(CNN) – En cuanto a las imponentes cabezas de piedra de la Isla de Pascua, ahora hay un misterio menos que resolver.
Los investigadores se han preguntado durante mucho tiempo por qué las enormes estatuas se colocaron donde están. Sin embargo, un nuevo estudio dice que la gente de Rapa Nui, como se llama a la isla en el idioma local, los ubicó cerca de las fuentes del recurso más vital de la humanidad: el agua dulce.
Los arqueólogos estudiaron la ubicación de las estatuas, o moais, y las plataformas en las que se encuentran muchas de ellas, conocidas como ahus. Los polinesios llegaron por primera vez a Rapa Nui, a unos 3.700 kilómetros de la costa de Chile, hace aproximadamente 900 años.
Luego pasaron a construir más de 300 ahus y casi 1.000 moais, que se cree que representan a ancestros importantes.
Los autores del nuevo estudio, publicado en la revista PLOS One, intentaron comprender la distribución de los ahu para entender mejor a sus creadores.
El coautor del estudio, Carl Lipo, profesor de antropología en la Universidad de Binghamton, Nueva York, le dijo a CNN: “Ese conocimiento nos dirá algo sobre cómo las primeras personas de Rapa Nui usaron el paisaje y lo que consideraron importante”.
Investigadores de seis instituciones estadounidenses aislaron una zona oriental de Rapa Nui, que contenía 93 ahus. Analizaron los recursos naturales cerca de cada ahu, centrándose en los huertos en los que se sembraban cultivos como batatas, recursos marinos, incluidos los sitios de pesca, y las fuentes de agua dulce.
No se demostró que existiera una correlación significativa entre la ubicación del ahu y la presencia de jardines cercanos, lo que sugiere que el ahu no estaba situado para monitorear o señalar el control sobre estos recursos.
Mientras que tanto recursos marinos como fuentes de agua dulce se encontraron cerca del ahu, los investigadores concluyeron que solo esto último era significativo; después de todo, ambos recursos conviven en los mismos lugares y el agua dulce estaba mucho menos disponible.
El equipo de investigación realizó un mapa de la isla, que no tiene arroyos ni manantiales, en busca de fuentes de agua dulce. Descubrieron que emergió del subsuelo en áreas a lo largo de la costa, a través de un proceso llamado descarga de agua subterránea.
“El agua dulce saldría literalmente entre la costa y el océano en un arroyo. Veríamos caballos bebiendo del océano, y resultó que sabían exactamente de dónde salía el agua dulce”, dijo Lipo. Eso explicaba la alta concentración de moai y ahu a lo largo de la costa, inferían los investigadores.
Las estatuas del interior también podrían estar conectadas a agua dulce: se encontró que estaban situadas cerca de cuevas u otras fuentes con ese recurso.
Los autores del estudio concluyeron que los hallazgos sugieren que los moais y ahus de Rapa Nui eran valiosos más allá de su significado ancestral para las personas de la isla.
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“Construir las estatuas no era un comportamiento inexplicable, era algo no solo culturalmente significativo, sino fundamental para su supervivencia”, dijo Lipo.
De ahora en adelante, los investigadores esperan entender mejor por qué se construyeron estatuas tan vastas y elaboradas. Si su función principal era indicar o reclamar la propiedad de una fuente de agua dulce, dijo Lipo, una construcción más simple seguramente sería suficiente.
“Es increíble la cantidad de energía que consumieron”, observó. “Las estatuas y los ahus en sí mismos no fueron solo un evento: hicieron las estatuas y estas plataformas para colocarlas, y luego reconstruyeron las plataformas y estatuas adicionales para colocarlas”, agregó el experto.