París (CNN) – Una niña sudafricana de 9 años que fue diagnosticada con VIH cuando apenas tenía un mes de nacida, lleva ocho años y medio sin presentar síntomas de que su enfermedad se agrave. Y sin necesidad de recibir el tratamiento regular.
Esta es la primera vez que el caso de una niña controlando su infección del VIH sin medicamentos se reporta en África. A nivel mundial, es el tercero de este tipo.
Poco después de ser diagnosticada, la niña empezó a recibir el tratamiento antirretroviral (TAR) durante 40 semanas. Luego de ese periodo se detuvo el proceso médico y su salud comenzó a monitorearse.
Los exámenes de sangre a finales de 2015 revelaron que la niña estaba en remisión, es decir que los niveles del virus en su sangre no fueron detectados por las pruebas estándares. Exámenes posteriores confirmaron la ausencia de los síntomas desde poco después que el tratamiento se suspendió.
El procedimiento médico se frenó como parte de un gran ensayo de investigación entre recién nacidos infectados con VIH para determinar el potencial que tiene la temprana aplicación del TAR a la hora de disminuir la mortalidad infantil y de reducir la necesidad de que las personas lo necesiten de por vida.
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“Esto es algo realmente extraño”, aseguró Avy Violari, cabeza de los ensayos clínicos pediátricos de la Unidad de Investigación Perinatal de VIH de la Universidad de Witwatersrand, en Sudáfrica. Violari es la doctora de la niña y presentó los hallazgos en la IX Conferencia Internacional sobre la Ciencia del Sida, realizada en París este lunes.
“Al estudiar estos casos, esperamos que poder entender cómo detener (el tratamiento)”, le explicó Violari a CNN.
No existe ni cura ni vacuna para el VIH, y el tratamiento de por vida, cuando se aplica desde la infancia, implica un riesgo de toxicidad potencial, efectos secundarios y la necesidad de cumplimiento diario, lo que se vuelve más difícil en los años de la adolescencia.
Los beneficios del tratamiento temprano
La niña, que no fue identificada, hizo parte de un estudio en el que participaron más de 370 niños infectados con VIH, entre 2005 y 2011.
De manera aleatoria, fueron escogidos para recibir el TAR por 40 semanas o por 96 semanas. Un tercer grupo recibió el tratamiento, pero según los lineamientos estándares en ese momento.
En los niños infectados con VIH la progresión de la enfermedad ocurre muy rápido en los primeros meses de vida y puede llevar a la muerte, según la Organización Mundial de la Salud. Se calcula que unos 11.000 niños murieron de enfermedades relacionadas con el SIDA en 2015, según Onusida.
A los pediatras también les preocupan los efectos colaterales y los impactos en la salud que generan los tratamientos permanentes de medicamentos antirretrovirales en aquellas personas que sobreviven.
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Más de 1,8 millones de niños vivían con VIH en el 2015, según Onusida, y 150.000 niños resultaron infectados, la mayoría de ellos en África.
El estudio encontró que la mortalidad se redujo en un 76% y que la progresión de la enfermedad del VIH disminuyó un 75% entre los niños que recibieron el tratamiento inmediatamente, ya fuera de 40 o de 96 semanas.
En el grupo que recibió el tratamiento estándar aumentó la mortalidad basado en resultados preliminares, por lo que esa parte de la investigación se detuvo de manera inmediata.
En el caso de la niña de 9 años no fue posible detectar el virus en la sangre usando las técnicas estándares. “Podemos ver fragmentos del virus en las células, aunque esos fragmentos por ahora no parecen capaces de replicarse, lo que nos da la esperanza de que la niña siga bien. Este caso es único”, insistió Violari.
Casos únicos en el mundo
La niña sudáfricana es el tercer caso reportado de ausencia prolongada del virus del VIH en un recién nacido, después de un tratamiento limitado con medicamentos antirretrovirales.
El primero fue el de una bebé de Mississippi nacida en 2010, que recibió el TAR solo 30 horas después de nacer hasta que cumplió 18 meses, momento en el cual se logró la ausencia del VIH. Así se mantuvo durante 27 meses, hasta 2015, cuando se volvió a hallar el virus en su sangre.
El siguiente caso fue el de una adolescente francesa, ahora de 20 años, cuya madre era VIH positivo. Ella recibió tratamiento antirretroviral después de nacer y dejó de tomarlo a los 6 años, momento desde el cual no ha mostrado señales del virus en su sangre. Ha controlado el virus por más de 13 años.
Y luego está el caso de la niña de Sudáfrica, con ausencia del virus por más de 8 años. Lo que lo hace especial es que solo recibió 40 semanas de tratamiento.
Violari destacó, sin embargo, que esos casos son extremadamente raros y que las personas infectadas con VIH de ninguna manera deben dejar de lado su tratamiento. “No cualquiera puede lograr que haya ausencia del virus en su sangre”, explicó la doctora.
También hay otros tres adultos reportados como personas infectadas con el virus que dejaron de presentar síntomas, conocidos como los pacientes de Boston y el paciente de Berlín, aunque todos ellos recibieron trasplantes de médula, en lugar de tratamientos tempranos con antirretrovirales.
En este momento se está llevando a cabo una investigación sobre el mismo aspecto –llamada IMPAACT P1115 y financiada por el Instituto de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés)–, que se realiza con niños con VIH en las 48 horas posteriores a su nacimiento.
Cerca de 400 niños de nueve países participan en ella y se espera que los primeros casos elegibles para detener el tratamiento TAR se den a finales de este año, según el NIH.