WASHINGTON (CNN) — Jonathan recuerda el día, hace varios años, cuando el padre de dos hijos se vio obligado a sentarse con su joven hija para explicarle que como inmigrante indocumentada probablemente no se le permitiría visitar la Casa Blanca junto a su clase de octavo grado.
Ese día se le rompió el corazón a la niña.
“Es difícil porque lo que sucede es que sus esperanzas empiezan a desvanecerse, y su futuro tiene un corto plazo”, dijo Jonathan. “Estás viviendo día a día, no por año”.
La familia, que vive ilegalmente en Florida y pidió a CNN que su apellido se omitiera para proteger su identidad, es una de las miles que tienen más en juego tras la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de anular partes de la ley de Arizona contra la inmigración.
Los analistas políticos han argumentado los méritos legales del caso durante meses. La perspectiva de quienes su trabajo ha sido sustituido con mano de obra barata ilegal ha obligado a los gobiernos locales a absorber enormes costos asociados con la inmigración ilegal, por lo que el caso va mucho más allá de la política.
Para los migrantes ilegales es una batalla diaria entre el temor a ser arrestados y deportados y un gobierno que algunos creen que no ha hecho lo suficiente para dejar de criminalizarlos.
La Corte revocó partes fundamentales de la ley Arizona en una decisión que se resolvió con cinco votos a favor y tres en contra, ya que el juez Anthony Kennedy escribió que la opinión de la mayoría es que “el gobierno federal tiene suficiente poder para regular la inmigración”.
Sin embargo, la Corte también ratificó la disposición que permite a los agentes de la policía hacer cumplir otras leyes, examinar el estatus migratorio de una persona si considera que existe “sospecha razonablemente” de que la persona se encuentra en EE.UU. de manera ilegal.
“Este es un día gris para gente como yo”, dijo Jonathan en reacción a la disposición calificada por la crítica como: “muéstrame tus papeles”. “Básicamente, esto le da a Florida, el permiso para seguir los pasos de Arizona.
Tanto republicanos como demócratas se apresuraron a reclamar una victoria limitada.
“Me complace que la Corte Suprema haya anulado las disposiciones clave de la ley de inmigración de Arizona”, dijo el presidente Barack Obama en una declaración escrita el lunes.
“Al mismo tiempo, me sigue preocupando el impacto práctico de la disposición restante de la ley de Arizona que requiere que la policía local compruebe el estatus migratorio de cualquier persona de la que se sospeche está aquí ilegalmente”, dijo Obama.
Los líderes republicanos no comparten la misma opinión. “Una vez más se nos recuerda que el presidente Obama no ha logrado cumplir su promesa sobre la reforma migratoria”, dijo Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano (RCN por sus siglas en inglés).
“En ausencia del liderazgo presidencial, los estados han actuado por su cuenta para servir a su pueblo y hacer cumplir la ley, pero el tema no puede ser resuelto completamente con un presidente indispuesto a cumplir sus promesas. Esta decisión hace el trabajo más difícil, y deja a los estadounidenses a la espera de un plan que Obama se comprometió a entregar hace años”.
Para los inmigrantes como Jonathan, que han pasado años viviendo en las sombras, la sentencia puede ofrecer un rayo de esperanza. Pero también lo hace sentir como si la vida estuviese a punto de volverse mucho más precaria.
“Cuando todo esto estaba sucediendo en Florida y el gobernador Rick Scott hablaba de la ley de Arizona y la forma en que querían hacer lo mismo”, dice Jonathan, con la voz quebrada. “Las paredes se estaban cerrando sobre nosotros muy rápido. Estábamos perdiendo la esperanza”.
Los expertos dicen que, en su núcleo, la ansiedad sobre la inmigración tiene que ver con la nación está cambiando demográficamente de manera drástica.
“La mayoría de la virulencia y la ansiedad que las personas sienten acerca de la inmigración tiene que ver con un concepto simple: los cambios demográficos en EE.UU.”, dijo el colaborador de CNN, Rubén Navarrete.
Según cifras del último censo, la mitad de las minorías de la población de Estados Unidos tienen menos de un año de edad. Cuando esos niños crezcan, podrían ayudar a consolidar una base de poder político en lugares como Alabama, Mississippi y Georgia, que ejercen poder político y su influencia podría extenderse por todo el suroeste hasta llegar a California, prevén los expertos.
Los estados con los mayores incrementos en las tasas de natalidad de las minorías son también los estados que habían estado considerando leyes duras como la de Arizona.
Hay quienes todavía ven las leyes como la de Arizona como un paso necesario para reparar el mal trabajo que el gobierno federal ha hecho en resolución de la crisis de inmigración.
“Tengo un primo se dedica a la construcción, ha tenido que bajar sus precios, está constantemente en busca de trabajo, no puede conseguir empleo como obrero calificado porque tiene que competir con los bajos salarios de los inmigrantes ilegales”, dijo Paulina Olvera, ex propietaria de una pequeña empresa y vicepresidenta del Partido Republicano de Denver. “No podemos ser el único país del mundo que no hace cumplir las leyes de inmigración”.
Ella dijo que ha visto con frustración cómo ciudadanos estadounidenses han sido incapaces de conseguir trabajo. “Cuando los inmigrantes ilegales están aquí… nadie los culpa por querer aprovechar la oportunidad”, dijo. “Cuando tienes a la gente de aquí de manera ilegal, la oportunidad para la explotación de la fuerza laboral es mayor, y hace que sea difícil para los trabajadores locales competir por los puestos de trabajo”.
Jonathan, un ingeniero de profesión, dice entender esas preocupaciones. Pero para él, “se siente como que es la Gestapo”. Él es uno de los afortunados con identificación oficial. Por lo tanto, se siente un poco más seguro. Por ahora.
Pero está dispuesto a huir si las cosas cambian. Después de todo, es lo que sus amigos más cercanos planean hacer.
“Si me detienen y me piden mis papeles, tengo una licencia”, dijo Jonathan. “Pero nuestros amigos tienen que mudarse a estados más amigables”.