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(CNN) – La disputa diplomática entre Turquía y Holanda se profundizó el domingo cuando el presidente turco acusó al aliado de la OTAN de fascismo, y advirtió que “pagarían el precio” de dañar las relaciones.

El primer ministro danés también entró en la pelea, declarando que no podía albergar una visita de su homólogo turco a la luz de los “ataques retóricos” contra Holanda.

Las próximas elecciones en Turquía y Holanda sirven como telón de fondo de la controversia. En Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan haciendo campaña para el referéndum que se celebrará abril para ampliar sus poderes. En los Países Bajos, las elecciones generales de esta semana enfrentarán en una reñida carrera a un candidato de extrema derecha, Geert Wilders, contra el actual primer ministro, Mark Rutte.

Erdogan está dispuesto a reunir a los aproximadamente 4,6 millones de turcos expatriados que viven en Europa occidental, muchos de los cuales tienen derecho a voto en el referéndum.

Alegando motivos de seguridad, Holanda impidió que el ministro de Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, aterrizara en el país, donde participaría en un evento político. Medidas similares fueron adoptadas por Alemania, Austria y Suiza.

Holanda también impidió a la ministra de Asuntos Familiares turca entrar en el consulado de Turquía en Rotterdam.

Las protestas estallaron en ambos países, y Erdogan respondió diciendo que los Países Bajos están “sacrificando las relaciones turco-holandés” y acusó al país -que perdió a más de 200.000 ciudadanos durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial- de nazismo. Rotterdam, donde Cavusoglu tenía previsto hablar en un mitin, sufrió especialmente por los nazis.

Erdogan también criticó a Alemania la semana pasada.

“Creía que el nazismo se había acabado pero me equivoqué”, dijo Erdogan en Estambul.

“Lo que hemos visto en las últimas dos semanas en Alemania y Holanda son los reflejos de la islamofobia”.

La canciller Angela Merkel, emitió una severa reprimenda, diciendo que tales comparaciones sólo sirven para restar importancia a los crímenes nazis.

Las autoridades alemanas también cancelaran algunos mítines que miembros de su gobierno tenían programados en ese país, donde viven unos 1,5 millones de ciudadanos turcos que tienen derecho a votar.

Los daneses, del lado de Holanda

En medio de la agitación diplomática del domingo, el primer ministro de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, pospuso una visita aún sin fecha programada de su homólogo turco.

“En circunstancias normales sería un placer para mí saludar al primer ministro (Binali) Yildirim en Copenhague”, dijo Rasmussen. “Pero con los actuales ataques retóricos de Turquía contra los Países Bajos, una nueva reunión no puede verse aislada de eso”.

El gobierno danés está observando los acontecimientos en Turquía “con gran preocupación,  ya que los principios democráticos están bajo una presión considerable”, dijo.

“Una reunión en este momento sería interpretada como si Dinamarca estuviera viendo la evolución en Turquía de forma ligera, y no es el caso en absoluto”.

La oficina del primer ministro dijo que los representantes daneses y los funcionarios turcos habían estado discutiendo la posible reunión durante varias semanas. Hubiera sido programada para finales de este mes en Dinamarca.

Las elecciones holandesas de esta semana

En los Países Bajos, el político de extrema derecha Geert Wilders elogió la decisión de prohibir la entrada al país al ministro turco y le dio el crédito por la decisión a su propio partido.

Holanda se encamina a una votación a nivel nacional este miércoles y la inmigración musulmana ha sido un tema central en la campaña.

Montado en la ola populista que llevó a Donald Trump a la Oficina Oval y al Reino Unido fuera de Europa, el Partido de la Libertad de Wilders, o PVV, podría ganar más escaños ¡que el Partido Popular para la Libertad y la Democracia (VVD) del primer ministro Mark Rutte. Las encuestas han cambiado en las últimas semanas, pero todavía predicen una apretada carrera.

Wilders, un firme opositor a lo que llama la “islamización” de los Países Bajos, fue llamado el “Donald Trump holandés”. Su retórica incendiaria incluye llamar “escoria” a los marroquíes. Entre sus promesas de campaña se comprometió a cerrar las mezquitas del país, prohibir el Corán, cerrar las fronteras a los países musulmanes, abandonar el euro y salir de la Unión Europea.

En las últimas semanas, sin embargo, su popularidad ha caído, mientras el VVD de Rutte ha logrado avances. De acuerdo con los datos de los últimos sondeos del sábado, el VVD ganaría 25 escaños, por 21 asientos del PVV.

Muchos observadores dicen que si el partido de Wilders gana la mayoría de los escaños, se enfrentará a dificultades en la formación de la coalición necesaria para gobernar el país. Varios partidos dijeron que se niegan a trabajar con el PVV.

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