(CNN) – En los próximos cuatro días, Estados Unidos puede tener su acceso más íntimo hasta el momento a la investigación secreta de Robert Mueller en Rusia, con una serie de revelaciones que pueden ser muy perjudiciales para el presidente Donald Trump.
Las presentaciones judiciales que se enfocan en el principal asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn –el martes– y su expresidente de campaña, Paul Manafort –el viernes–, podrían ofrecer nuevos detalles reveladores de la inmersión profunda de Mueller en la campaña 2016.
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Si el asesor especial está a la altura de su reputación, sus presentaciones judiciales contarán con revelaciones sorprendentes y una rica textura para colorear la imagen que ya ha pintado, en las acusaciones y en el testimonio de testigos, de una cultura de deshonestidad endémica en la órbita de Trump acerca de múltiples vínculos con Rusia, hasta ahora sin explicación.
La investigación hasta ahora ha visto a tres personas condenadas, una en el juicio y siete motivos de culpabilidad, y ha acusado a 36 personas y entidades con un total de 192 crímenes, contados uno a uno.
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Ahora está claro que Mueller está construyendo una narrativa en capas, comenzando en el borde del drama, al exponer por primera vez la interferencia rusa en las elecciones y señalando culpables en las agencias de espionaje de Moscú. Él ha reforzado su historia con movidas súbitas exitosas contra excolaboradores de Trump, como Manafort y su socio, Rick Gates, mostrando sus vínculos con figuras pro rusas en la política ucraniana, en un caso aparentemente de fraude financiero en el dudoso comercio de cabildeo internacional.
Se ha especulado que él está tratando de dejar pruebas escritas muy detalladas en público en caso de que Trump logre despedirlo en un juego de poder o que, de alguna manera, le sea restringida su capacidad para redactar el informe final.
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A menudo, en la investigación ha sido sutil la continuidad que muestra los vínculos entre los asociados de Trump y las empresas con Rusia.
Pero cada vez es más difícil pasarlo por alto, porque Mueller se adentra en una fase en la que cada vez es más difícil para los defensores de Trump afirmar que las conductas irregulares que se descubrieron ocurrieron lejos de la mirada ajena del presidente.
A medida que avanzaba el ritmo de su investigación desde las elecciones de mitad de periodo, Mueller se ha movido en una dirección que parece ser cada vez más amenazante para el presidente, incluido el cruce de la línea roja de Trump, al mostrar interés en el imperio de bienes raíces de su familia.
Las revelaciones de Cohen
El exabogado personal de Trump, Michael Cohen, dijo después de firmar un acuerdo de cooperación con Mueller que había mentido al Congreso para ocultar planes para construir una Torre Trump en Moscú, que perduraron hasta la campaña presidencial de 2016.
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CNN informó que Cohen había creído en un principio que Trump lo perdonaría por seguir en la línea de su discurso mientras hablaba con los fiscales. No está claro quién le dio esa impresión, pero generó nuevas y peligrosas preguntas para el Presidente y su equipo.
También está surgiendo otra rama de la investigación de Mueller: su interés en las supuestas comunicaciones entre Roger Stone, el asesor político informal de Trump, y su asociado, Jerome Corsi, con WikiLeaks, el sitio web que publicó correos electrónicos robados al presidente de la campaña de Clinton y al Comité Nacional Demócrata por espías rusos.
Las acciones metódicas y cada vez más visibles de Mueller parecen estar jugando en la mente del presidente, quien desató lo último en una tormentosa serie de tuits en el consejo especial del lunes.
“Bob Mueller (que es un hombre muy diferente a lo que piensa la gente), y su banda de demócratas enojados fuera de control, no quieren la verdad, solo quieren mentiras. ¡La verdad es muy mala para su misión!”.