Por Elise Labott y Holly Yan
(CNN) — Las labores para liberar al sargento del Ejército estadounidense, Bowe Bergdahl, quien era prisionero del Talibán, fueron arduas y prolongadas; sin embargo, el acuerdo al que llegaron podría sentar las bases para negociaciones futuras entre Estados Unidos y el Talibán, de acuerdo con una fuente que tiene conocimiento del caso.
“A menudo había retrasos muy largos, incluso de semanas, entre la emisión de un mensaje y la recepción de la respuesta” del Talibán, señaló la fuente, quien habló bajo anonimato.
El equipo de negociación “iba a Qatar durante unas horas, enviaba el mensaje y pasaba una semana o más para que recibiéramos una respuesta”, por ejemplo.
El gobierno de Qatar medió en el diálogo que se desarrolló a lo largo del año pasado.
Luego, el 23 de mayo, un equipo de negociadores estadounidenses llegó a Qatar e inició otra serie de negociaciones, de acuerdo con la fuente. El equipo pensó que estaban cerca de lograr un acuerdo.
El ritmo de las negociaciones aumentó. Se intercambiaban mensajes a diario. Para el 27 de mayo ya se había delineado el marco básico del acuerdo y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló por teléfono con el emir de Qatar, dijo la fuente.
Las implicaciones del intercambio
Con la negociación se demostró que el Talibán es capaz de llegar a un acuerdo y ejecutarlo, agregó la fuente. Demostró que la comisión política del Talibán representa al movimiento y puede impartir órdenes a los soldados para que se ejecuten.
La fuente dijo que la conversación que tiene que avanzar es la de Afganistán con el Talibán, pero no descartó la posibilidad de que Estados Unidos sostenga mayores discusiones con este grupo.
Un acuerdo cuestionable
Los captores de Bergdahl lo entregaron a Estados Unidos a cambio de la liberación de cinco presos en la bahía de Guantánamo, en Cuba.
La fuente dijo que los cinco exprisioneros se reincorporarían al movimiento Talibán pero no influyen radicalmente en la fuerza de éste en el campo de batalla.
Esos hombres, que para el Talibán son oficiales de alto rango, no habían estado en contacto con sus hermanos desde hace una década y se cree que es mínima su capacidad de entrar en acción y afectar a las tropas estadounidenses si regresan a Afganistán, explicó la fuente.
Estos comentarios contrastan profundamente con las declaraciones del senador republicano por Florida, Marco Rubio, quien dijo que los cinco talibanes regresarán al campo de batalla a “matar estadounidenses”.
Tanto los demócratas como los republicanos criticaron el intercambio de prisioneros y argumentaron que se arriesgan vidas de estadounidenses al liberar a los terroristas; acusaron a Obama de violar la ley al no notificar al Congreso con 30 días de anticipación.
Desde que se anunció la liberación de Bergdahl, los funcionarios del gobierno de Obama han repetido que apresuraron la operación porque les preocupaba la salud y seguridad de Bergdahl, que al parecer estaba en peligro.
Algunos reportes de inteligencia recientes, aunados a los dos videos que sirvieron para demostrar que Bergdahl estaba con vida y que se publicaron en los últimos meses, suscitaron inquietudes cada vez más profundas acerca de su salud y su seguridad, señaló un oficial militar de alto rango el miércoles.
Los funcionarios explicaron que consultaron al Departamento de Justicia y actuaron legalmente. Sin embargo, algunos legisladores republicanos afirmaron que no creen ese argumento y que quieren pruebas de que la salud de Bergdahl realmente estaba en riesgo.
La noche del miércoles 4 de junio, en una reunión informativa confidencial en el Senado estadounidense, los funcionarios proyectaron un video en el que se demostraba que Bergdahl estaba con vida. Los legisladores que salieron de la sesión mostraron reacciones contradictorias respecto a que la salud de Bergdahl fuera prueba de que era necesario liberarlo inmediatamente.
Algunos legisladores sostuvieron sus objeciones a que no se hubiera notificado al Congreso del intercambio.
Sin embargo, el senador independiente por el estado de Maine, Angus King, dijo que el gobierno tenía información de inteligencia que indicara que “de haberse filtrado estas discusiones (relativas al intercambio propuesto), la probabilidad de que mataran a Bowe Bergdahl habría sido razonable”.
“Ese fue uno de los datos de los que nos enteramos… y que dio cierta credibilidad a la razón para mantenerlo en secreto durante tanto tiempo”, dijo King en el programa New Day de CNN.
Con todo, King dijo que debería haberse informado a los líderes de los comités de Inteligencia de la Asamblea de Representantes y del Senado, si no es que a todo el Congreso.
John Bellinger, asesor legal del Departamento de Estado durante el gobierno de George W. Bush (no estuvo presente en la reunión informativa), dijo a CNN que el acuerdo para intercambiar prisioneros “podía justificarse”.
“Esta es una de esas situaciones de seguridad nacional difíciles a las que los presidentes se enfrentan”, dijo. “Todas las opciones son malas”.
¿Desertor o héroe?
La Asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, dijo que Bergdahl había servido con honor y distinción. Sin embargo, aumentan las críticas de sus compañeros de armas, quienes lo describen como desertor.
“Creo que definitivamente abandonó no solo a sus compañeros, sino a sus superiores, quienes querían lo mejor para él y para nuestro país”, dijo el exsargento del Ejército, Justin Gerleve, quien encabezaba el escuadrón de Bergdahl.
Algunos de los soldados que participaron en la operación para encontrar a Bergdahl dijeron que al menos seis soldados murieron en la búsqueda.
Cuando se le preguntó sobre este asunto, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, dijo a los reporteros que no conocía las circunstancias específicas ni los detalles de la muerte de los soldados a consecuencia de las labores para encontrar a Bergdahl.
Gerleve dijo en el programa The Lead with Jake Tapper, de CNN, que creía que Bergdahl tiene parte de la culpa de la muerte de los soldados.
“No puedo decir realmente que culpo totalmente a Bergdahl, pero si no hubiera desertado, estos soldados bien podrían haber estado en un lugar diferente en un momento diferente”, dijo.
En una investigación del Ejército que se llevó a cabo en los meses previos a la desaparición de Bergdahl, en 2009, se concluyó que abandonó su puesto deliberadamente y por su propia voluntad, de acuerdo con un oficial militar estadounidense que conoce el reporte.
El oficial habló con CNN bajo anonimato a causa de la naturaleza de la información.
No se ha determinado definitivamente si Bergdahl desertó porque eso requeriría conocer sus intenciones… algo que los oficiales del Ejército no pueden hacer sin haber hablado con él.
Un largo camino por delante
Bergdahl permanecerá en un centro médico del Ejército estadounidense en Alemania hasta que termine su tratamiento, explicó un oficial militar a CNN. Luego regresará a Estados Unidos, a una base militar en San Antonio, Texas, agregó.
Mientras continúa la controversia, el pueblo del que proviene Bergdahl (Hailey, Idaho) canceló el evento planeado para celebrar su retorno “en aras de la seguridad pública”.
El Ayuntamiento señaló que los organizadores esperaban la asistencia de una gran cantidad de simpatizantes y manifestantes.
“Hailey es un pueblo de 8,000 habitantes y no cuenta con la infraestructura para llevar a cabo un evento tan grande como podría ser este”, según el Ayuntamiento.
Catherine E. Shoichet, Masoud Popalzai, Barbara Starr, Joe Johns, Jim Sciutto, Jim Acosta, Mariano Castillo y Dana Davidsen contribuyeron con este reportaje.