(CNN) – Hillary Clinton no tenía en sus planes generar noticias o titulares, mucho menos arremeter contra el Comité Nacional Demócrata.
Pero entonces se encontró cara a cara con los veteranos periodistas de tecnología Kara Swisher y Walt Mossberg, en la conferencia Recode en California. La ansiedad sobre las redes sociales y la divulgación de las “noticias falsas” estaba en el aire. Cuando Mossberg lamentó que los demócratas estuvieran “tan retrasados” con respecto a los republicanos en el frente tecnológico, Clinton simplemente dejó salir sus palabras.
“Yo consigo la candidatura. Así soy la candidata del Partido Demócrata. No heredo nada del Partido Demócrata”, sostuvo Clinton este miércoles. “Quiero decir, (el partido) estaba en bancarrota, estaba al borde de la insolvencia, sus estadísticas iban de mediocres a pobres, inexistentes, erradas. Tuve que inyectarle dinero”, añadió.
Desde que reapareció en público tras su derrota electoral de noviembre, Hillary Clinton ha criticado duramente una serie de blancos a los que culpa por la victoria de Donald Trump para la presidencia de Estados Unidos, incluyendo a Rusia, al exdirector del FBI James Comey y a las grandes organizaciones mediáticas como el diario The New York Times.
Pero su impresionante reproche al Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) sorprendió e inquietó incluso a sus aliados y exasistentes, que en privado –y algunos públicamente– están preocupados por el hecho de que Clinton corre el riesgo de apartar a los demócratas que lealmente la apoyaron.
Los socios de la excandidata presidencial sostienen que es poco probable que se le convierta en un hábito criticar las instituciones de su propio partido. De hecho, describieron los comentarios de Clinton en la entrevista de Recode como un episodio aislado… y una coyuntura única en la que se juntaron sus frustraciones con una audiencia con destreza digital ansiosa de escucharlas.
Pero sus aliados también reconocen que las quejas de Clinton sobre el DNC son reales. Además señalan que mucho antes del Día de las Elecciones, la candidata ya había lamentado que la infraestructura del Partido Demócrata no le estaba sirviendo de manera adecuada.
Clinton ha estado reflexionando sobre las razones que causaron su inesperada derrota inesperada el pasado 8 de noviembre. Y, como reconoció en público, Clinton separó mentalmente esas explicaciones en dos categorías: las que se pudieron haber corregido y las que simplemente estaban fuera de su control.
La intromisión de Rusia en la elección, los hackeos de Wikileaks, la cobertura mediática sobre el uso de su servidor privado de correo electrónico e incluso las acciones de Comey van en la segunda categoría.
Pero durante la campaña Clinton creyó, y lo mantiene hasta el día de hoy, que la operación de datos en su partido fue completamente inadecuada e hirió su candidatura. Sin mencionar que era algo completamente reparable.
El tema del Comité Nacional Demócrata ha “estado en su mente desde antes del Día de las Elecciones”, le aseguró un socio de Clinton a CNN.
“Todas estas fueron cosas que afectaron la elección y que podemos resolver en el futuro”, añadió el socio. “Esto (sus palabras contra el partido demócrata) fue noticioso porque estaba hablando de una organización política específica dentro de su partido, pero no era algo apartado de las otras duras verdades de las que ha estado hablando”.
Todo sobre Comey
Sin embargo, Clinton se enfoca de forma abrumadora en que las razones de su derrota fueron la interferencia rusa durante la elección presidencial y las declaraciones públicas que emitió Comey en la investigación que a ella se le seguía por el uso de su servidor privado de correo electrónico.
La excandidata ha sido cada vez más explícita en señalar un delito por parte de los rusos y la campaña de Trump, apuntando su dedo al presidente directamente. En medio de una investigación federal que aumenta contra sujetos en la órbita de Trump, Clinton ha afilado esas acusaciones durante sus apariciones públicas, pareciendo estar confiada de que los hechos la justificarán.
De hecho, la exsecretaria de Estado ha asegurado que si la elección hubiera sido el 27 de octubre –un día antes de que Comey le enviara una carta a los miembros del Congreso sobre el uso que ella le dio a su servidor privado de correo electrónico– ella habría ganado. En su entrevista durante la conferencia Recode este miércoles, llegó a decir que cree que los partidarios de Trump conspiraron con los rusos.
“Claramente ella –y muchos de nosotros– siente que le robaron la elección. Es indiscutible lo cerca que estaba el margen en los tres estados que marcaron la diferencia”, sostuvo Terry Shumaker, un antiguo amigo de Clinton y exembajador de Estados Unidos en Trinidad. “¿Estoy molesto? Sí. ¿Asumo que ella también? Sí”, insistió.
Un exasesor de Clinton que ha estado en contacto con ella desde el Día de las Elecciones fue contundente en su valoración sobre la reciente descarga de Clinton sobre las circunstancias que rodearon su derrota.
Esta persona estaba profundamente molesta por la afirmación de la excandidata durante este miércoles, en la que sostuvo: “asumo la responsabilidad de cada decisión que tomo, pero no perdí por eso”. Su exasesor, aseguró que estas palabras reflejan el hecho de que Clinton sigue “centrada en su legado”.
“Creo que por esta vez, la combinación del hackeo de Rusia y de que así se trató de influir en la elección a favor de Trump … y el asunto de Comey, le dieron el respaldo para decir: ‘Esto no es mi culpa’”, explicó su exconsejero. “Ella no quiere ser la persona que perdió contra Donald Trump. Una cosa es perder frente a Barack Obama, eso es algo completamente diferente que perder contra Donald Trump”, remató.