasificar informes de inteligencia. Sin embargo, hizo una impresionante evaluación de la gravedad de la situación.
“Este es el cargo más serio que se ha hecho en contra de un presidente de Estados Unidos. No lo subestimemos”, le dijo Dershowitz a Erin Burnett de CNN.
Pero Trump devolvió el golpe este martes muy temprano, desestimando implícitamente las acusaciones de su competencia argumentando que había tomado una decisión estratégica de compartir información de inteligencia con sus invitados en la Oficina Oval.
“Como presidente quería compartir con Rusia (en una reunión en la Casa Blanca abiertamente programada), lo que tengo todo el derecho de hacer, datos relacionados con terrorismo, seguridad en los aviones, razones humanitarias, además quiero que Rusia mejore su lucha contra ISIS y el terrorismo”, tuiteó este martes.
2. El ángulo de la inteligencia
Hasta el momento, ha habido varios reportes de que agencias aliadas de inteligencia —temerosas de la capacidad de este gobierno de guardar los secretos más sensibles— han sido cautelosas de compartir información secreta con Estados Unidos.
Esas preocupaciones parecen hoy multiplicarse.
The Washington Post dijo en su reporte, cuyos principales detalles fueron confirmados por CNN, que Trump les contó a los rusos información proporcionada a Estados Unidos por una agencia asociada en un acuerdo de intercambio de inteligencia que era tan sensible que los detalles fueron retenidos por los aliados y la restringieron incluso dentro del Gobierno de Estados Unidos.
Las consecuencias de esto podrían ser incluso más serias, le dijo el funcionario de la CIA Bob Baer a Burnett de CNN.
“Al revelarle esto a los rusos, el presidente ha perdido el control de esta información. Esta va a ir a los sirios, a los iraníes, que son aliados rusos”, dijo Baer.
“La habilidad de proteger esa fuente quien quiera que sea, donde quiera que esté, ha sido gravemente socavada… si un funcionario de la CIA hubiera revelado esta información a los rusos hubiera sido instantáneamente despedido”, agregó.
La Casa Blanca se apresuró a responder al informe el lunes por la noche, emitiendo varias declaraciones antes de que el teniente general H.R. McMaster, asesor de Seguridad Nacional de Trump, quien participó en la reunión, se pronunciara oficialmente ante los reporteros de la Casa Blanca.
“En ningún momento se discutieron las fuentes o métodos de inteligencia y el presidente no reveló ninguna operación militar que no fuera conocida públicamente”, dijo. “Yo estaba en el lugar, eso no sucedió”.
Pero mientras la identidad del país que ha entregado esa información a Estados Unidos no es públicamente conocida, es poco probable que sea difícil para los rusos, con sus sofisticadas agencias de inteligencia, averiguar de quién se trata.
Esto abre la posibilidad de que inteligencia vital, clave para proteger vidas, pueda no estar disponible para los servicios clandestinos de Estados Unidos en el futuro.
Legisladores y funcionarios de inteligencia ya están alertando que revelar este tipo de información podría dañar los esfuerzos de Estados Unidos para contrarrestar una trama de ISIS para poner explosivos en computadoras portátiles y otros dispositivos electrónicos para evadir la seguridad aeroportuaria.
3. El golpe político
Una razón por la cual Trump es tan vulnerable políticamente a los reportes de este lunes es que ancló gran parte de su campaña contra la candidata demócrata, Hillary Clinton, por su manejo de información clasificada.
Pero ahora parecer ser que él ha actuado de una manera que es tan, si no más, perjudicial para los secretos estadounidenses como el esquema de correos electrónicos de Clinton, exponiéndolo a acusaciones de hipocresía.
Entre tanto, los republicanos se están poniendo nerviosos por el caos constante en torno a la presidencia de Trump, y constantemente se han visto forzados a abordar estos temas, en detrimento de su única oportunidad de usar las mayorías republicanas en el Capitolio para promulgar una agenda conservadora.
La senadora republicana por Maine, Susan Collins, dijo este lunes de manera sarcástica: “¿Podemos tener un día libre de crisis? Es todo lo que pido”.
Lo que desconoce la Casa Blanca es si la más reciente crisis de Trump será tan importante que provocará un daño político de mayor magnitud de lo que ha experimentado hasta ahora.
Y aunque aún es muy temprano para evaluar cómo las constantes controversias de Trump impactarán las perspectivas republicanas en las elecciones de mitad de mandato de 2018, algunos legisladores vulnerables deberán empezar a pensar en sí mismos más que en el destino del gobierno de Trump.
4. La pregunta sobre Rusia
Si la sospecha en Washington era desenfrenada sobre los posibles vínculos del presiente con Rusia, ahora se va a salir de control.
Ahora los demócratas están usando el aparente fallo de inteligencia de Trump para renovar su llamado para que un fiscal especial pruebe las acusaciones de la intromisión de Rusia en las elecciones y la posible colusión de la campaña de Trump, además de aumentar la presión sobre los republicanos en este tema.
Los hechos de este lunes renovarán la intensa curiosidad de por qué Trump, a diferencia de casi todo el mundo en Washington, no parece tan preocupado por Rusia y sus motivos.
5. El ángulo internacional
Las revelaciones explosivas de este lunes salieron en un momento cuando el presidente se está preparando para dar sus primeros pasos en el escenario mundial. Este viernes empezará un viaje a Arabia Saudita, Israel, Italia y Bélgica.
Esto será una prueba onerosa para el inexperto jefe de Estado. Trump estará incluso bajo una intensa presión para contrarrestar percepciones en el extranjero de que no está a la altura en la Oficina Oval y deberá asegurarle a los líderes extranjeros que Estados Unidos sigue siendo una fuerza en el mundo bajo su liderazgo y puede mantener los secretos de los aliados.
Pero no solo la reputación del presidente es lo que está en juego. La credibilidad de Estados Unidos, la nación más poderosa del mundo y garante de la seguridad occidental, la que ha sido erosionada públicamente.
En últimas, se trata del propio Trump y su actitud hacia el trabajo.
“Él es muy inexperto, esto es absolutamente un nuevo mundo para él”, dice Hayden. “Si lo culpara por algo, no sería por su inexperiencia, sino por que no tiene humildad ante ello”.