(CNN Español) – El volcán Poás de Costa Rica está dando todo un espectáculo con sus recientes erupciones: un resplandor intenso de luz continúa apareciendo durante la noche en el fondo del cráter, desde donde se eleva una columna de vapor, gases, y partículas finas hasta de 300 metros por encima, como lo reportó el Observatorio Vulcanológico y Sismológico del país (Ovsicori) del país. Las cámaras de esta organización, ubicadas en las fumarolas Boca Roja y Boca Azufrada, registraron un aumento en la temperatura y en la intensidad del resplandor, desde la madrugada del 1 de julio. El volcán, sin embargo, se mantiene con baja actividad sísmica, añadió la entidad en el comunicado publicado este lunes.
La Red Sismológica Nacional de Costa Rica difundió un video en el que se registran salidas de bloques durante la madrugada del 1 de julio, junto a una “fuerte incandescencia”. En el reporte de su página oficial de Facebook, la red explicó que estos bloques salían desde dos puntos, siendo el segundo el lugar donde “ocurren los destellos, posiblemente generados por combustión de azufre”. Dichos bloques son de origen magmático y cayeron dentro del cráter activo, “principalmente en los alrededores del antiguo lago”. El espectáculo se presentó entre la 1 y las 5 de la mañana.
FOTOS | Las asombrosas erupciones del volcán Poás
En la misma línea, el Ovsicori señaló que en la madrugada del mismo 1 de julio la fumarola Boca Azufrada emitió flamas producidas por “la combustión de azufre elemental (lo que indica una temperatura alrededor de 246 grados Celsius)”, mientras que la fumarola Boca Roja registró expulsión de “bombas de lava fresca” con alturas entre los 200 y 300 metros. Para la noche del 2 de julio y madrugada del 3 de julio la actividad del Poás se limitó a la expulsión esporádica de pocas bombas a baja altura.
La buena noticia, además de lo que el mismo Ovsicori llamó un “espectáculo de la naturaleza”, es que no se ha reportado caída de cenizas en las últimas horas, únicamente un fuerte olor a azufre en San Rafael de Poás, Llano Grande, Turrúcares y Zapote.
La asombrosa actividad del volcán Poás no empezó el fin de semana: lleva varios días ocurriendo. El pasado martes 27 de junio, la Red Sismológica Nacional reportó una nueva emisión de cenizas que se elevaba entre los 500 y 1.000 metros por encima del cráter activo. Al siguiente día, se registró una importante “columna de vapor de agua, gases y aerosoles”, que alcanzaba el mismo rango de altura de la emisión de cenizas. Incluso, a las 8:56 de la mañana de ese día el Ovsicori informó sobre una erupción en el volcán con una columna que se elevó por 2.000 metros por encima de la altura del cráter.
Según un artículo publicado por la Universidad de Costa Rica sobre la actividad de los volcanes en el país, el pasado 26 de junio, no se descarta que puedan volver a ocurrir erupciones de 1,5 kilómetros desde el borde del cráter hasta el área del parque nacional. “Luego de la última erupción explosiva que ocurrió el 22 de abril, las erupciones del Poás se han caracterizado por ser pasivas (no explosivas) y prolongadas (varias horas), con columnas de ceniza que incluso se tornan rojizas por la oxidación”, se lee en la publicación.
Desde abril pasado, las autoridades de Costa Rica siguen muy de cerca las actividades de este volcán, luego de que el 12 de abril empezaran una serie de erupciones. Mauricio Mora, experto en sismología volcánica de la Red Sismológica y director de la Escuela Centroamericana de Geología UCR, reveló en ese momento a través de un video que los cambios en el volcán empezaron a ocurrir desde principios de año, pero se aceleraron en los primeros días de abril. Dichos cambios culminaron con las erupciones, continuó el experto, del 12 y 13 de abril. “Sobre todo el 13 de abril que la principal alcanzó hasta tres kilómetros de altura”, sostuvo.