Por Ismael Cala
Entrevistar a un expresidente puede parecer una tarea sencilla. Uno puede imaginar que estando ya fuera del poder, sus agendas se vuelven más accesibles y la logística para lograr una entrevista es sólo contactar a un colaborador cercano, secretario o jefe de prensa y fijar una fecha y lugar.
Pero en el caso del expresidente de Colombia Alvaro Uribe las cosas no son así de fáciles. No sólo tiene una agenda parecida a la que tenía cuando estaba en el poder, sino que el trabajo de coordinación para coincidir en una fecha y un lugar tomó meses.
Muchas llamadas, correos electrónicos, intermediaciones, cambios de fecha, preguntas, revisiones de agenda, fueron sólo algunos de los elementos previos a este encuentro con el expresidente de Colombia. Tuvimos que ir a Bogotá para tenerlo más cerca. Pero aún en Bogotá, le entrevista no estaba garantizada.
Uribe viajaba al exterior. Venía del Departamento de Antioquia, en el interior del país, en donde se encuentra su residencia. Entre vuelo y vuelo había una pequeña ventana de tiempo en la que estaba dispuesto a sentarse a conversar con nosotros. Los tiempos no daban y el estricto equipo de seguridad que siempre le acompaña no garantizaba que los traslados pertinentes se completaran a tiempo.
Luego de muchas más llamadas para la coordinación de los detalles, el expresidente pudo modificar el itinerario de sus vuelos para tener el tiempo justo de darnos una entrevista, la primera concedida a CNN en Español desde su salida de la casa de Nariño, hace ya 14 meses.
Llegó el día y la hora pautada. Sábado 10 de septiembre a las 3 de la tarde en una instalación de la Policía Nacional, gentilmente concedida y especialmente habilitada para la entrevista. Bajo severas medidas de seguridad, Álvaro Uribe llegó a tiempo para ponerse el micrófono y sentarse a conversar con nosotros.
Lo escogimos para dar inicio a estas dos semanas de Cala en Colombia debido a su trascendencia tanto dentro como fuera de su país. Presidente de la república desde 2002, reelegido en 2006 y hasta el 7 de agosto de 2010. A poco más de un año de su salida del poder, Uribe aparece en cada diario colombiano y en muchos de los diarios y medios internacionales.
Conversamos cordialmente acerca de muchos temas, aunque nunca sobre todos los temas que uno quisiera. Para ello hace falta mucho más que poco más de una hora, que fue el tiempo que tuvimos. Sí creo haber cubierto los temas centrales, tanto locales como internacionales. De esta, la primera entrega, destacan muchos temas. Uno de ellos y ante la pregunta de qué hubiera hecho diferente, el expresidente señaló como una falla el no haberse opuesto con mayor contundencia a aquellos que promovían una segunda reelección.
En cuanto al saldo de sus ocho años de gestión, Uribe señaló: “No dejamos un paraíso pero sí un país con buenas tendencias”.
Asimismo dejó claro que ha estado “40 años en la política con total transparencia”. Me llamó la atención cómo el exmandatario no menciona a algunos personajes sobre quienes le pregunté. Supongo que es una estrategia de comunicación que aplica con bastante consistencia. Sobre el presidente actual, Juan Manuel Santos, la relación de Colombia y Venezuela, la exsenadora Piedad Córdoba, el caso de las llamadas escuchas ilegales, entre muchos otros temas, el expresidente responde en la segunda entrega.