CNNE 413474 - 413473
Trump pasa factura a la OTAN
01:14 - Fuente: CNN

(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó este jueves a la sede central de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas, bajo una nube de sospechas por la seguridad de la inteligencia internacional que fue compartida con su país. Una polémica que el mandatario intentó desviar comprometiéndose a ponerle fin a las filtraciones de la información secreta.

Trump debía enfrentar a la primera ministra británica Theresa May, quien está enfurecida y planea confrontarlo sobre las filtraciones de inteligencia del ataque suicida que ocurrió este lunes en Manchester.

Poco después de que llegara a la OTAN, Trump emitió un comunicado condenando las revelaciones no autorizadas.

“Las supuestas filtraciones que salieron de agencias gubernamentales son profundamente preocupantes”, afirmaba el pronunciamiento. “Estas filtraciones han estado ocurriendo por mucho tiempo y en mi gobierno llegaremos al fondo de esto. Las filtraciones de información delicada plantean una seria amenaza a nuestra seguridad nacional. Le estoy pidiendo al Departamento de Justicia y a las otras agencias pertinentes que empiecen una revisión completa de este tema y, en caso de ser necesario, los culpables deberán ser procesados bajo todo el peso de la ley”, agregaba la comunicación.

Además, en su declaración, el presidente también escribió: “No hay ninguna relación que apreciemos más que la relación entre Estados Unidos y Gran Bretaña”.

Esta era la primera vez que Trump se enfrentaba a May desde el ataque en Manchester y sucedió durante una reunión en Bruselas entre líderes europeos y estadounidenses. Durante los días posteriores a la tragedia, apareció información secreta sobre la investigación en los medios de comunicación de Estados Unidos, después de que funcionarios de este país filtraran los datos.

“Sobre el tema del intercambio de inteligencia con Estados Unidos, tenemos una relación especial con ese país. Es nuestro socio de seguridad y de defensa más significativo”, le aseguró May a los periodistas cuando llegó a la cumbre de la OTAN en Bruselas.

“Por supuesto que esa asociación está construida sobre la base de la confianza y parte de esa confianza es saber que la inteligencia puede compartirse confidencialmente. Hoy le dejaré muy claro al presidente Trump que la información que intercambian las agencias de seguridad debe mantenerse a salvo”, añadió la primera ministra.

Previo a la reunión de la OTAN, Trump ignoró las preguntas acerca de si Gran Bretaña podía confiarle su información de inteligencia a Estados Unidos, mientras saludaba al presidente de Francia Emmanuel Macron afuera de la residencia del Jefe de Misión estadounidense. Una vez adentro, Trump volvió a rechazar las preguntas pronunciando un “gracias” justo antes de retirar a los periodistas de la sala.

Los funcionarios británicos están que echan chispas porque la información sobre el ataque llegó a la prensa estadounidense después de que la compartieran con sus colegas en ese país.

Este hecho ha puesto una sombra sobre la cuarta visita de Trump en su primer viaje internacional, en el que también pasó por Arabia Saudita, Jerusalén y Roma. Y en Estados Unidos el ambiente tampoco se distensiona: también han surgido preguntas por los supuestos vínculos entre la campaña electoral del presidente con Rusia, una trama de la que Trump esperaba escapar en su recorrido por el extranjero.

La confrontación por las filtraciones llevó a que se suspendiera temporalmente el intercambio de información de inteligencia entre la Policía de Manchester y los funcionarios estadounidenses, según afirmó el alcalde de esa ciudad Andy Burnham. En la tarde del jueves se reinstauró la cooperación de inteligencia, dijo el Consejo Nacional de Jefes de Policía.

La disputa por la información sensible amenazó con enfriar la introducción formal de Trump ante los líderes de la OTAN en Bruselas, que además es la primera reunión con los jefes de estado desde que el presidente estadounidense asumió el cargo. En su paso por Bélgica, Trump participará en una ceremonia que honra el pacto mutuo de la defensa de la OTAN y sostendrá encuentros durante la cena.

Ahora, el presidente de Estados Unidos conoció a la mayoría de líderes durante vistas que estos hicieron a la Casa Blanca, pero su aparición en Bruselas ofrece la primera oportunidad que tiene para sostener discusiones más amplias con sus homólogos de otros países.

Durante meses, Trump ha estado luchando contra las filtraciones al interior del gobierno de su país. Y este puede ser un momento en el que el presidente plantee un caso similar en el escenario internacional.

Los funcionarios de su gobierno estaban evaluando cómo podría responder el mandatario cuando llegara a la cumbre de la OTAN en la tarde de este jueves. La Casa Blanca no hizo comentarios inmediatos.

Estados Unidos y Gran Bretaña hacen parte del pacto de inteligencia “Five Eyes”, para compartir información entre los países angloparlantes. El líder de otro de los miembros en el tratado, el primer ministro de Canadá Justin Trudeau se negó a responder directamente este jueves si estaba reconsiderando el acuerdo sobre inteligencia de su país con Estados Unidos.

“El historial ha demostrado la colaboración y la cooperación entre los aliados”, sostuvo Trudeau antes de las conversaciones en la OTAN. “Seguiremos colaborando y trabajando juntos para asegurarnos de que hacemos todo lo posible en mantener a los ciudadanos y a las comunidades a salvo”.

Trump por su parte no planeaba hablar con la prensa en la OTAN, a diferencia de varios de sus homólogos, entre ellos Trudeau, May, Macron y la canciller alemana Angela Merkel.

La lucha contra el extremismo ha sido un tema central en el primer viaje internacional de Trump. El ataque terrorista en Manchester le ha agregado urgencia al argumento del presidente.

“Cuando ves algo como lo que pasó hace unos días, te das cuenta de lo importante que es ganar esta lucha”, explicó el presidente estadounidense durante la noche de este miércoles, en el Palacio Real de Bruselas. “Ganaremos esta pelea, es una situación horrible, lo que ocurrió es horrible, impensable, pero vamos a ganar”, insistió.

Este mes, el gobierno de Trump se ha enfrentado en múltiples ocasiones a cuestionamientos sobre la santidad de la información compartida por gobiernos de otros país.

Durante una reunión con funcionarios rusos el pasado 10 de mayo, el presidente de Estados Unidos les reveló detalles altamente confidenciales sobre el complot de una bomba en un avión. La información fue recopilada por los servicios de inteligencia de Israel y se dijo que era tan detallada que resultaba obvio saber de dónde venía.

Cuando visitó Israel a principios de esta semana, Trump insistió en un momento sin protocolos que él nunca les mencionó el nombre del país a sus invitados rusos. Pero ni él ni la Casa Blanca han discutido que comentó el complot del avión con el ministro ruso de Asuntos Exteriores y el embajador de ese país en Washington.

Después de que el presidente salió de Jerusalén este martes, el ministro de Defensa de Israel Avigdor Liberman informó que los dos gobiernos debatieron el asunto e hicieron una “corrección aguda”.

“Todo lo que necesitábamos discutir fue discutido”, explicó Liberman. “Hicimos una investigación, todo lo que se debería haber hecho –todas las conclusiones– todo se hizo”, agregó.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aseguró junto a Trump que la coordinación de inteligencia entre su gobierno y Estados Unidos era “estupenda”.

A principios de esta semana, también se reveló que Trump le dijo al presidente de Filipinas Rodrigo Duterte que Estados Unidos había enviado dos submarinos nucleares a las aguas de la península de Corea, despertando más preguntas sobre el manejo que el presidente le está dando a la información delicada.

La revelación se produjo a raíz de la transcripción filtrada de una llamada telefónica entre los dos líderes, el pasado 29 de abril.