(CNN) – El sistema de justicia penal de Estados Unidos se encuentra a prueba mientras los fiscales, jueces y abogados tratan de hallar un equilibrio entre los derechos constitucionales de los acusados, los derechos de las víctimas y la incertidumbre sin precedentes que llega con un virus que los funcionarios de salud pública aún están tratando de comprender y contener.
Esa presión quedó en evidencia esta semana. El juez encargado del juicio de un hombre acusado en una red de tráfico sexual en Nueva York aplazó el proceso a mitad de los testimonios, luego de que los abogados de la defensa manifestaran su preocupación acerca de que el jurado se podría apresurar a tomar su decisión para evitar trasladarse a la corte a medida que la pandemia de coronavirus se extiende en la ciudad.
“El jurado, sin duda, estará asustado y/o enojado por tener que desplazarse al juicio, escuchar el testimonio en una sala cerrada y deliberar en un espacio aún más confinado”, le escribió a la corte Alan Nelson, abogado del acusado de tráfico sexual, el pasado sábado. El defensor argumentó que el proceso debía ser aplazado. “Es probable que esa ira y ese miedo se traduzcan en un juicio injusto para el acusado”, completó.
Los fiscales se opusieron a la solicitud señalando que un retraso “privará al público de una resolución rápida” y “creará una incertidumbre sustancial” para la víctima. Después de una audiencia este lunes, el juez aplazó el juicio por al menos dos semanas, justo cuando los funcionarios de la ciudad y el estado cerraron las escuelas y los cines, limitaron los bares y restaurantes a solo ofrecer productos para llevar y entregar a domicilio, y pidieron a los residentes que permanezcan dentro de sus hogares.
Sin saber aún cuál será el impacto del virus en los tribunales, funcionarios del Departamento de Justicia ya comenzaron a discutir qué hacer con los casos en curso y si los retrasos en presentar los cargos o desarrollar juicios podrían desencadenar problemas constitucionales, según un miembro de la agencia.
Entre las preocupaciones están el vencimiento de la prescripción en ciertas investigaciones –para muchos delitos federales, los fiscales tienen cinco años para presentar los cargos contra un acusado penal– y el derecho constitucional de que los acusados cuenten con un juicio rápido. No está claro cuántos casos podrían verse afectados por estos asuntos, indicó el funcionario.
Si las cortes federales se cierran durante semanas o meses, sin que se celebre ningún juicio, el Departamento de Justicia podría tener que buscar una legislación del Congreso para extender el periodo que los fiscales y los jueces tienen para encargarse de los casos afectados, aseguró el funcionario. Los trabajadores están lidiando con esa incertidumbre ahora.
Los abogados defensores han sugerido que será necesario tomar decisiones difíciles, ya sea que se trate de reducir algunas investigaciones y o de hacer acuerdos de reducción de pena.
Las cortes se cerraron temporalmente en Nueva York después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, pero algunos abogados dicen que las incógnitas sobre el virus y el tiempo que durará implican desafíos sin precedentes.
Una posición “peligrosamente obtusa”
Esta tensión se desarrolla en Nueva York, el estado con la mayor concentración de casos de coronavirus en el país. Allí algunos abogados defensores les han pedido a los fiscales y jueces federales que acaten las advertencias públicas y detengan los juicios que están en curso, además de aceptar la libertad bajo fianza para personas no violentas.
El juicio por tráfico sexual en Nueva York comenzó el lunes pasado. Al final de la semana, seis testigos –incluidas dos víctimas– habían dado su testimonio, mientras los líderes de la ciudad y el estado debatían reducir la actividad en la ciudad y se enteraban que el número de casos de coronavirus iba en ascenso
Para el sábado, cuando los funcionarios de salud pública encendieron las alarmas sobre la propagación del virus, los abogados del acusado pidieron al juez que aplazara el juicio debido las preocupaciones que los miembros del jurado podrían tener sobre el coronavirus y la posibilidad de que se apresuraran a emitir un veredicto.
Los fiscales se opusieron, señalando que solo quedaba medio día de testimonios en su caso, y una necesidad pública de responsabilizar al hombre.
“La imposición de un retraso no especificado en el juicio privará al público de una resolución rápida para en asunto –especialmente cuando las partes creen estar cerca de concluir– y creará una incertidumbre sustancial para la víctima sobre cuándo, si alguna vez, sus derechos serán reivindicados”, escribieron los fiscales en una carta este sábado.
La Asociación Nacional de Abogados de Defensa Penal apoyó la posición de los abogados defensores y calificó la posición del gobierno de “peligrosamente obtusa”.
“Obligar a los miembros del jurado a pasar una buena parte del día en un espacio confinado, en el que comparten un baño, un lavabo, una mesa y sillas, y luego otras pocas horas más en el estrado del jurado donde también están muy cerca presenta un riesgo innecesario y excesivo bajo las circunstancias actuales”, escribió la asociación.
Un tema que la defensa planteó en ese caso fue la noticia de que un agente de seguridad de la oficina del fiscal de Manhattan y un agente de la Fuerza de Tarea Conjunta contra el Terrorismo dieron positivo al coronavirus la semana pasada. Los fiscales señalaron que no se cree que nadie en el equipo del juicio hubiera estado expuesto. Aún así existe el riesgo. Según los Defensores Federales de Nueva York, un fiscal de esa misma oficina en Manhattan también está siendo evaluado para detectar si tiene o no coronavirus.
Las preocupaciones del jurado por tener que estar en espacios reducidos ya comenzaron a impactar los juicios. Una juez federal de Nueva York tomó en la mañana de este lunes la decisión inusual de permitir que un jurado deliberara a través de videoconferencia en el juicio penal por un caso de violación de sanciones de Estados Unidos, después de que dos miembros del jurado informaran que se sentían enfermos y pidieran quedarse en casa.
Frente la objeción de los fiscales, quienes expresaron su preocupación de que el jurado que participa por videoconferencia podría investigar aspectos del caso mientras estaba en casa, la jueza de la Corte de Distrito Alison Nathan permitió la medida para un jurado. “Diré que estamos bajo circunstancias extraordinarias”, señaló. Ella descartó al otro miembro del jurado.
En la tarde del lunes, el jurado declaró al acusado, un empresario iraní, culpable de cinco de los seis cargos de los que fue acusado.
A principios de este mes, el mismo juicio debió cambiar de sala después de que otro miembro del jurado le dijera a la juez que habían sido expuestos potencialmente a alguien positivo para coronavirus.
Los Defensores Federales de Nueva York están pidiendo al Departamento de Justicia que anule sus acciones.
“Mi gran preocupación es por fiscalías de EE.UU. que una vez más, en sus propias palabras, están trabajando como lo hacen normalmente. En términos de nuevos arrestos, nos dicen que no están cambiando su política, que no están disminuyendo y eso es realmente problemático si vas a inyectar aún más personas en las cárceles ya abarrotadas”, destacó David Patton, presidente ejecutivo de los Defensores Federales de Nueva York.
Un portavoz de la oficina del fiscal en Manhattan declinó hacer comentarios.
Patton aseguró que los defensores federales han pedido la fianza de unos 15 prisioneros que son adultos mayores o están médicamente vulnerables.
Patton añadió que los fiscales arrestaron a un individuo por un delito menor de drogas este sábado y solicitaron que fuera detenido. El juez otorgó la libertad bajo fianza, pero el acusado ha sido retenido hasta que pueda cumplir con las condiciones.
“Eso me parece totalmente loco. Vas a dejar a alguien detenido por dos o tres días hasta que cumpla las condiciones de la libertad bajo fianza y lo traigas de vuelta a la comunidad”, señaló Patton.
También dijo que otras seis personas fueron arrestadas este lunes antes del mediodía, lo que es algo moderadamente concurrido para las cortes federales. En los tribunales del estado de Nueva York, Patton indicó que hubo una disminución en el número de nuevos arrestos.
Human Rights Watch también ha pedido que sean liberadas de las cárceles y los centros de detención de inmigrantes las personas mayores, aquellas con riesgo médico y quienes siguen detenidos porque no pueden pagar la fianza.
“Realmente sin precedentes y más desafiante” que el 9/11
Las cortes y el derecho del acusado a un juicio rápido han estado bajo prueba antes, durante el 11 de septiembre y los desastres naturales como el huracán Katrina y la tormenta Sandy.
Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, algunos tribunales federales cerraron temporalmente al igual que otras instituciones en todo el país, debido a que los líderes de inteligencia temían un posible segundo atentado, según Jamie Gorelick, exfiscal general adjunto que trabajó en la Comisión del 11 de septiembre.
En el centro de Manhattan, los majestuosos tribunales federales en Foley Square cayeron en la llamada “zona congelada” alrededor de la zona cero, haciéndolos inaccesibles durante días. Una corte que había sido construida recientemente en el Distrito Este de Nueva York –entonces la estructura más grande en Long Island– también permaneció cerrada poco después del ataque.
Incluso, cuando se reabrieron los tribunales, los procesos penales y civiles se retrasaron durante semanas, ya que los fiscales y los agentes del FBI fueron enviados a un centro de comando del Departamento de Justicia para investigar el ataque terrorista.
“Fue una cosa de veinticuatro horas únicamente dotarlo de personal y trabajar y hacer todo el apoyo de seguridad que pudiéramos”, recordó Jodi Avergun, un alto exfuncionario del Departamento de Justicia que dirigió el puesto avanzado de Long Island en Distrito Este en el momento de los ataques. “Yo tenía una serie de juicios e investigaciones de fraude que se quedaron paralizados durante semanas porque el FBI estaba haciendo contraterrorismo”.
La destrucción física de los archivos de casos tras el colapso de las torres del World Trade Center –donde se encontraban las oficinas locales de la Comisión de Bolsa y Valores y el Servicio Secreto–, así como las dificultades para transportar a los reclusos a las audiencias en corte y a las reuniones con los abogados defensores se sumaron a los obstáculos que los funcionarios de las oficinas del fiscal de Manhattan y de Brooklyn tuvieron que enfrentar al tratar de continuar con las acusaciones los plazos requeridos.
Como resultado, algunos casos fueron desestimados anticipadamente, mientras que los fiscales se vieron obligados a llegar a acuerdos prematuros en otros, dijo Avergun.
En 2001 y también este mes, los jueces federales han recurrido a las excepciones de interés público en los estatutos federales para garantizar que las interrupciones en las cortes no cuenten como parte de los plazos garantizados en el derecho de los acusados a una justicia rápida.
En medio de los efectos del 11 de septiembre, el juez principal del Distrito Sur de Nueva York emitió una orden general que descontaba de los plazos de “juicio rápido” el tiempo perdido en los casos desde el cierre inicial. La semana pasada, la jueza principal actual, Colleen McMahon, emitió una decisión similar, excluyendo un período de tiempo hasta el final del próximo mes.
“Creo que lo que sucede es que desafortunadamente a los acusados se les retrasa su tiempo en la corte y el sistema se inclina a permitirlo de una manera que no haría si la excusa no fuera realmente buena”, destacó Harry Sandick, quien se desempeñó como asistente de la oficina del fiscal de Manhattan durante el 11 de septiembre. “Creo que el sistema reconoce que los retrasos son inaceptables, pero también que son inevitables y particularmente inevitables cuando se tiene una crisis nacional como esta o el ataque del 11 de septiembre”, añadió.
Patton, de los Defensores Federales, dijo que aprecia la flexibilidad de los tribunales, pero dice que incluso en comparación con el 11 de septiembre o los huracanes y tormentas “algunas de las cosas con las que estamos lidiando en este momento son realmente sin precedentes y aún más desafiantes”.
“Después de las tormentas o el 11 de septiembre no teníamos la crisis pendiente que estamos viendo en nuestras cárceles en este momento”, destacó Patton. “Esa es nuestra principal preocupación en este momento; nuestra mayor preocupación son las personas que están muriendo allí en este momento”, completó.