(CNN) – La palabra “suicidio” viene cargada de emociones. Para los que la vida ha cambiado a raíz del suicidio de un ser querido, puede ser un recordatorio doloroso de la vida, las ilusiones y los sueños que terminaron antes de tiempo. Para los que no, el suicidio continúa siendo un tabú, algo que afecta solo a otras familias, a otras comunidades.
Pero, así queramos creer que el suicidio está lejos de casa y lejos de nuestras comunidades, las estadísticas pintan otra realidad.
De acuerdo a una encuesta realizada por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades en los Estados Unidos, 1 de cada 4 adolescentes latinas y 1 de cada 10 varones pensó en suicidarse en el año anterior a la encuesta.
MIRA: Katy Perry dice que pensó en el suicidio tras separarse de Orlando Bloom
Los adolescentes hispanos corren peligro
“El suicidio es un problema de salud pública que afecta a muchas personas, de cualquier raza, de cualquier edad, de cualquier género, en cualquier situación económica,” explica la Doctora Barbara Robles-Ramamurthy, psiquiatra infantil en la Escuela de Medicina Long de la Universidad de Texas en San Antonio. “Pero las adolescentes latinas tienden a tener ideaciones suicidas y a querer suicidarse con más frecuencia”, añadió.
Las adolescentes latinas en Estados Unidos han tenido tasas más altas de intento de suicidio que los adolescentes blancos, e incluso que los adolescentes latinos varones en los últimos 20 años, según la encuesta que analiza conductas de riesgo en jóvenes de 10 a 24 años cada dos años.
LEE: Estos son lo trabajos con las tasas más altas de suicidio en Estados Unidos, según los CDC
Robles-Ramamurthy explica que cuando los padres han emigrado de otros países pero los adolescentes han nacido o crecido en Estados Unidos, los padres tienden a mantener sus propios valores, costumbres, y manera de vivir, mientras los niños y adolescentes están rodeados de una cultura nueva. Si esto no es manejado bien, puede haber estrés, tensión y conflicto entre los padres e hijos, y esto puede llevar a que los niños se aíslen, según explicó Robles-Ramamurthy.
Y aunque la presencia de dos culturas sea más evidente en Estados Unidos, los adolescentes en Latinoamérica también están expuestos a otra cultura a través de los medios de comunicación y las redes sociales, añadió Robles-Ramamurthy.
La tensión entre padres e hijos puede sumarse a las dificultades diarias que muchas familias latinas atraviesan, como problemas financieros, o preocupaciones relacionadas al estatus migratorio de miembros de la familia o de la comunidad.
A través del continente americano, el suicidio es la tercera causa de muerte entre los adolescentes, según la Organización Panamericana de la Salud.
Aceptar varias culturas y hablar de nuestros sentimientos puede ayudar en la prevención del suicidio
Los padres con frecuencia tienen miedo de que sus hijos sean absorbidos por la cultura nueva y pierdan sus raíces, explica la Dra. María Verónica Svetaz, médico de familia y directora de la Clínica Aquí Para Ti en Minneapolis.
“El balance esta en continuamente enseñarles de nuestra cultura, de nuestros rituales, de nuestras celebraciones, nuestras comidas… pero a su vez respetarles querer hacer ciertas cosas que son más de la cultura en la que están creciendo”, dijo Svetaz.
Robles-Ramamurthy también explica que la cultura latina no ha fomentado la educación sobre la salud mental y que el simple acto de hablar de nuestros sentimientos puede ayudar en la prevención del suicidio.
“En nuestra cultura no hablamos de nuestros sentimientos. Queremos esconder los problemas de la familia, los dejamos en casa, que nadie sepa que estamos lidiando con situaciones difíciles,” dijo Robles-Ramamurthy, añadiendo que es algo que tenemos que mejorar y trabajar en la comunidad latina.
A medida que los padres hablen de sus sentimientos, los niños aprenderán el vocabulario para hacerlo ellos también.
Otra cosa que debemos mejorar: el estigma.
“En la comunidad Latina tenemos mucho miedo del estigma. No queremos que hablen mal de nosotros, no queremos que digan que está loco, que está deprimido,” dijo Robles-Ramamurthy.
El cambio de actitud empieza con mostrar compasión cuando otros sean diagnosticados con una enfermedad mental, evitando juzgar y ofreciendo apoyo, ya que la comunidad juega un papel muy importante en la prevención del suicidio.
“Prevenir el suicidio y promover la salud mental de los niños y adolescentes es responsabilidad de todos”, explica la doctora Neha Chaudhary, psiquiatra infantil en Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard.
Chaudhary recomienda que los padres, los maestros, los médicos, y todos los que están en contacto regular con los niños se den a la tarea de preguntarles cómo se sienten y cómo los pueden ayudar con regularidad.
Preguntar- “¿has pensado en hacerte daño o quitarte la vida?” de ninguna manera les ‘planta ideas en la cabeza’ a los niños, y puede más bien ser el primer paso en abrir la comunicación.
Las primeras señales
Todos en algún momento u otro sentimos tristeza. La diferencia en una persona que está pasando por una depresión es que las emociones tienden a ser más severas y a durar más tiempo; en vez de durar minutos o horas, pueden durar la mayor parte del día por varios días, explica Robles-Ramamurthy.
La depresión en los niños y adolescentes puede manifestarse con cambios en los hábitos de dormir o de comer. Pueden aislarse de sus amigos o familia y pasar más tiempo en sus cuartos solos. También pueden enojarse más fácilmente, estar más irritables, ponerse violentos, rebeldes o empezar a usar drogas o alcohol.
Robles-Ramamurthy y Chaudhary explican que algunas de estas conductas pueden ser normales en la adolescencia, y he ahí la importancia de buscar ayuda profesional si los padres tienen alguna preocupación.
Las señales que nunca deben ignorarse incluyen cualquier expresión de que el adolescente no quiere vivir, desea quitarse la vida, o se ha hecho algún tipo de daño a sí mismo.
Dónde buscar ayuda
Los maestros, pediatras, y médicos de atención primaria son aliados claves en guiar a los padres que tengan alguna preocupación sobre la salud mental de sus hijos.
Mira aquí las líneas de atención y prevención del suicidio en América Latina y España. Y en Estados Unidos, hay varias opciones para buscar ayuda en este tipo de casos (mira aquí)
La Dra. Edith Bracho-Sánchez es pediatra y becaria en el programa de comunicación médica de la Universidad de Stanford y CNN.