(CNN) – A medida que el coronavirus –y el pánico que ha desatado– continúa propagándose por el mundo, también lo hacen las afirmaciones falsas, las teorías de la conspiración y la desinformación acerca de la enfermedad.
Hay tanta información imprecisa rondando por ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hablado de una “infodemia”. Y quizás en el signo más evidente de esta época de redes sociales, la OMS se ha unido a TikTok para ayudar a aclarar los hechos y la situación.
Los mitos sobre el coronavirus existen tanto en los márgenes de internet como en los medios de comunicación más populares. Y aunque las plataformas de redes sociales ahora están tomando medidas para elevar la información creíble y eliminar el contenido que puede confundir a las personas, su lucha es bastante complicada. Mientras tanto, la censura y la desconfianza del gobierno en algunos países han creado un terreno fértil para que la desinformación se propague.
Aquí te dejamos la verdad sobre el coronavirus para que no caigas en ningún mito.
Mito: el coronavirus fue fabricado por el hombre
Realidad: no creas en todo lo que lees en internet
A medida que el brote de coronavirus se convertía en una crisis de salud pública –en todo el sentido de la palabra–, una teoría alternativa sobre sus orígenes comenzó a arraigarse en internet: que el virus no provenía de la naturaleza, sino que había sido creado en un laboratorio.
Los rumores, que se originaron en cuentas de redes sociales no verificadas y no estaban respaldados por ninguna evidencia creíble, se hicieron cada vez más elaborados a medida que el tiempo transcurría.
Una versión popular fuera de China insinuaba que un laboratorio de este país había estado trabajando secretamente en una arma biológica que se filtró. Otro rumor que ganó atención entre partes nacionalistas en redes sociales chinas indicaba que el virus se originó en EE.UU. y que muchos de los estadounidenses que se cree murieron a causa de la gripe esta temporada en realidad perdieron la vida por el COVID-19.
Científicos tanto en China como en Occidente han rechazado ampliamente estas teorías, aunque eso no ha impedido que se difundan. Los expertos todavía están tratando de descifrar la fuente exacta del virus, pero investigaciones indican que probablemente se originó en los murciélagos y se transmitió a un organismo huésped intermedio antes de llegar a las personas, al igual que el virus relacionado que causó la epidemia de SARS en 2003.
Mito: los remedios caseros pueden curar o prevenir el virus
Realidad: el ajo es bueno para ti. Como lo es el agua. Y la vitamina C. Pero, a pesar de lo que algunos contenidos en redes sociales podrían hacerte creer, no hay evidencia en el brote de que comer ajo, beber agua cada 15 minutos o tomar vitamina C proteja a las personas de contraer el coronavirus. Lo mismo ocurre con el uso de aceites esenciales, la plata coloidal y los esteroides.
Algunas publicaciones incluso han sugerido que poner aceite de sésamo en el cuerpo o rociarse con alcohol o cloro mataría el virus. Eso también es falso.
Existen algunos desinfectantes químicos –incluyendo la lejía, el etanol al 75%, el ácido peracético y el cloroformo– que pueden matar el virus en las superficies. Pero si el coronavirus ya está en tu cuerpo, poner esas sustancias sobre la piel o debajo de la nariz no acabará con él… y en realidad puede resultar peligroso.
Y esto debería ser más que evidente, pero por favor, por favor, tampoco ingieras desinfectantes químicos.
Actualmente no existe cura para el coronavirus. Y aunque la investigación avanza, podría pasar más de un año antes de que una vacuna esté disponible.
La mejor manera de protegerse en este momento es hacer lo que se recomienda en cada temporada de resfriados y gripe. Mantenerse al menos a 1 metro de distancia de cualquier persona que pueda estar infectada. Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Cubrirse la boca y la nariz cuando tosas o estornudes con el codo o un pañuelo que sea desechado inmediatamente después. Y desinfectar los objetos y las superficies que tocas.
Si tienes síntomas que se sienten peor que los de un resfriado común, busca un tratamiento lo más rápido posible.
Mito: necesitas una máscara quirúrgica
Realidad: las personas que están sanas no necesitan usar máscaras quirúrgicas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
De hecho, el cirujano general de EE.UU., el Dr. Jerome Adams, advirtió que estas máscaras podrían aumentar tu riesgo de infección si no se usan correctamente.
Ahora, las máscaras sí deberían ser utilizadas por aquellos que fueron contagiados por el coronavirus y tienen síntomas, con el objetivo de evitar que el virus se propague a los demás.
Las otras personas que realmente necesitan usar estas máscaras son los profesionales de la salud y quienes cuidan a alguien infectado con el virus en entornos cercanos, según los CDC.
Comprar máscaras faciales y máscaras antigás cuando te sientas sano solo empeorará la escasez y el aumento de precios resultante de la demanda. Eso pone en riesgo a los trabajadores de salud que realmente los necesitan, junto con sus comunidades.
Mito: el calor puede matar el virus
Realidad: los secadores de manos matan el virus, según la OMS. La organización también advierte que las lámparas UV no deben usarse para esterilizar las manos u otras áreas del cuerpo porque la radiación puede irritar la piel.
El presidente Donald Trump sugirió anteriormente que el calor mata al virus y que, debido a esto, el brote actual habrá desaparecido en la primavera.
Pero los expertos en salud pública aseguran que no hay forma de saber esto.
Mito: el virus puede transmitirse por correo
Realidad: no tengas miedo de abrir tu correo
Recibir una carta o un paquete de China no te pondrá en riesgo de contraer el virus, según la OMS.
Los investigadores aún están buscando exactamente cómo el nuevo coronavirus infecta a las personas, pero a juzgar por los coronavirus anteriores, no permanece vivo por mucho tiempo en objetos y superficies.
Mito: los niños no pueden contraer el coronavirus
Realidad: cualquier persona sin importar su edad puede contagiarse con este virus, aunque los adultos mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes parecen ser más vulnerables a infecciones graves.
Si bien la mayoría de los casos confirmados de coronavirus se produjeron en adultos, los niños también se infectaron, según los CDC.
Mito: las personas contagiadas con el coronavirus morirán
Realidad: la tasa de mortalidad del virus es cercana al 2%, y, según las autoridades, se espera que esa cifra disminuya.
Las personas que se contagian con el coronavirus generalmente padecen una enfermedad entre leve y moderada del tracto respiratorio superior, similar a un resfriado común. Los síntomas incluyen secreción nasal, tos, dolor de garganta, dolor de cabeza y fiebre que pueden durar un par de días. La mayoría de las veces, los síntomas desaparecerán solos.
La enfermedad puede ser fatal, pero esos casos son más inusuales.
Para aquellos con un sistema inmune débil, como los ancianos y los más pequeños, existe la posibilidad de que el virus pueda causar una enfermedad del tracto respiratorio más baja y mucho más grave, como la neumonía o la bronquitis.
Dado que miles de personas han sido infectadas y las autoridades aún luchan por contener el virus, incluso una tasa de mortalidad del 2% es preocupante.
Nectar Gan, Meg Wagner, Holly Yan y Faith Karimi, todos de CNN, contribuyeron a este informe.