(CNN) – En los terrenos del Petit Palais de París se encuentra una estatua de bronce de Winston Churchill. Fue esculpida por un francés y recuerda el día en noviembre de 1944 que el primer ministro británico visitó la capital francesa poco después del final de la ocupación nazi.
La estatua fue erigida en homenaje al liderazgo de Churchill en tiempos de guerra, pero también por su visión de Europa. Unos meses después de esa visita a París, Churchill habló de la necesidad de “volver a crear la familia europea”, con Alemania y Francia en su corazón.
“Debemos construir una especie de Estados Unidos de Europa”, dijo.
Más de 70 años después, la familia europea parece en conjunto más entusiasmada con el proyecto que los compatriotas de Churchill.
El mensaje de Europa a los votantes británicos, que se enfrentan a un referéndum el jueves sobre si abandonar o no la Unión Europea, es, sobre todo, un “por favor, no se vayan”.
Algunos transmiten el mensaje como una petición. Europa necesita las capacidades de defensa de Gran Bretaña en un momento en el que desde Rusia, dicen, se oyen ruidos de sable. Se necesita a Gran Bretaña como un equilibrio a la dominación alemana dentro de la UE y como contrapeso a la obsesión franco-alemana con la regulación.
El primer ministro irlandés, Enda Kenny, escribió el lunes en The Guardian: “La UE necesita renovación y necesitamos un Reino Unido fuerte en la mesa para ayudar a impulsar la agenda de reformas que pueden ayudar a la Unión a recuperar la competitividad y el crecimiento”.
Hay también preocupaciones de que un “Brexit” tiente a otros Estados a tratar de negociar un mejor trato.
Otros han optado por amenazas veladas. Ministros de Francia y Alemania han advertido de que Gran Bretaña “fuera está fuera”; que no esperen un tratamiento favorable ni el acceso al mercado europeo único de los viejos tiempos. Apuntan al hecho de que Suiza y Noruega contribuyen a los presupuestos de la UE a cambio de comercio libre de aranceles; algo que también haría el Reino Unido.
El ministro de Economía francés, Emmanuel Macron, ha llevado el argumento un paso más allá, advirtiendo que si el Reino Unido deja el bloque, se convertirá en irrelevante. Macron dijo a Le Monde la semana pasada que el Reino Unido se volvería “un país aislado pequeño en el borde del mundo”.
Macron fue uno de los que argumentaron a favor de una amputación rápida si el “Brexit” gana, diciendo que una reunión de la UE a finales de junio establecería el calendario para la cirugía.
Una mayoría de la población europea parece querer que el Reino Unido permanezca en la UE.
De acuerdo con una encuesta de opinión en los 28 Estados miembro, el 54% de los europeos quiere que el Reino Unido se quede, mientras que el 21% prefiere que se vaya.
La encuesta, llevada a cabo por la Fundación Bertelsmann en Alemania, entrevistó a unas 11.000 personas. Un tercio de los encuestados pensaba que la UE sería menos influyente en el mundo sin el Reino Unido, pero la mayoría no esperaba que su propio país fuera a peor.
Entre los países más grandes, España y Polonia parecen los más entusiastas acerca de la permanencia británica en (en el caso de Polonia, casi 1 millón de polacos residen en el Reino Unido). Los franceses insisten en que no les importa, con un 41% que afirma que Gran Bretaña debería permanecer y un 25% que debería irse.
Mientras, la campaña a favor de dejar la Unión Europea obtiene la mayor parte de su apoyo de los conservadores y de la derecha. A los partidos de extrema derecha les va bien en todas partes, desde Dinamarca a Francia y a Hungría. Muchos, como el Frente Nacional en Francia, no quieren ver el colapso de Europa ni al Reino Unido irse. Pero quieren una Europa diferente.
Marine Le Pen, líder del Frente Nacional francés, dijo el fin de semana: “La zona euro está entre el crecimiento más débil en el mundo. Las cosas se ponen más precarias cada día… La UE no tiene ni idea de cómo responder a la crisis migratoria… “.
Cualquiera que sea el resultado de la votación británica del jueves, el proyecto europeo está en una encrucijada. Una serie de encuestas muestran que la mayoría de la gente en los Estados miembros todavía piensa que la UE es buena. Pero no se dejan impresionar por la forma en que funciona. En un importante estudio en toda Europa en agosto, el 72% dijo que la política europea se mueve “en la dirección equivocada.” La desconexión es cada vez mayor entre las élites, que están a favor de una Unión cada vez más estrecha -incluso de una Europa federal - y un público que pone el empleo, el crecimiento y una política de migración viable en primer lugar.
Europa ha tropezado de crisis en crisis desde el año 2008, manteniendo a flote el euro, rescatando a Grecia de la quiebra, luchando sobre la política de migración y ahora preparándose para años de negociaciones de divorcio si el “Brexit” gana.
En palabras de Macron, “Europa ha perdido su capacidad de pensar y de proyectarse en el mundo”.
Churchill no estaría contento.