(CNN) – El programa Apollo de la NASA hizo historia desde que lanzó su primera nave espacial tripulada el 11 de octubre de 1968. Ahora, casi 50 años después, el nuevo libro Apollo VII-XVII de teNeues revive el drama de las 11 misiones que conformaron el proyecto.
La obra incluye un prólogo especial del astronauta Walter Cunningham, quien estuvo en la misión Apollo 7, y asombrosas imágenes captadas por los astronautas del programa, muchas de las cuales no habían sido publicadas.
Estas importantes fotografías –como “Earthrise”, tomada desde la órbita lunar por el astronauta Bill Anders, y una imagen que retrata los 13 picos más altos del planeta en un solo cuadro– no solo nos revelan diferentes maneras de ver la Tierra y avances en nuestra comprensión científica, sino que también entregan nuevas percepciones sobre otro mundo de la fotografía.
¿Astronautas fotógrafos?
Los primeros astronautas de las misiones Apollo suelen ser aclamados como exploradores, científicos y héroes. Sin embargo, rara vez son reconocidos como algunos de los fotógrafos más destacados de la historia. El riguroso programa de entrenamiento que realizaron incluyó un segmento de fotografía, según Cunningham.
“La fotografía es un área que ha mostrado avances sorprendentes a medida que la exploración espacial evolucionó en los últimos 50 años”, escribió el astronauta en el libro. “Nos entrenamos con la cámara Hasselblad durante dos años antes de nuestro primer lanzamiento en Apollo”, explicó.
Para asegurarse de que los astronautas se sintieran cómodos usando cámaras espaciales modificadas y pudieran mejorar su visión fotográfica, la NASA los motivó a llevar los equipo a sus viajes personales. La agencia también ofreció tutoriales en lugares como Nevada y Arizona, donde las condiciones geológicas eran similares a la superficie lunar.
Posteriormente, la NASA asignó un experto en los centros de control de la misión para responder preguntas relacionadas con la fotografía.
“Cámaras espaciales”
El énfasis de la NASA en la fotografía espacial se extendió a medida que avanzaban las misiones de Apollo. Los astronautas tenían la tarea de documentar con imágenes datos topográficos y geológicos, así como el estado de su nave espacial. Sin embargo, las misiones espaciales requerían diferentes tipos de cámaras y lentes.
El astronauta Walter Schirra, fotógrafo aficionado y uno de los pilotos del Proyecto Mercury (el primer programa espacial tripulado de la NASA), sugirió que su propia cámara Hasselblad 500C podría cumplir con los requisitos de la agencia. Su dispositivo modificado capturó imágenes sorprendentes de su misión en 1962 y llevó a una colaboración entre la NASA y Hasselblad que continuó durante décadas.
Otras cámaras utilizadas en el programa Apollo incluyeron la Súper Ancha Hasselblad, que permite una gran cobertura de imagen, y la Nikon Photomic FTn de 35 mm, modificada para soportar fuerzas gravitacionales extremas.
El fabricante alemán de lentes Carl Zeiss también trabajó muy de cerca con la NASA: su colaboración condujo a uno de los lentes de cámara de mayor velocidad en el mundo.
Fotografiando la Tierra desde el espacio
Ciertas circunstancias difíciles, como operar en condiciones de baja gravedad con grandes trajes espaciales, interfirieron constantemente con las habilidades de los astronautas para tomar fotos. Las nubes también hicieron que la tarea fuera desafiante, pues generalmente cubren cerca del 55% de la superficie de la Tierra.
Además, como Cunningham rodeaba la Tierra una vez cada 90 minutos en la misión Apollo 7, la nave se movía de la noche a la mañana cada 45 minutos, lo que implicaba ventanas limitadas para tomar imágenes.
“También teníamos una restricción de gestión adicional en misión que seguimos perfectamente”, recordó el astronauta. “‘No tomar fotos de China’: esa fue una regla fácil de seguir. En 11 días y muchos pases sobre China, nunca vimos la superficie debido a la cubierta de nubes y el smog en su atmósfera”, explicó.
Apollo VII-XVII, publicado por teNeues, ya está disponible.