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Raqqa: liberada de ISIS, pero en ruinas
02:45 - Fuente: CNN

Nota del editor: David Sterman es analista de políticas del Programa de Seguridad Internacional del centro de pensamiento New America. Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) – La semana pasada, las Fuerzas Democráticas Sirias, apoyadas por Estados Unidos, tomaron Raqqa, la ciudad siria que sirvió como capital de ISIS. Recuperar el control de esa ciudad es el último de una serie de grandes golpes militares a ISIS. Sin embargo, los estadounidenses no deberían esperar que la caída de Raqqa tenga un efecto sustancial en la amenaza yihadista en casa.

La amenaza que plantea ISIS para Estados Unidos proviene desde hace tiempo, y principalmente, de su capacidad para inspirar y permitir ataques, y no de sus posesiones territoriales en Siria o en Iraq.

Desde que ISIS irrumpió en la escena global en 2014, siete individuos motivados por una ideología yihadista han matado a 74 personas dentro de Estados Unidos en seis ataques, según una investigación de New America. Aunque pudieron haberse inspirado en ISIS, ninguno de esos ataques se llevó a cabo bajo el liderazgo directo de ese grupo terrorista y ninguno involucró a un combatiente que hubiera regresado de Siria o Iraq.

Tampoco se sabe si alguno de los perpetradores de esos seis ataques mortales fue autorizado por ISIS a través de un comunicación por internet con militantes en el exterior. Sin embargo, sí ha habido ataques no letales y complots fallidos en los que los atacantes se habían comunicado con militantes de ISIS en otros países.

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Incluso antes de la llegada de ISIS, y desde el 11 de septiembre del 2001, ningún atacante yihadista dentro de Estados Unidos recibió entrenamiento formal en el extranjero o directrices de una organización terrorista extranjera, según la investigación de New America. Esa conclusión está sustentada no solo por la información de New America sino por el informe del Centro Nacional de Lucha contra el Terrorismo sobre ataques violentos de extremistas suníes en Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001.

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Impresionantes imágenes en Raqqa grabadas con una GoPro
01:48 - Fuente: CNN

Tras seis años de guerra civil en Siria, solo hay un caso públicamente conocido de un combatiente extranjero estadounidense que viajó a Siria, regresó a EE.UU. y planeó un ataque terrorista dentro de EE.UU., según New America. Y ese combatiente estaba relacionado con el Frente al-Nusra, no con ISIS.

Esto no quiere decir que la caída de Raqqa y los éxitos militares que en general se han tenido en Siria e Iraq no tengan un efecto positivo en las amenazas a Estados Unidos. Esos éxitos les han permitido a las fuerzas sirias retomar territorios en los que ISIS entrenaba a combatientes y planeaba ataques en Europa y en otros lugares, incluyendo tal vez Estados Unidos.

También es posible que representen un duro golpe propagandístico para ISIS, al mostrar todo lo que han caído desde su exitosa estrategia de mensajes de 2014, cuando pregonaban abiertamente sus victorias.

Con estas pérdidas territoriales, ISIS tal vez tenga también más dificultades para usar internet con el fin de entrenar atacantes.

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Sin embargo, no está claro todavía hasta qué punto los mensajes de ISIS son fundamentales para liderar las amenazas en Estados Unidos. Algunos atacantes se inspiran en grupos yihadistas distintos a ISIS y, de hecho, puede que no tengan ninguna motivación yihadista.

Tampoco está claro que la comunicación en línea de ISIS con los atacantes haya jugado un papel clave en la conducción de las amenazas dentro de Estados Unidos. No se conoce de ningún atacante mortal que haya recibido instrucciones operacionales de algún militante de ISIS a través de internet. John Mueller, miembro el Instituto CATO, argumenta que, con base en la revisión de los complots activados, el entrenamiento en línea de los atacantes “escasamente parece ser más un punto de inflexión o una importante innovación terrorista”.

Incluso si esos complots plantean una amenaza sustancial, el entrenamiento en línea puede provenir de lugares fuera de Siria.

La caída de Raqqa marca un cambio significativo en la influencia de ISIS, es cierto, pero debemos recordar que hoy la amenaza terrorista dentro de Estados Unidos se parece a la que había antes de que ocurrieran esos hechos en la ciudad siria: ataques de individuos y parejas inspirados por una ideología yihadista o, quizás, autorizados por militantes en el exterior.

Para enfrentar ese desafío se necesita mucho más que una operación militar a miles de kilómetros de casa.