(CNN Español) – Un retroceso. Así definió el gobierno de Cuba el plan del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de enfriar las relaciones entre los dos países. El anuncio de Trump, que estuvo centrado en informar que cancelará el tratado que firmaron el expresidente Obama y el líder cubano Raúl Castro en 2014 y en retomar las restricciones de viaje y comercio, no cayó bien en la isla. Ante estas declaraciones, el comunicado publicado en el periódico oficial Granma indicó que el gobierno de Estados Unidos “recurre a métodos coercitivos del pasado, al adoptar medidas de recrudecimiento del bloqueo, en vigor desde febrero de 1962”.
Una situación que a su juicio provoca daños y privaciones contra los habitantes de Cuba y representa “un innegable obstáculo al desarrollo” de la economía. Además de afectar la soberanía y los intereses de otros países. Justamente, si bien Trump reveló que los cambios no serán inmediatos, sí aseguró que no levantará las restricciones hasta que todos los presos disidentes sean liberados y hasta que haya elecciones libres y verificadas. “No permaneceremos más en silencio frente a la opresión comunista”, sostuvo el mandatario estadounidense, antes de afirmar que reiterará la posición de su país a los esfuerzos de las Naciones Unidas para levantar el embargo a Cuba hasta que se haga más para cumplir con los derechos humanos.
Pero para el gobierno de la isla, hay un doble rasero a la hora de tratar el tema de los derechos humanos. “El pueblo cubano disfruta de derechos y libertades fundamentales, y exhibe logros de los que se siente orgulloso y que son una quimera para muchos países del mundo”, sostuvo en el comunicado antes de asegurar que en Cuba hay una garantía al derecho a la salud, la educación, la seguridad social, el salario igual por trabajo igual, los derechos de los niños, y el derecho a la alimentación, la paz y al desarrollo.
“Los Estados Unidos no están en condiciones de darnos lecciones”, sentenció antes de arremeter contra lo que considera son violaciones a los derechos humanos por parte de ese país. “Tenemos serias preocupaciones por el respeto y las garantías de los derechos humanos en ese país, donde hay numerosos casos de asesinatos, brutalidad y abusos policiales, en particular contra la población afroamericana”, explicó el gobierno de Cuba en el comunicado.
También indicó que los cambios que se necesiten en la isla “los seguirá decidiendo soberanamente el pueblo cubano”. Y tildó al presidente estadounidense de estar “mal asesorado” y tomar decisiones que “favorecen los intereses políticos de una minoría extremista de origen cubano del estado de Florida”. Cabe recordar que Trump anunció las medidas de congelamiento contra el país al mando de Raún Castro en un barrio predominantemente cubano de Miami.
“Como hemos hecho desde el triunfo del 1ro. de enero de 1959, asumiremos cualquier riesgo y continuaremos firmes y seguros en la construcción de una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible”, concluyó el comunicado.