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#LaCifraDelDía: 177 es el número de canales de Venecia, que lucha contra la comida rápida
00:54 - Fuente: CNN

(CNN) – ¿Puede Venecia salvarse a sí misma? Los habitantes de la ciudad dicen que se está hundiendo y no precisamente bajo las aguas del Adriático –cuyo nivel va en aumento–, sino bajo el torrente de turistas que la invaden.

Para el archipiélago más famoso del mundo, el siglo XX llegó con un nuevo aeropuerto, una nueva terminal de cruceros e incluso unas nuevas líneas ferroviarias que cruzan el viejo puente que conecta a Venecia con la Italia continental.

La ciudad recibe ahora 30 millones de turistas por año. Sin embargo, muchos residentes creen que es mucho más de lo que puede soportar.

En 2015, el director de la Fundación Italiana del Medio Ambiente Andrea Carandini advirtió que Venecia estaba siendo aplastada por el turismo masivo.

“Venecia tiene ahora 50.000 habitantes, un tercio de los que tenía en el siglo XVIII, y aún así recibe 30 millones de turistas anualmente”, señaló Carandini.

Venecia está trabajando duro para enfrentar su popularidad galopante.

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Los enormes cruceros que atracan en Venecia pueden eclipsar fácilmente los edificios más altos de la ciudad.

¿Un mejor momento para visitar Venecia?

En 2015, las islas votaron para prohibir los barcos de cruceros que navegaban por el pintoresco Canal de Giudecca. La llegada de las enormes embarcaciones llenas de turistas no solo dañaba los canales y los muelles: dos o tres líneas de cruceros anclasos en cualquier momento significa un exceso de 10.000 pasajeros, que desembocan en las muy angostas calles y plazas de Venecia.

Sin embargo, solo tres meses después de la aprobación de esa ley, la decisión fue revocada por la Corte Administrativa Regional, en la Italia continental.

A principios de este año, el alcalde de Venecia Luigi Brugnaro propuso un sistema de acceso con boletos para el área que rodea a la Plaza San Marcos, la más importante de la ciudad y donde están muchos de sus principales atractivos turísticos.

Aunque el consejo de la ciudad aprobó la medida en mayo pasado, no ha sido muy popular entre los residentes. Cristiano Fortuna, gerente general del Hotel L’Orologio, sobre el Gran Canal, dice que no es práctica.

“No es buena idea ni para los visitantes ni para los residentes”, explicó. “Tal vez sería más efectivo que, en lugar de un plan restrictivo, motivaran a los turistas a venir a Venecia entre semana. Y en el periodo que va de octubre a abril”.

“Las aglomeraciones son particularmente intensas los fines de semana entre mayo y septiembre. Y debemos llegar a un acuerdo con las compañías de cruceros para traer barcos todos los días de la semana, no solo los fines de semana”, agregó.

Filas y filas de visitantes

El alcalde Brugnaro también ha propuesto apartar a los turistas de las áreas específicas que reciben muchos visitantes.

Un ejemplo es Riva degli Schiavoni, el histórico muelle al que llegaban los viajeros antes de que se construyera el puente ferroviario en 1846. Durante el verano, puede llenarse de filas y filas de personas que esperan cruzar sus puentes.

Venecia está dividida en seis zonas o distritos (sestieri), pero muchos turistas nunca ven, por ejemplo, las de Castello y Cannareggio, que albergan algunas de las iglesias más bellas del archipiélago.

El concejal Massimiliano De Martin, asesor de la comuna de Venecia, propuso en junio una medida para prohibir la construcción de nuevos hoteles fuera del parque inmobiliario de la ciudad. Los isleños, de hecho, ya están acostumbrados a vender sus casas para que sean convertidas en restaurantes y hoteles.

En los últimos años la cadena JW Marriott convirtió toda la Isola delle Rose en un resort, el grupo Bauer transformó un convento en el nuevo Hotel & Spa Bauer Palladio y Aman Resorts se adueñó del Palazzo Papadopoli para levantar un nuevo hotel en el Gran Canal (donde George Clooney realizó la fiesta de su boda).

Parte del problema es que mantener una de las ciudades históricas más bellas del mundo es un negocio muy, muy costoso.

Una sección del Palacio Ducal fue cubierta con una enorme valla de Bulgari durante muchos años para recaudar el dinero de su restauración. Este año, el romántico Puente Rialto fue tapado con publicidad de Diesel porque Renzo Rosso, el hombre que está detrás de ese imperio textil, financia su reparación.

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Venecia se está hundiendo no bajo las aguas del Adriático, cuyo nivel va en aumento, sino bajo el torrente de turistas que la invaden.

Preservar la Venecia real

Venecia necesita los ingresos de los turistas para sobrevivir y esos turistas no quieren que la ciudad se caiga a pedazos en frente de ellos.

Para Jonathan Keates, presidente de la organización de caridad británica Venecia en Peligro, el objetivo es preservar a Venecia como un lugar de gran belleza donde todavía vive gente real.

“El plan debe ser controlar el turismo, imponer altos impuestos turísticos, exenciones fiscales para pequeños negocios y precios asequibles para vivienda”, propuso Keates. “Venecia necesita que los pies de sus residentes pisen el suelo, que los niños jueguen en sus campos, que sus viejos se sienten en las bancas… que sea una ciudad italiana propiamente dicha, como la conocemos”, insistió.

Este mes el tema de cómo preservar a Venecia será discutido en el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco. Sin embargo, la ciudad votará para detener la decisión continental, teniendo en cuenta lo que sucederá en las islas en octubre de este año.

Así que tal vez sean los mismos venecianos los que salven a la Ciudad Flotante, a largo plazo.