(CNN) – Dos de los más altos funcionarios de inteligencia del país le dijeron la semana pasada al equipo del fiscal especial para la investigación por la intromisión de Rusia en la elección de EE.UU., Robert Mueller, que el presidente Donald Trump les sugirió que dijeran públicamente que no hubo colusión entre su campaña y los rusos, según múltiples fuentes.
El director nacional de Inteligencia Dan Coats y el director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Mike Rogers, describieron sus interacciones con el presidente sobre la investigación de Rusia como extraña e incómoda, pero dijeron que no creen que el presidente les haya dado órdenes para interferir, de acuerdo con múltiples fuentes familiarizadas con el informe.
Las fuentes dicen que ambos hombres fueron más allá de lo que lo hicieron el pasado 7 de junio en las audiencias públicas cuando dieron pocos detalles sobre esas interacciones con Trump.
Las fuentes le dieron a CNN un primer vistazo de lo que los jefes de inteligencia les dijeron a los investigadores de Mueller en entrevistas separadas la semana pasada. Ambos hombres le dijeron al equipo investigador que les sorprendió que el presidente pudiera sugerir que ambos declararan que él no estaba involucrado en colusión, dijeron las fuentes. El equipo de Mueller, que está en las primeras etapas de la investigación, determinará si las interacciones son relevantes para la investigación.
Coats y Rogers también se reunieron de manera individual con el Comité de Inteligencia del Senado en dos sesiones informativas cerradas que fueron descritas a CNN por fuentes demócratas y republicanas.
Una fuente dijo que Trump quería que Coats y Roger dijeran públicamente que el entonces director del FBI James Comey le había dicho al presidente en privado que él no estaba bajo investigación por colusión. Sin embargo, fuentes dicen que ninguno de los dos estaban preocupados de que Trump los estuviera presionando para hacer algo que ellos no querían hacer. Ninguno tomó acción respecto a la supuesta sugerencia del presidente.
Trump ha dicho en varias oportunidades que no hubo colusión. “Luego de siete meses de investigaciones y audiencias en comités sobre mi ‘colusión con los rusos’, nadie ha sido capaz de mostrar ninguna prueba. ¡Triste!”, tuiteó el presidente el pasado 16 de junio.
La Casa Blanca no hizo ningún comentario para esta historia. Tampoco lo hicieron la Dirección Nacional de Inteligencia, ni la NSA, ni la oficina del fiscal especial Robert Mueller.
Como las reuniones eran clasificadas, las fuentes compartieron detalles limitados. Pero dijeron que dos líderes de inteligencia relataron conversaciones que parecen mostrar la profunda frustración del presidente de que las alegaciones sobre Rusia sigan nublando su gobierno.
La pregunta de lo que el presidente les dijo a Coats y a Rogers ha estado rondando al gobierno desde que el periódico The Washington Post reportara tales interacciones a finales de mayo.
CNN confirmó las interacciones de marzo entre los jefes de inteligencia y el presidente en las que él hizo estos requerimientos. Estas ocurrieron pocos días después de que Comey públicamente confirmara por primera vez la existencia de una investigación federal de potencial colusión entre la campaña de Trump y Rusia.
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En una audiencia pública de inteligencia del Senado a principios de este mes en la que ambos testificaron, los senadores de ambos partidos quedaron frustrados y enojados luego de que ninguno de los jefes de inteligencia aclarara exactamente lo que el presidente les dijo. Rogers y Coats dijeron que no se sintieron presionados para hacer nada pero no describieron ningún detalle de sus conversaciones con Trump.
“En los más de tres años que he sido director de la Agencia Nacional de Seguridad, según lo recuerdo, nunca me han obligado a hacer algo considere ilegal, inmoral, antiético o inapropiado, y según lo recuerdo, durante el mismo periodo de servicio no recuerdo haberme sentido presionado a hacerlo”, dijo Rogers durante la audiencia pública.
Coats ofreció una respuesta similar.
“En mi tiempo de servicio, en el que he interactuado con el presidente de Estados Unidos o cualquier persona de su gobierno, nunca he sido presionado —nunca me he sentido presionado— para intervenir o interferir de cualquier forma para moldear la información de inteligencia en una manera política o en relación con una investigación en curso”, dijo Coats.
La razón de su reticencia pública, según le dijo a CNN una fuente del Congreso, es que Coats y Rogers le pidieron consejo a la Casa Blanca sobre si sus conversaciones con el presidente estaban protegidas por el privilegio ejecutivo, lo que significa que no se les permitía discutirlo. Ellos no tuvieron una respuesta de la Casa Blanca antes de testificar y no supieron cómo contestar ante el comité. El resultado fue una audiencia pública incómoda y contenciosa.
En reuniones de seguimiento clasificadas con el Comité de Inteligencia del Senado fueron más comunicativos, según fuentes familiares a esas reuniones a puerta cerrada.
Una fuente del Congreso expresó su frustración sobre el hecho de que Coats y Rogers no respondieron las preguntas en público, especialmente porque lo que terminaron expresando en privado fue que no sentían que el Presidente los hubiera presionado a ninguno de los dos para que hicieran algo inapropiado.
La interacción de Rogers con el presidente también está documentada en un memorando escrito por su adjunto en la NSA, Richard Ledgett.
Una fuente del congreso que vio el memorando le dijo a CNN que es de una página y que, a diferencia de los memos escritos por el exdirector del FBI, James Comey, este no entrega muchos detalles de la conversación. En cambio, simplemente documenta que la interacción ocurrió, y deja claro que Rogers pensó que era algo fuera de lo común.
Coats no documentó sus conversaciones con el presidente sobre este tema, dijo la fuente.