(CNN) – Para 2016, el 41% de las películas más taquilleras, o de mayor recaudación, mostraron en sus escenas a personas que usaban tabaco, según lo registró un informe reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Dicha cifra representó una disminución con respecto al año anterior. Sin embargo, hubo un aumento del 80% en las escenas de consumo de tabaco en esas cintas entre 2015 y 2016.
Estos números despertaron una fuerte preocupación entre investigadores y activistas de salud pública, debido a los efectos que estas escenas generan en el comportamiento de los jóvenes.
“Durante algún tiempo hemos sabido que entre más veas el acto de fumar en la pantalla, también es más probable que veas a los jóvenes fumando cigarrillos en la vida real”, señaló Michael Tynan, autor principal del informe y analista de Salud Pública en el Departamento de Salud de los CDC. “Hay una relación causal entre los dos”, insistió.
La información del nuevo informe fue tomada de Thumbs Up! Thumbs Down! (¡Pulgares arriba! ¡Pulgares abajo!), un proyecto de la organización sin ánimo de lucro Breathe California of Sacramento-Emigrant Trails. Desde 1991, la asociación ha recolectado datos sobre el consumo del tabaco, contando el número de veces que un producto se usa o se supone que se utiliza en una escena de cine.
El nuevo reporte segmentó las cifras entre 2010 y 2016. El uso de cigarrillos, cigarros, pipas, narguile, tabaco sin humo y cigarrillos electrónicos se registró en cada una de las 10 películas que más recaudación tuvieron en la taquilla de Estados Unidos durante todas las semanas de esos siete años.
Si bien hubo una disminución constante en la cantidad de uso de tabaco que apareció en las películas de 2005 a 2010, en los siguientes seis años la incidencia fluctuó. De hecho, alcanzó un máximo en 2016, con 3.145 escenas que incluían tabaco en 143 películas.
De las películas calificadas para un público juvenil en 2016, el 26% mostró incidentes de tabaco. Durante el mismo periodo, el 67% de las películas con calificación R incluían incidentes de tabaco. Al comparar la cifra con las cintas de 2010, el porcentaje de filmes que mostraron el uso de tabaco disminuyó ligeramente: las tasas de ese año fueron de 31% para las películas con calificación juvenil y de 71% para las de clasificación R.
El uso del tabaco se presentó en el 41% de las películas encuestadas para 2016, frente al 50% en 2015. Sin embargo, el número de escenas de tabaco dentro de las películas aumentó en un 72% entre 2010 y 2016. Y, además, de 2015 a 2016 hubo un aumento del 80%: pasó de 1.743 incidentes a 3.145.
“Para mí, esto demuestra que los estudios (de cine) son capaces de reducir la cantidad de escenas en las que aparece un personaje fumando dentro de las películas”, indicó Stanton Glantz, uno de los autores de la investigación y profesor de Control del Tabaco en la Universidad de California en San Francisco. “Pasaron años enteros sin mostrar el fumar en películas clasificadas para jóvenes, pero dejaron de hacerlo”, insistió.
“Era como si estuvieran quitando el arsénico de las palomitas de maíz”, bromeó, “pero no terminaron el trabajo”.
Sin embargo, Tynan, Glantz y sus colegas destacaron las limitaciones del informe: primero, muchas películas quedaron por fuera del análisis. Aunque, notaron que las películas clasificadas en el top 10 generalmente representan el 96% de todas las ventas de boletos.
Dan Romer, director del Instituto de Comunicación para Adolescentes de la Universidad de Pensilvania, también identificó otra limitación sobre el público. Como se desconoce quiénes son exactamente los que ven la película, las audiencias podrían ser mayoritariamente de adultos y no tanto de jóvenes.
“No quiero minimizar lo que están diciendo. Creo que es importante señalar que todavía hay mucho tabaco en las películas”, aseguró Romer, que no participó en la investigación. “Pero es difícil saber desde la investigación si ese es el tipo de películas que tienen una audiencia alta en adolescentes”.
Tampoco se contabilizaron los numerosos programas de televisión, incluidos los que están inspirados en películas, que también podrían exponer a los jóvenes al tabaco y al acto de fumar.
Sugerencias para mejorar
En 2012, el Departamento de Salud Pública de Estados Unidos publicó un informe en el que ilustra directamente una relación causal entre el ver fumar a un personaje en las películas y que los jóvenes adquieran ese hábito.
Como respuesta a esta situación, Glantz sugirió algunas medidas que la industria cinematográfica podría implementar para regular de mejor manera las representaciones del tabaco en las películas.
Para empezar, la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, por sus siglas en inglés), que es la encargada de asignarles las diferentes clasificaciones a las películas, podría poner en la categoría de R a cualquier cinta que contenga imágenes de uso de tabaco.
“La MPAA necesita modernizar el sistema de clasificación para reflejar la ciencia concluyente de que poner el acto de fumar en una pantalla aumenta las posibilidades de que los jóvenes fumen y de que luego puedan morir prematuramente como resultado”, indicó.
Otra de las recomendaciones incluye la necesidad de que los estudios de cine certifiquen que no recibieron pagos por usar tabaco en las películas. El experto también sugirió que los gobiernos estatales y locales podrían negarse a entregar subsidios a las producciones que representan el tabaco.
La Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, la organización comercial que representa a seis de los principales estudios cinematográficos de Hollywood, se negó a comentar sobre este nuevo estudio.
“Esta persona es temeraria”
Romer, quien realizó un estudio separado para analizar la incidencia del consumo de tabaco en las películas de 1950 a 2006, encontró una disminución durante el período de tiempo que estudió. Él cree que esta tendencia fue paralela al uso del tabaco en la vida cotidiana durante ese periodo.
“La cantidad de cigarrillos vistos en las películas fue notablemente consistente con las tasas generales de prevalencia del tabaquismo en el país”, explicó. “Hoy en día, no hay tanta gente que fume, por lo que también hay menos de eso en las películas”, insistió.
En 2015, según el CDC, el 15% de los adultos reportó que fumaba cigarrillos. En 2016, el 8% de los estudiantes de secundaria indicó que fumaba cigarrillos, mientras el 20% aseguraron usar algún tipo de producto de tabaco.
¿Qué tienen las películas con escenas en las que se fuma que hacen que los niños quieran probarlo? Romer cree que es la naturaleza “provocadora” de los personajes de la película.
“Hollywood ahora usa el tabaquismo como una señal para decir que esta persona es atrevida, temeraria, que toma riesgos y que tiene tipo de un carácter provocador”, explicó. “No es muy normativo y es algo así como alternativo hoy, por lo que un adolescente que encuentra eso atractivo podría decir: ‘Quiero ser como esa persona, voy a fumar’”.
Craig Detweiler, historiador de cine y profesor de Comunicación en la Universidad de Pepperdine, sostuvo que el factor de la “frescura” es un factor importante como para que los cineastas renuncien a él.
“Hay tantas imágenes famosas de ser fresco asociadas con el hábito de fumar que es una costumbre difícil de romper para los actores y cineastas”, argumentó. “La tensión surge porque los directores de cine suelen apostarle a una apariencia o sensación particular. El humo es muy fotogénico y los actores siempre están buscando algo que hacer con sus manos”, añadió.
Por eso, concluyó: “Creo que el reto es que los estudios y los cineastas pongan la ética por delante de la estética”.