(CNN) – La contaminación del aire es uno de los asesinos invisibles del mundo.
Causa siete millones de muertes prematuras cada año, lo que hace que sea el mayor factor ambiental de riesgo individual para la salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En áreas urbanas, la calidad del aire es particularmente problemática. Más del 80% de las personas que viven en zonas donde la contaminación es monitoreada están expuestas a niveles de calidad del aire que exceden los límites de la OMS. Y dado que para el 2050 se prevé que dos tercios de la población global serán urbanos, limpiar el aire de nuestras ciudades es una cuestión urgente.
Una forma ya consolidada de reducir los contaminantes del aire es sembrar árboles, pues sus hojas capturan y absorben partículas nocivas.
Pero plantar nuevos árboles no siempre es una opción viable.
Por eso, en varias ciudades del mundo, como Oslo, París, Bruselas y Hong Kong, ya se ha implementado el CityTree, una instalación móvil que remueve los contaminantes del aire.
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El musgo está en el aire
Cada CityTree mide un poco menos de 4 metros de alto, tiene 3 metros de ancho y 2,19 metros de profundidad, y está disponible en dos versiones: con o sin un banco. Incluye una pantalla con información o avisos publicitarios.
La compañía con sede en Berlín Green City Solutions asegura que su invento tiene los mismos beneficios ambientales de 275 árboles reales.
Pero el CityTree no es, de hecho, un árbol: es un cultivo de musgo.
“Los cultivos de musgo tienen un área de superficie de hojas mucho más grande que cualquier otra planta. Eso significa que pueden retener muchos más contaminantes”, dice Zhengliang Wu, cofundador de Green City Solutions.
Las enormes superficies de musgo que se instalan en cada árbol pueden remover el polvo, el dióxido de nitrógeno y los gases de ozono del aire. La instalación es autónoma y requiere muy poco mantenimiento: paneles solares proveen electricidad, mientras que el agua de lluvia es recogida en un depósito y luego bombeada al suelo.
Para monitorear la salud del musgo, el CityTree tiene sensores que miden la humedad y temperatura del suelo y la calidad del aire.
“También tenemos sensores de contaminación dentro de cada instalación, que ayudan a monitorear la calidad del aire local y nos dicen qué tan eficiente es el árbol”, añade Wu.
Sus creadores dicen que cada CityTree puede absorber cerca de 250 gramos de material particulado por día y contribuye a capturar gases de efecto invernadero al remover 240 toneladas métricas de CO2 anualmente.
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Una historia de cuatro amigos
La historia de CityTree se remonta al año 2006.
Cuando estudiaba en la Universidad de Tecnología de Dresden, en Alemania, Wu conoció a Victor Splittgerber, un ingeniero mecánico, y a Dénes Honus, un arquitecto. Tras graduarse, dirigieron un taller en la universidad sobre diseño urbano sostenible enfocado en nuevas maneras de enfrentar los problemas ambientales en las ciudades.
Hace cuatro años, el trío conoció a Peter Sänger, graduado en gestión de producción de horticultura, y nació la idea del proyecto de CityTree.
Hoy, los obstáculos más grandes que enfrentan son los burocráticos.
“Estábamos instalándolos en Módena (Italia) y todo estaba planeado y coordinado, pero ahora la ciudad está dudando sobre los lugares en los que pueden ser instalados por razones de seguridad”, explica Wu.
El equipo también planea introducir el CityTree en ciudades de países de bajos ingresos como la India, que tienden a tener niveles elevados de contaminantes.
Hasta el momento, se han instalado exitosamente cerca de 20 árboles CityTree, cada uno de ellos a un costo de unos 25.000 dólares.
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¿Realmente esto combate la contaminación?
Gary Fuller, experto en contaminación del aire del King’s College de Londres, piensa que el concepto de un purificador del aire urbano puede ser muy ambicioso.
“Incluso si tienes un purificador de aire perfecto, hacer que el aire ambiente entre en contacto con él es realmente difícil”, le dijo a CNN. La contaminación del exhosto de un carro, por ejemplo, se dispersa verticalmente unos pocos kilómetros en el aire.
“Sería mejor primero poner los esfuerzos en detener la formación de la contaminación, tal vez limpiando la flota de autobuses de una ciudad”, agrega.
Los inventores del CityTree dicen que son conscientes de eso y por eso escogen la ubicación de cada ‘árbol’ con mucho cuidado.
“Intencionalmente, elegimos lugares donde la contaminación es alta debido al tráfico y donde el flujo de aire es limitado. También estamos probando un sistema de ventilación para crear nuestro propio flujo de aire y así poder llevar la contaminación al árbol”, afirman.
Wu también dice que el CityTree es solo una pieza de un enorme rompecabezas.
“Nuestro objetivo final es incorporar la tecnología del CityTree en edificios que ya existan”, comenta. “Soñamos con crear una infraestructura climática para poder regular qué tipo de aire y también qué tipo de temperatura tenemos en una ciudad”.