(CNN Español) – Ya es 1 de octubre —inicio del nuevo año fiscal— y no hubo acuerdo en el Congreso de Estados Unidos sobre el presupuesto.
Así, inició el cierre gradual de operaciones del gobierno de estadounidense en medio de incertidumbre sobre cómo los legisladores conseguirán resolver sus diferencias y aprobar un plan de gasto público que permita el funcionamiento gubernamental.
Es la primera vez que el gobierno cierra desde 1996.
La primera acción del gobierno fue ordenar el cese de actividades de las agencias federales, informó la directora de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, Sylvia Mathews Burwell a través de un memorándum.
La mayoría de los trabajadores federales que signifiquen un excedente se supone deberán estar fuera de sus oficinas cuatro horas después del inicio de sus actividades este martes.
Después de iniciado el cierre, el Senado informó que regresará a la votación del presupuesto a las 09:30 (hora local).
En la tarde de este lunes, el Senado rechazó los cambios hechos por la Cámara al proyecto de reforma al sistema de salud, Obamacare, lo que prácticamente sentenció el cierre del gobierno.
En la noche, la Cámara aprobó de nuevo el proyecto sobre la financiación al Gobierno con condiciones para retrasar el mandato de Obama sobre la reforma a la salud. Luego, el Senado eliminó de nuevo las enmiendas aprobadas por la Cámara.
El presidente Barack Obama sancionó la exención de sueldos de militares frente a los recortes forzados por el cierre del Gobierno.
Por su parte, la Oficina de Presupuesto les ordenó a agencias del Gobierno implementar el plan de cierre ante “la ausencia de fondos”.
Obama criticó fuertemente a los republicanos por no impedir el cierre. En su cuenta en Twitter, publicó este mensaje en los primeros minutos del martes: “En verdad lo hicieron. Un grupo de republicanos en la Cámara forzó el cierre del gobierno por Obamacare en lugar de aprobar un presupuesto real”.
Obama se había pronunciado en la tarde en referencia al probable cierre del Gobierno después de que el Congreso no se pudiera de acuerdo para aprobar el presupuesto.
“Una paralización parcial tendría un impacto económico en las personas inmediatamente”, dijo el presidente.
Obama dijo que es importante que la gente tenga en cuenta que “el gobierno federal es el empleador más grande de este país”. Con 2 millones de empleados civiles, un cierre de gobierno haría que 700.000 empleados se irían a su casa sin recibir salario.
“Las oficinas van a quedar cerradas, los pagos suspendidos, los museos y parques cerrados”, explicó el mandatario.
“Una facción de un partido no puede paralizar el gobierno para que se haga su voluntad”, haciendo una posible referencia al Tea Party el grupo conservador de republicanos que se ha opuesto a la reforma.
Según Obama, el cierre del gobierno estadounidense “va a generar problemas en la economía significativos, problemas en un momento en que estamos tratando de recuperar velocidad”.
“La idea de poner en riesgo la recuperación es una irresponsabilidad y no tiene por qué pasar”, agregó.
El cierre del gobierno obligará, explicó Obama, al cierre de parques nacionales, museos, y por consecuencia, a los comercios que viven de ellos. La NASA dejaría de trabajar casi por completo, los salarios y servicios a veteranos, jubilados, niños y mujeres se reducirían o atrasarían; y los negocios no recibirían permisos para funcionar.
El servicio de correo seguiría funcionando, mientras que los controladores aéreos, los guardias de prisiones, y la Patrulla Fronteriza seguirán trabajando, aunque sus cheques se retrasarían.
Pero durante el lunes los integrantes del Congreso siguieron culpándose unos a otros mientras se acercaba la hora del cierre.
El secretario de Justicia Eric Holder y el secretario de Defensa Chuck Hagel afirmaron que los servicios militares y de prevención del crimen continuarán, pero algunos trabajadores serán enviados a casa. Holder dijo que recortará su salario por el mismo monto que la mayoría de los afectados en el Departamento de Justicia porque “todos estamos en esto juntos”.
El cierre anterior, en 1995, fue causado por una batalla presupuestal entre el presidente Bill Clinton y el Congreso republicano, duró un total de 21 días.
Una nueva encuesta realizada por CNN/ORC mostró que los estadounidenses no están contentos con la idea de que el gobierno federal cierre.
De acuerdo con la encuesta, el 68% de los estadounidenses creen que cerrar el gobierno inclusive por unos días es una mala idea, mientras que el 27% creen que es una buena idea.
Al parecer los estadounidenses culpan a los republicanos por el cierre: 69% afirmaron que los de dicho partido actúan como “niños mimados”. Los demócratas no se quedan muy atrás: 58% de los que respondieron dijeron que los de dicho partido estaban también actuando de esa forma.
El sondeo señala que el 54% de los encuestados tienen una visión desfavorable del grupo Tea Party, lo mayor registrado por una encuesta de CNN.
Además, sólo 10% de los estadounidenses en la encuesta aprueban el trabajo que está haciendo el Congreso.