(CNN) – Los defensores de Donald Trump siempre han argumentado que la idea de colusión entre su campaña y Rusia era solamente humo.
Ese argumento ya no es suficiente.
El hijo del presidente, en una significativa revelación que intensificó aún más el drama sobre la presunta intromisión de Rusia en la elección de 2016, publicó una cadena de correos electrónicos que detallaron sus expectativas de conseguir información del Kremlin sobre Hillary Clinton en una reunión que sostuvo con una abogada rusa el año pasado.
Estos mensajes de correo electrónico parecen añadir un contexto importante a la pregunta en el centro de toda la polémica: ¿Estaba la campaña de Trump dispuesta a cooperar con Rusia para usar y destacar la información perjudicial sobre la candidata presidencial demócrata? ¿Qué sabía el presidente? ¿Qué sabía su yerno, Jared Kushner?
Los documentos revelaron que Trump Jr. acordó reunirse con una “abogada del Gobierno ruso” el verano pasado después de recibir un correo electrónico que le ofrecía “información confidencial de muy alto nivel” que “incriminaría” a Clinton.
Un correo electrónico del publicista Rob Goldstone le ofreció a Trump Jr. un encuentro en el que se ofrecía la información como “parte de un esfuerzo del Gobierno ruso” para ayudar a la campaña de su padre, Donald Trump, entonces nominado republicano.
“Si es lo que dices, me encanta”, respondió Trump Jr.
Las implicaciones de esos correos electrónicos podrían retumbar por meses. Ofrecen la más concreta evidencia hasta el momento de que los colaboradores de la campaña de Trump y los miembros de su familia recibieron apoyo del Gobierno ruso durante la campaña presidencial de 2016.
Los investigadores federales han estado comprobando los lazos entre la campaña de Trump y Rusia durante varios meses, como parte de una investigación sobre la intromisión rusa en la campaña.
A primera vista, esos correos parecen mostrar la disposición de Trump Jr., miembro vital del círculo político y empresarial de su padre, de aceptar información supuestamente del Gobierno de Rusia para ayudar a la campaña presidencial de su padre.
En una entrevista con Sean Hannity, en Fox News el martes, Trump Jr. explicó que quería saber de qué se trataba la información.
“Quizás esto es algo”, dijo Trump Jr., añadiendo que pensaba: “Debería escucharlos”.
Pero admitió: “En retrospectiva, probablemente habría hecho las cosas un poco diferente”.
El presidente defendió a su hijo el martes por la noche.
“Mi hijo es una persona con mucha calidad y aplaudo su integridad”, dijo el presidente Donald Trump en un comunicado dado a conocer por la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.
¿Qué pasó en la reunión?
Sigue sin saberse qué pasó exactamente en la reunión, aunque Trump Jr. dijo que la abogada no tenía “información significativa” que ofrecer. Pero su intención al dirigirse al encuentro del año pasado probablemente atraerá a los investigadores del Congreso y al fiscal especial del Departamento de Justicia, Robert Mueller.
La comunidad de inteligencia de Estados Unidos concluyó que el presidente Vladimir Putin dirigió una campaña de influencia para herir a Clinton y ayudar a Trump durante la campaña presidencial, aunque no está claro si los correos electrónicos que recibió Trump Jr. hicieron parte de ese esfuerzo.
La abogada, Natalia Veselnitskaya, ha negado que ella fuera empleada del Gobierno ruso, pero los correos electrónicos parecen revelar que Trump Jr. tomó la reunión en la suposición de que al menos tenía conexiones gubernamentales.
Los acontecimientos del martes también plantean una serie de cuestiones políticas, que determinarán cuánto castigarán las últimas revelaciones al ya agotado capital político de la Casa Blanca y del propio presidente.
Incluso la lectura más caritativa de los correos electrónicos conducen a la conclusión de que la decisión de Trump Jr. de asistir a la reunión, e involucrarse en una intriga internacional, muestra un nivel asombroso de ingenuidad, que revela a su vez la falta de experiencia en el escenario político de la campaña de Trump.
La interpretación menos caritativa se suma a una pesadilla legal y política mucho más perjudicial para la Casa Blanca.
Historia cambiante
El presidente Donald Trump y la Casa Blanca han refutado en varias oportunidades las denuncias de colusión con los rusos, y el presidente ha dicho que se trata de una cacería de brujas.
Las negaciones del martes también fueron problemáticas para el hijo del presidente porque eran el último esfuerzo para limpiar una historia que había estado evolucionando durante tres días, destruyendo su credibilidad cada hora.
El sábado dijo que la reunión se había centrado principalmente en un programa congelado de adopciones.
Al día siguiente dijo que Veselnitskaya le había dicho que individuos en Rusia estaban apoyando al Comité Nacional Demócrata y apoyando a Clinton, pero que sus argumentos eran “vagos, ambiguos y no tenían sentido”.
Luego vino la publicación de los correos electrónicos el martes, cuando Trump Jr. aparentemente trataba de adelantarse a una historia de The New York Times.
Trump Jr. tuiteó que daba a conocer esos correos electrónicos para ser “totalmente transparente”, pero esto ocurrió solo momentos antes de que el NYT publicara el contenido de los emails.