(CNN) -— En suspenso, la nación de Ucrania escuchó el discurso inaugural de su nuevo presidente este sábado, esperando por las respuestas a una pregunta: ¿habrá paz? “No quiero guerra, no quiero venganza”, dijo Petro Poroshenko después de ser investido como presidente de Ucrania, aunque al final su discurso subió de tono.
Prometió hacer frente a cualquiera que desafiara la integridad territorial del país aludiendo a un verso bíblico: “Quien viene con la espada caerá por la espada”
La referencia fue recibida con un aplauso entusiasta.
El país encontrará la forma de hacerlo, dijo Poroshenko y rearmar el Ejército de Ucrania debe ser una prioridad, agregó. “Nadie nos protegerá si no aprendemos a protegernos a nosotros mismos”.
En su discurso hizo un llamado a los separatistas en el este de Ucrania a dejar las armas y ofreció amnistía a aquellos que “no tienen sangre sobre sus manos”.
Mientras tanto, en Donetsk, un asistente de Denis Pushilin, el jefe de la autoproclamada República de Donetsk, fue asesinado en un ataque a plena luz del día, según confirmó un equipo de la CNN en el lugar.
Los atacantes dispararon contra el coche en el que Maksim Petruhin estaba, y cuando salió del vehículo, le dispararon y lo mataron. Fue el ataque más descarado en Donetsk desde el inicio de los disturbios.
Porshenko también hizo un llamado a quienes se han unido a los separatistas prorrusos desde fuera del país a dejar Ucrania y dejó en claro que no negociaría con aquellos que pelearon contra el gobierno. “Hablar con mafiosos y asesinos no es nuestro camino”, dijo.
El nuevo presidente, uno de los hombres más ricos del mundo y un político experimentado, tomo posesión del cargo ante el Parlamento del país este sábado.
Los legisladores le entregaron los símbolos del mandato en la nación: una insignia presidencial, un sello y una maza, antes de tomar el podio para dar su discurso de investidura en el que reconoció a los activistas de la plaza de la Independencia en Kiev, cuyas protestas sacaron del cargo a su antecesor, Viktor Yanukovych.
El expresidente de Rusia provocó enojo entre los habitantes del país que querían unirse a la Unión Europea cuando se negó a llegar a un acuerdo y prefirió lograr lazos más estrechos con Moscú. Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes causaron decenas de muertes.
Poroshenko calificó al exgobierno prorruso como una “dictadura”. “La gente se puso de pie”, dijo, declarando que ahora su país estará cerca de las naciones de Occidente.
El nuevo mandatario prometió visitar las ciudades de Luhansk y Donetsk, que concentran a separatistas prorrusos. Aseguró que mantendrá respeto por su lengua rusa, comúnmente hablado en el este y sur de Ucrania.
Su gobierno será descentralizado, afirmó, dando a esas regiones mayor voz sobre sus propios asuntos. “Nuevos poderes les serán dados a los poderes regionales”, dijo.
Un día antes, Poroshenko se reunió con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en Francia, durante las celebraciones por el 70 aniversario del desembarco en Normandia.
Después de ello, una vocera del gobierno ucraniano, Irina Friz, anunció que un representante de la federación rusa llegaría a Ucrania para discutir los primeros pasos hacia una solución pacífica a la tensión entre ambas naciones.
Tim Lister contribuyó con este reporte.