(CNNMoney) – Por algo los estadounidenses son conocidos como adictos al trabajo. Se estima que el 40% de los empleados de Estados Unidos trabajan más de 50 horas semanales y otro 20% trabaja 60 horas o más, según The Motley Fool.
Dado este enorme esfuerzo que muchos de nosotros hacemos en nuestras carreras, podrías pensar que tenemos derecho a una recompensa, bajo la forma de unas vacaciones largamente merecidas. Pero en realidad, los estadounidenses dedican una cantidad ridículamente pequeña de su tiempo al ocio.
En una encuesta del 2014 realizada por Skift, una página web de viajes, el 42% de los estadounidenses admitió que no se ha tomado un solo día de vacaciones. Y no sorprende que los que ganan menos sean los que menos días libres tomen.
Pero no son solo aquellas personas que ganan menos –presumiblemente, las que tienen menos probabilidades de que en primer lugar les paguen por su tiempo libre–, las que no están tomándose los descansos a que tienen derecho.
Un estudio del 2016 de Bankrate encontró que más de la mitad de los estadounidenses de todos los salarios renunciaron a una parte de sus días de vacaciones pagadas cada año.
Y renunciar a tus días de vacaciones no solo se equipara con dejar en la mesa un dinero sin reclamar, sino que te pone en riesgo de que sufras de un síndrome que desgasta y hasta puede acabar con tu carrera: quemarte en en el trabajo.
Es verdad que es una palabra de moda que muchos de nosotros solemos oír, pero en realidad hay una definición médica detrás de ella. Según la Clínica Mayo, el síndrome de quemarse en el trabajo (burnout en inglés) está categorizado como un “estado de agotamiento físico, emocional o mental combinado con dudas sobre tus competencias y el valor de tu trabajo”.
Y eso sí que suena grave. Peor aún, en un estudio del 2015, también citado por The Motley Fool, más del 50% de los empleados sintieron que estaban experimentando ese síndrome, y aunque hay otros factores que sin duda contribuyen a este infortunado fenómeno, no tomarse un descanso necesario es uno de los mayores.
Si has caído en la trampa de renunciar a algunos o a todos tus días de vacaciones, es hora de que reconsideres ese hábito. De lo contrario, terminarás poniendo en riesgo tu carrera.
¿Por qué no tomamos vacaciones?
Una cosa es que no salgas de vacaciones porque aún no has ganado esos días libres pagados y no puedes darte el lujo de perder una parte de tus ingresos. Pero dejar de tomar las vacaciones a las que tienes derecho es una historia completamente distinta.
Según Glassdoor, hay muchas razones por las que los estadounidenses renuncian a sus vacaciones. Entre ellas están:
- Miedo de atrasarse con las obligaciones laborales.
- No tener un respaldo disponible para manejar tareas clave en tu ausencia.
- Una incapacidad general para desconectarse del trabajo.
Claro, estas son solo algunas de las razones, pero otra más, y de las más fuertes, es la inseguridad laboral. Dado que la mayoría de compañías de EE.UU. tienen una política de empleo “a voluntad”, pueden despedir a empleados por cualquier razón, siempre y cuando no estén violando un contrato específico, un acuerdo sindical o una ley sobre discriminación.
Como resultado, muchos empleados sienten que si se toman sus vacaciones y las cosas no se derrumban en su ausencia, las compañías los verán como no tan valiosos y terminarán sus contratos.
Luego, está la idea de llegar a casa con una montaña de trabajo, suficiente para mantener a numerosos empleados atados a sus escritorios.
Piensa en esto: si tomarte una semana de vacaciones significa que tendrás que pasar las próximas tres semanas trabajando hasta altas horas de la noche para ponerte al día, eso erosiona el valor de tus vacaciones y, virtualmente, elimina su atractivo.
Finalmente, los empleados que están compitiendo por un ascenso o un aumento de sueldo también evitan tomarse el descanso a que tienen derecho por miedo a que los jefes piensen mal de ellos, incluso si ese miedo es completamente infundado.
Necesitas un descanso
Si estás entre aquellos que no toman vacaciones por miedo a cualquiera de las consecuencias anteriores, debes saber que no solo estás poniendo en riesgo tu carrera, sino también tu salud en general.
En lugar de renunciar a ese descanso, piensa en las razones por las que dudas tanto de tomártelo y haz un plan para enfrentarlas.
Si no te recompensas con unas vacaciones, podrías perder tu energía y motivación y eso puede comprometer mucho más tu empleo que cualquier descanso, por más modesto que sea.