(CNN) – La revolución anti-clase dirigente que las encuestas prometieron durante meses ocurrió en Nueva Hampshire el martes por la noche cuando Donald Trump y Bernie Sanders ganaron las primeras elecciones de las primarias.
John Kasich necesitaba una gran noche… y la obtuvo al terminar en segundo lugar. Por su parte, Marco Rubio entró en el “estado de granito” con una oportunidad para despejarle el camino a la clase dirigente y en su lugar se encontró tratando de superar por poco a Ted Cruz y Jeb Bush.
Estos son las principales conclusiones de las primarias de Nueva Hampshire:
Donald Trump va en serio
Así que dejó de ir a un mitin porque estuvo nevando en su casa de Manhattan. De manera que se quejó porque podría perderse el Super Bowl porque tuvo que manejar tan lejos para llegar a una asamblea ciudadana. Así que no contaba con personal en el terreno para competir con otros republicanos.
Trump no está jugando según las normas establecidas y no le perjudicó allí.
Después de un cercano segundo lugar en Iowa y una gran victoria en Nueva Hampshire, y un claro liderazgo en las encuestas nacionales, es difícil argumentar que Donald Trump no es el candidato presidencial favorito de los republicanos.
Además, podría seguir así durante algún tiempo: el embrollo detrás de él —en particular, debido a que el apoyo que Rubio tenía de la clase dirigente colapsó después de un pobre desempeño en el debate— significa que aquellos que no lo apoyan aún estarán divididos entre varias opciones.
En un aspecto, la parte más difícil de la campaña está por terminar para Trump. Los electores de Iowa y Nueva Hampshire están acostumbrados al tipo de politiquería menor que requiere docenas de eventos de asambleas ciudadanas y múltiples reuniones en persona.
Sin embargo, en el súper martes, la capacidad de Trump para atraer a las masas a kilómetros de distancia —y su dominio de la atención de los medios— resultará algo mucho más difícil de igualar para los oponentes que estaban dispuestos a cumplir con el requisito de usar métodos tradicionales de los primeros dos estados.
Bernie Sanders está triunfando a nivel nacional
Esto no puede ser desestimado como una victoria de una sola vez por parte de un político de un estado vecino. En menos de un año, Sanders ha convertido una búsqueda desesperada en una grave amenaza para la capacidad de Clinton de ganar la nominación demócrata… y ya ha detenido una coronación.
La credibilidad del senador de Vermont con una base progresiva del partido (“no necesitamos ningún súper PAC”, corearon sus seguidores el martes por la noche) y su enorme ventaja entre los votantes jóvenes significa que aunque Clinton podría tener ventajas estructurales a medida que avanza la contienda presidencial, Sanders no desaparecerá pronto.
Su campaña está lista para llegar a las ondas de la televisión en cuatro estados —Colorado, Massachusetts, Minnesota y Oklahoma— que votarán en marzo.
“Escucha, la gente tiene que empezar a comprender algo: somos una mejor campaña. Somos una campaña mejor organizada. Tenemos a más gente sobre el terreno”, según el estratega principal de Sanders, Tad Devine, le dijo a CNN en la fiesta de la victoria de la campaña.
Sanders utilizó su discurso de victoria para celebrar la campaña fundamental y para presentar una recaudación de fondos “nacional”, usando una vez más su plataforma para pedir donaciones menores y para despotricar contra los fondos corporativos y de mega-donantes.
El senador de Vermont fue objeto de una serie de ataques por parte de Clinton y de la clase dirigente demócrata que dicen que él no puede ganar en noviembre y está haciendo promesas a los votantes que no puede cumplir. Y dijo que sabe que recibirá más ataques.
“Me han lanzado de todo, excepto el lavatrastos de la cocina”, dijo, “y tengo la sensación de que pronto me lanzarán el lavatrastos de la cocina”.
Clinton tiene mucho trabajo por hacer
Hillary Clinton perdió a las mujeres. Fue aplastada entre los hombres. Y con los votantes jóvenes, ella fue demolida por completo.
Peor aún: su campaña —y sus sustitutos— ha logrado alejar a muchos de los seguidores de Sanders que antes no tenían nada en contra de Clinton, al representar a Sanders como alguien que vive en una tierra de fantasía y a sus seguidoras femeninas como traidoras a su género.
Clinton insistió en el mensaje que ella es la mejor opción demócrata para hacerle frente a problemas específicos en su discurso de concesión del martes por la noche.
“La gente tiene todo el derecho a estar enfadada, pero también hay hambre… tienen hambre de soluciones. ¿Qué vamos a hacer?”, dijo.
Pero la preocupación ya había comenzado en los informes de Politico y en otros lugares de que Clinton estaba considerando reorganizar a su personal y enviar un mensaje más vanguardista.
Jim Demers, copresidente de Barack Obama en el 2008 y partidario de Clinton a principios del 2016, dice que el mensaje de disciplina perjudicó a la campaña en Nueva Hampshire.
“De hecho, creo que hablamos de demasiados problemas”, dijo Demers. “Ella tuvo una muy amplia discusión acerca de todos los temas que se tenían y Bernie Sanders permaneció concentrado en un solo mensaje. Y eso resonó”.
El director de la campaña de Clinton, Robby Mook, trató de tranquilizar a los partidarios de la exsecretaria de estado, emitiendo una nota en la que instruía a los partidarios que olvidaran Nueva Hampshire, y que tampoco se preocuparan mucho por Nevada y Carolina del Sur.
“Es muy probable que se gane la nominación en marzo, no en febrero, y creemos que Hillary Clinton está bien posicionada para construir un fuerte — potencialmente insuperable— liderazgo en delegados el próximo mes”, dijo Mook en un memorando publicado a las 8:00 p.m., hora del este, justo después de terminar las votaciones de Nueva Hampshire.
¿El momento de Kasich?
Trump ganó a pesar de no prestarle atención a las normas tradicionales de la política de las primarias, pero John Kasich terminó en segundo lugar —lo cual le inyecta nueva vida a su campaña— porque él siguió esas normas.
El gobernador de Ohio llevó a cabo 100 eventos de asamblea ciudadana a través de Nueva Hampshire, haciendo todo el trabajo de campo en todas las partes del estado y desvinculándose de una multitud repleta de candidatos de la clase dirigente en el estado que consideraban como su mejor oportunidad para separar.
Tal vez la razón más importante para el ascenso de Kasich: que el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie derribara al senador de Florida, Marco Rubio.
Christie no se benefició a sí mismo, pero en el debate del sábado por la noche su acoso a Rubio detuvo su impulso.
El problema para Kasich, cuya campaña completa se ha aferrado a un buen final en Nueva Hampshire: las cosas están por complicarse muchísimo más.
Podría ganar en Ohio, el cual vota el 15 de marzo. Sin embargo, el calendario es cruel hasta entonces. Las primarias de Carolina del Sur son el siguiente paso, y luego le sigue una serie de estados sureños el 1 de marzo.
Sus inclinaciones moderadas —Kasich defiende su expansión de Medicaid en Ohio como una decisión moral— podrían hacer que ganar en cualquiera de esos estados sea casi imposible. Kasich y su familia han hablado más abiertamente sobre su fe en las últimas semanas, pero aún enfrenta a opositores que durante meses han cortejado fuertemente a los votantes evangélicos.
Una mala noche para Marco Rubio
Marco Rubio quedó en un tercer lugar en Nueva Hampshire en Iowa. Haber terminado en una buena posición aquí lo habría posicionado bien como el líder del sector de la clase dirigente.
En cambio, terminó detrás de Kasich, tratando de mantenerse a la par de Cruz y Bush.
Dada la continua repetición que Rubio hizo de su frase anti-Obama, al mismo tiempo que Christie lo atacó sin consideración durante el debate del sábado, fue ampliamente ridiculizado en línea, poniendo una de las fortalezas de Rubio como candidato —su capacidad para permanecer firmemente centrado en el mensaje— en un problema potencialmente importante.
“No me fue bien el sábado por la noche, y eso no volverá a ocurrir”, dijo Rubio el martes.
Ted Cruz, por su parte, podría beneficiarse de la mala noche de Rubio. La campaña de Cruz estaba obsesionada con terminar con el impulso de Rubio en Nueva Hampshire, y parece haber logrado ese objetivo… al garantizarles al menos una semana y media de donantes divididos, atención de los medios y apoyo de los votantes para sus rivales de la clase dirigente.