Los 15 activistas de Stansted se presentaron el 1 de octubre de 2018 en la corte de Chelmsford, en Reino Unido. Fueron acusados en virtud de la legislación sobre terrorismo por detener un vuelo de deportación en el aeropuerto de Standsted en 2017.

Londres (CNN) – Bajo la sombra de la oscuridad, activistas usaron cortadores de pernos para atravesar la valla perimetral del aeropuerto, atravesar la brecha que hicieron y corrieron por la pista abierta hacia su objetivo: un avión listo para despegar.

En el video proporcionado por el grupo a CNN, pueden verse vestidos de color rosa brillante, desplegando una pancarta que dice “Nadie es ilegal” antes de asegurarse uno a otro utilizando tubos y espuma expansible debajo del avión del gobierno en el Aeropuerto de Stansted, a las afueras de Londres.

Su objetivo: evitar que el avión y sus pasajeros (60 personas cuyo estatus migratorio había sido declarado ilegal y que fueron deportados a Nigeria y Ghana) salieran de territorio británico.

Los 15 activistas de Stansted fueron declarados culpables de poner en peligro la seguridad en un aeródromo.

Funcionó, pero los manifestantes, de entre 27 y 44 años, dicen que no tenían idea de los problemas en los que se estaban metiendo. Ahora conocidos como los Stansted 15, fueron condenados por cargos relacionados con el terrorismo, y enfrentan la posibilidad de cadena perpetua.

“La adrenalina estaba bombeando, nos sentíamos muy ansiosos”, le dijo a CNN May MacKeith, una de las que estaban en la pista el 28 de marzo de 2017. “Una vez que atravesamos la valla, esta sorprendente sensación de claridad, dirección y calma llegó”.

Recuerda haber pensado que, fuera lo que fuera que estuvieran pasando los manifestantes, “no es nada en comparación con lo que sienten las personas a las que arrebatan de sus camas en las redadas”.

MacKeith es la mujer con un gorro rosa en la pista del aeropuerto de Stansted.

En el video se puede ver al personal de seguridad del aeropuerto llegar en minutos, pero los activistas permanecieron, acostados sobre sus espaldas, durante casi 10 horas mientras la policía intentaba sacarlos y arrestarlos. Sus acciones obligaron al aeropuerto a cerrar temporalmente.

En un video publicado en Facebook, uno de los manifestantes explicó a los espectadores: “Los tripulantes de cabina, todos los pilotos se fueron a casa por la noche, y acabamos de ver que todos los coches que llevaban personas detenidas han regresado, así que hemos cerrado con éxito esta misión”.

Emma Hughes, otra de las personas que tomaron parte en la acción, recuerda: “En ese momento, sabíamos probablemente que el vuelo había sido cancelado … ese fue un momento brillante”.

Después de la manifestación de Stansted 15, los activistas dicen que a 11 personas que debían ser deportadas ese día se les permitió posteriormente permanecer en Gran Bretaña y apelar sus casos; agregaron que al menos dos han recibido permiso para quedarse. Cuando se les preguntó acerca de su estado, el Ministerio del Interior dijo que no hace comentarios sobre casos individuales.

Testimonios emotivos de los detenidos

MacKeith dice que los Stansted 15 se reunieron después de agotar otras opciones para detener los vuelos de deportación que salen del Reino Unido todos los meses. Cuando sus peticiones a miembros del Parlamento y abogados para intervenir no lograron evitarlo, decidieron tomar una acción directa.

En su camino hacia el aeropuerto, los activistas dicen que se turnaron para leer en voz alta los emotivos testimonios de los que iban a abordar el avión, recopilado y publicado por Detained Voices, un grupo independiente de derechos humanos que habla por teléfono a las personas en centros de detención, a la espera de su expulsión del país.

Los activistas dijeron que muchos de los detenidos temen ser perseguidos si son devueltos a sus países de origen. Sus pedidos desesperados de ayuda habían empujado al grupo a llevar a cabo sus acciones.

May MacKeith es parte del Stansted 15 que impidió que un vuelo chárter de deportación despegara.

En el año previo a septiembre de 2018, el gobierno del Reino Unido dice que más de 25.000 personas fueron retenidas en centros de detención migratoria después de ingresar o intentar ingresar al país ilegalmente, cumplir con una visa, ser acusados de una condena penal o denegarse el asilo.

MacKeith, de 33 años, creció al lado de uno de esos centros de detención y pasó un tiempo de niña visitando a los que estaban dentro. “Las personas con las que he hablado que han estado detenidas dicen que sienten que en realidad es peor que la prisión, porque no tienen idea de cuánto tiempo llevan detenidas”, dice.

‘Ambiente hostil’ para inmigrantes

Bajo las reglas introducidas por la entonces secretaria de Interior (y ahora primera ministra) Theresa May, el gobierno del Reino Unido busca disuadir la inmigración ilegal creando un “ambiente hostil”: usando controles de identificación por parte de proveedores de atención médica, arrendatarios y empleadores para hacer la vida de los inmigrantes tan difícil como para que ellos se vayan voluntariamente o se enfrenten a que el Estado los expulse.

En un comunicado, un portavoz del Ministerio del Interior del Reino Unido dijo a CNN que el gobierno deporta a aquellos “sin derecho legal a permanecer en el Reino Unido, incluidos delincuentes extranjeros y solicitantes de asilo fallidos”. Y agregó: “Esperamos que las personas abandonen el país voluntariamente pero, en caso de que no lo hagan, el Ministerio del Interior intentará hacer cumplir con su salida”.

Este es el Centro de Detención Harmondsworth, cerca del Aeropuerto de Heathrow en Londres, donde se retiene a los inmigrantes indocumentados antes de ser devueltos a sus países de origen.

Luke de Noronha, un experto en la deportación del Reino Unido en la Universidad de Birkbeck de Londres dice que la situación no es tan oscura como los políticos y los burócratas quisieran creer: “Las vidas de las personas son mucho más complicadas y sus conexiones con el Reino Unido son mucho más ricas de lo que el Ministerio del Interior les atribuye”.

De Noronha dice que se ha encontrado con jóvenes detenidos que han vivido en Gran Bretaña desde que eran niños. “A las afueras de un centro de detención parece ser una especie de londinense, o mancuniano … Son personas que tienen familias británicas, niños británicos, recuerdos británicos y acento británico”.

El Ministerio del Interior del Reino Unido dijo a CNN que aunque no existe un plazo fijo para las detenciones de inmigrantes “es un mito que detengamos personas indefinidamente” y agregó que “la ley no lo permite”.

En las estadísticas publicadas en su sitio web durante todo el año calendario 2017, dos tercios de los detenidos permanecieron por menos de 29 días, mientras que la abrumadora mayoría (95%) permanecieron por menos de seis meses. Un pequeño porcentaje — 1.160 personas, o el 4%— de los detenidos fueron detenidos por un período más largo.

Mientras que de Noronha admite que algunos detenidos tienen antecedentes penales, dice que el gobierno del Reino Unido no debería usar eso solo como causa de deportación.

“¿Debería ser suficiente deportar a alguien que vendió hierba cuando tenía 19, incluso si se mudaron aquí a los dos años?”, dice él.

Vuelos chárter reservados

Gran Bretaña no publica datos sobre sus vuelos de deportación, pero tras una solicitud de la organización Freedom of Information (FOI) en 2018, el Ministerio del Interior dijo que 40 aviones salieron del país en 2017, con destino a países como Pakistán, Nigeria, Ghana, Jamaica y Albania. El mismo año, más de 4.000 personas recibieron avisos de deportación, pero 2.600 repatriados fueron retirados de los vuelos por acciones legales de último momento o por otros motivos, reveló la solicitud de FOI.

Los vuelos se hacen secretamente, y desde lugares no revelados. De Noronha los llama “insidiosos”, porque no hay testigos independientes presentes cuando los deportados se embarcan o abordan los aviones para observar lo que sucede.

CNN se acercó a Titan Airways, la aerolínea chárter cuyo avión fue detenida por los Stansted 15 bloqueó su despegue, pero no recibió una respuesta hasta el momento.

Después de su arresto, los Stansted 15 fueron inicialmente acusados de intrusión con agravantes, pero el caso contra ellos fue posteriormente elevado y finalmente fueron declarados culpables de poner en peligro la seguridad en un aeródromo bajo la Ley de Aviación y Seguridad Marítima de 1990, una ley que fue aprobada después del bombardeo de Lockerbie.

Esta lleva una sentencia potencial de cadena perpetua.

Los 15 activistas de Stansted fueron declarados culpables de poner en peligro la seguridad en un aeródromo.

Judith Reed, del Servicio de Fiscalía de la Corona, dijo en un comunicado cuando el grupo fue condenado que los activistas “se habían puesto a sí mismos, a la tripulación de vuelo, al personal del aeropuerto y a la policía en grave riesgo de lesiones o incluso de muerte debido a sus acciones en el aeródromo”.

Amnistía Internacional describió la condena como un “golpe aplastante para los derechos humanos” mientras el abogado Raj Chada de Hodge, Jones & Allen le dijo a CNN que era un abuso de poder y un cargo que solo debería usarse para actos violentos de terrorismo.

“Nunca en un millón de años pensaron que el Estado los clasificaría como terroristas y serían juzgados por tal acusación”, dijo Chada, agregando que las condenas afectarían sus futuras carreras y limitarían su capacidad para viajar.

‘Las únicas personas en peligro eran los deportados’

Emma Hughes, que hace trabajos en una organización caritativa, dio a luz a su hijo 10 días después de que se anunciara el veredicto de culpabilidad. Antes de la sentencia del miércoles, le dijo a CNN que temía la posibilidad de ser separada de su bebé.

El juicio “fue increíblemente estresante y en un momento en que quería pensar en la futura maternidad y en mi bebé, en realidad tenía que preocuparme de separarme de mi hijo si me enviaban a la cárcel”, dijo Hughes.

Emma Hughes corre el riesgo de ser separada de su hijo recién nacido si recibe una sentencia de cárcel el miércoles.

Agregó que los cargos contra el grupo “no concuerdan con nada de lo que hicimos esa noche … No pusimos en peligro a nadie, las únicas personas en peligro eran las personas que iban a ser deportadas en ese avión”.

Hughes dice que ahora se siente aún más conectada con las personas que son expulsadas en vuelos chárter de deportación: “Realmente me abrió los ojos cómo el sistema de deportación separa a las familias y las destroza”.

Esta semana, a tres de los activistas les suspendieron la pena, mientras que los 12 restantes, incluida Hughes, recibieron condenas a servicio comunitario.

Pero, a pesar de la condena y de tener que hacer malabarismos con el servicio comunitario mientras cuida a un recién nacido, Hughes dice que no se arrepiente de haber detenido el avión.

“Sabemos que hubo dos víctimas de la trata de personas que nunca debieron haber estado en ese vuelo … Estas personas nunca deberían haber sido deportadas, así que estoy contenta de que detuviéramos eso”.