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Por Alan Duke

LOS ÁNGELES (CNN) — Los fanáticos obsesionados pueden ser la parte mala de ser una celebridad. Ese es el motivo por lo cual Whitney Houston contrató a Kevin Costner para que la protegiera en la película El Guardaespaldas en 1992.

En la vida real, Houston tuvo al FBI protegiéndola más de dos décadas, a partir de que un fanático en Vermont le advirtió en 1988 que “podría dañar a alguien” si la cantante no leía sus cartas.

También hubo un hombre en Holanda que se hacía llamar el “Presidente de Europa”. Un agente del FBI en Bruselas lo visitó en 1999 para hablar sobre grabaciones y cartas “amenazantes” que envió a Houston.

El FBI también investigó a alguien que demandó 250.000 dólares o revelaría detalles de las relaciones románticas de la cantante, solo meses después de casarse con el cantante Bobby Brown.

Ninguno de esos casos llevó a la presentación de cargos. Este lunes, el FBI publicó en internet las cartas y detalles de sus investigaciones para proteger a Whitney Houston.

Los tiempos cambian y los fanáticos ahora envían tuits y publican en Facebook, en vez de enviar cartas, pero esas cartas de hace décadas en poder del FBI aún revelan porqué son llamados “fanáticos”.

“Debido a que me he vuelto tan desesperado y loco y podría pensar en ideas que me asustan, que podría tener una idea loca o estúpida o realmente tonta que pueda ser tan mala como eso o incluso peor que eso”, escribió un hombre de 28 años de Vermont. “Podría dañar a alguien con alguna idea loca y no darme cuenta de cuan estúpida es hasta que ya lo hice. Eso realmente me asusta”.

Esto es de una carta enviada a un socio de Houston por un hombre que imploraba que Houston reconociera su existencia. Sus 66 cartas a la cantante y sus 10 cartas a su familia y amigos no tuvieron respuesta. “Estoy desesperado por tener algún tipo de respuesta”, escribió. Pero esa última carta, si logró tener la atención de las autoridades federales.

El amor de un fan no correspondido

El hombre, cuyo nombre se omite, escribió que se enamoró de Houston en marzo de 1986, el mismo mes en que ella sacó el sencillo The Greatest Love of All.

“Cuando me enamoré por primera vez de Whitney, intenté ignorar lo que sentía por ella”, dice en una carta escrita a mano y fechada en Burlington, Vermont. “Luego de cinco meses, necesitaba hacer algo por lo que comencé a escribir cartas. Intenté ya no escribir y lo logré dos veces, pero luego de unas semanas, comencé a escribir otra vez. Necesito seguir intentando”.

Aunque el FBI inicialmente investigó una posible extorsión, el hombre solo quería saber si Whitney Houston había leído alguna de sus cartas.

El hombre se describe como un solitario que le gustaban los animales pequeños y los niños. En sus cartas, escribió que estuvo en nueve de sus conciertos, y que intentó darle flores dos veces.

“No puedo dejar de pensar en ti”, escribió. “Muchas veces cuando pienso en ti comienzo a estremecerme. Por favor, dame una oportunidad”.

El fanático dijo que se enfermó “por varios días” cuando vio un titular de un tabloide que sugería que Houston se había casado en secreto.

Pero no todo era amor. El hombre, que según el FBI era un veterano del Ejército, también escribía de política.

En una carta dijo que quería que se elevaran los impuestos a los ricos, bajarlos para quien no tuviera suficiente dinero “para vivir a un nivel aceptable” y darles acceso a salud de forma gratuita. También estaba a favor de un presupuesto federal balanceado.

Estaba preocupado de que su visión política impediría que ella lo amara. “No deberías de pensar mucho en un hombre que quiere que envíes la mayor parte de tu dinero al gobierno federal. Espero que no lo tomes contra mí pero lo entendería si lo hicieras”.

Luego de la carta número 79 a Houston, y la 16 a su familia, amigos y socios, un agente del FBI tocó a la puerta de “su pequeño apartamento de una recámara”, según los archivos de la agencia.

Entonces explicó que nunca le haría daño físico a nadie, y que lo de hacer algo “loco o estúpido o realmente tonto” era la posibilidad de ir a un programa de televisión para hablar de su amor por Houston, algo que no hizo, afirmó, para no dañar la reputación de la cantante.

El FBI entonces concluyó que el fanático no quebrantó ninguna ley y cerró el caso.

El fanático holandés investigado por el FBI también insistió en que nunca intentó amenazar a Houston. Las grabaciones que envió eran canciones que escribió para la cantante.

Él dijo al agente del FBI que era el “Presidente de Europa”, y que compró Brasil por 66,000 millones de dólares. También tomó crédito por la caída del gobierno de Sudáfrica y la elección de Nelson Mandela como presidente.

El hombre, que trabajaba en un vivero en Holanda, prometió no enviar más cartas.

Los fans incómodos

Otra investigación del FBI se centró en una amenaza de publicar secretos de la cantante por medio de tabloides, si ella no pagaba 250,000 dólares. La persona, que hizo la amenaza en noviembre de 1992, dijo que sabía detalles íntimos de las relaciones sentimentales de Houston.

La cantante fue interrogada por el FBI en diciembre de ese año, y dijo que no sabía qué era lo que la persona sabía, aunque reconoció que si habló con ella sobre asuntos personales.

Una carta enviada al padre de Houston por el abogado de esa persona advirtió que ya habían rechazado varias ofertas de cientos de miles de dólares por la historia.

“Por lo tanto, esperaría una oferta similar de ustedes con respecto a la venta de los derechos exclusivos”.

Su clienta “sufrió estrés emocional” por su relación con Houston y podría demandar, afirmó el abogado, que advirtió sobre consecuencias negativas para la cantante.

En vez de cumplir con el ultimátum del 23 de noviembre de 1992, el padre de Houston llamó al FBI.

El FBI y un fiscal determinaron que no se quebrantaron leyes, y el caso también se cerró.