CNNE 508161 - 508160
Zuckerberg: Nuestra responsabilidad, asegurarnos que esto no vuelva a suceder
06:24 - Fuente: CNN

(CNNMoney) – Las oficinas del viejo Facebook estaban llenas de letreros que decían “Muévete rápido y rompe cosas”.

Esto fue mucho antes de que se difundieran noticias falsas en la plataforma, antes de las revelaciones de que los rusos la manipularan para sembrar la discordia en Estados Unidos, antes de que hubiera evidencia de que la red social hubiera podido contribuir al genocidio en Myanmar, y antes de un escándalo de datos que dejó a los usuarios preguntándose si podían confiar en la plataforma.

Esos letreros desaparecieron hace rato. Son la reminiscencia de una era de tecnológica que quedó atrás.

CNNE 513178 - mark-zuckerberg-grown

Pude sentir el cambio durante mi última visita a Facebook. He estado dentro de las oficinas de Facebook muchas veces, pero ir allí a entrevistar al presidente ejecutivo Mark Zuckerberg, justo después del escándalo de Cambridge Analytica, con la compañía en crisis, se sintió diferente. El campus, en Menlo Park, ha duplicado su tamaño desde mis visitas hace años. Aún está decorada con un grafiti brillante y con carteles, pero el sentimiento del lugar era sombrío. Hay mucho trabajo por hacer.

Es un sentimiento generalizado en la tecnología en este momento: una era de innovación en un punto crítico, y los innovadores enfrentando las implicaciones de lo que ellos mismos crearon.

Mientras se preparaba para testificar ante el Congreso, Zuckerberg tiene que lidiar con la nueva realidad. Él no es solo un líder de la tecnología, sino un líder mundial, que supervisa una nación de 2.000 millones de personas, creada por él. Tiene que tener en cuanta el grave impacto que la compañía tiene en la democracia y la manipulación de los datos de los usuarios y la confianza con fines políticos, sin mencionar un modelo de negocio bajo fuego.

Y hasta ahora, Zuckerberg ha sido protegido por su propia burbuja de filtro. Es un elemento esencial tras bambalinas en Facebook y un líder respetado en las reuniones a puerta cerrada, pero sus apariciones públicas son raras, usualmente hechas en un estudio creado dentro de Facebook donde puede dirigirse a sus usuarios en un medio ambiente cómodo y con ayuda de un guión.

Puede que tenga 33 años, y que sea un multimillonario que muchas veces sea injustificadamente poderoso, pero aún es relativamente joven y enclaustrado: después de todo solo ha tenido un trabajo y empezó en él cuando tenía 19 años.

A Zuckerberg no le gusta dar entrevistas para televisión. Me lo dijo hace algunas semanas cuando nos sentamos en una fría sala de conferencias llamada “el Acuario” donde él tiene reuniones. Conocido por sudar en momentos inoportunos, él quería hablar en un lugar donde se sintiera cómodo.

“Hay un elemento de responsabilidad en el que yo debería estar haciendo más entrevistas, tan incómodo como sea para mí hacer entrevistas para televisión*“, me confesó.

“Por lo que estoy haciendo, debería estar allá afuera respondiendo preguntas duras de periodistas”, agregó, reconociendo que su liderazgo debería extenderse más allá de las puertas de Facebook en el campus de Menlo Park.

Ahora él tendrá otra oportunidad de responder preguntas duras, y no solo de periodistas, sino de legisladores que probablemente cuestionarán el modelo de negocio subyacente de la empresa, su inhabilidad de proteger la información de los usuarios, y la manera como la plataforma se convirtió en un arma para obtener beneficios políticos. Como han hecho los presidentes ejecutivos de los bancos, fabricantes de autos y compañías de tabaco antes que él, Zuckerberg tendrá que responderle al Congreso. Y el control de la temperatura no estará en sus manos.

Este es su momento, uno que pudo tener un impacto significativo en él y en su compañía, y no será fácil para Zuckerberg.

Una fuente dentro de Facebook dice que el plan de Zuckerberg es convencer a los legisladores de que la compañía se está tomando muy en serio los problemas de privacidad de datos y que será más transparente de ahora en adelante. Ese plan de juego es en parte el por qué la compañía ha lanzado en las últimas semanas una avalancha de actualizaciones relacionadas con el acceso de terceros a la plataforma, transparencia alrededor de los datos de los usuarios, y más transparencia a la hora de hacer publicidad política en Facebook.

Cuando se le preguntó a una fuente cómo Zuckerberg —quien a pesar de crear una de las empresas más influyentes del mundo no ha sido enfrentado externamente— lidiará con el formato público, esta dijo: “Hay un cierto grado de teatro, pero creo que estamos realmente enfocados en la sustancia”, y agregó que “este es un momento de liderazgo”.

Pero mientras Zuckerberg sale de su zona de confort, al menos parte del enfoque estará en el estilo con el que habla sobre esa sustancia.

Recuerdo la última vez que vi a Zuckerberg en público en un momento igualmente definitorio. Era 2012, justo después de que la salida a la bolsa de Facebook lo hiciera CEO de una compañía pública, y él estaba a punto de salir al escenario en la conferencia TechCrunch Disrupt.

Algunas personas olvidan ahora que cuando Facebook salió a la bolsa, las acciones cayeron. Los inversionistas estaban muy molestos y había un escepticismo real sobre la compañía y su valor. Sentada en la primera fila, vislumbré los momentos de Zuckerberg antes de que subiera al escenario. Respiraba profundamente, levantaba sus hombros como si estuviera preparándose para un juego de pelota. En ese momento no era Mark Zuckerberg, el multimillonario de 28 años de la red social más popular en el mercado y sujeto de una película de Hollywood. En cambio, parecía un chico nervioso tratando de meterse en este nuevo papel.

“Empecé esto cuando era muy joven e inexperto”, me dijo Zuckerberg durante nuestra entrevista. “Cometí errores técnicos y errores de negocios. Contraté a la gente equivocada. Confié en la gente equivocada. Probablemente lancé más productos fallidos que la mayoría de personas en su vida”.

Pero me dijo que era optimista. Él le dirá al Congreso que la compañía era muy idealista. Idealismo y optimismo son buenos ingredientes para una plataforma de lanzamiento, pero cuando tu plataforma tiene el poder de transformar el mundo, no es suficiente.

Mientras los usuarios se preguntan si Facebook protegerá la democracia, o la dañará, si conectará el mundo, o nos apartará aún más, estarán mirando al presidente ejecutivo de la compañía.

Durante mucho tiempo él ha estado en las sombras detrás de los algoritmos, pero ellos estarán viendo si aumentará su actual rol a uno más público, si demuestra que realmente entiende la gravedad de las consecuencias que su plataforma ha tenido. Y verán si acepta el hecho de que ahora es un líder mundial que, para manejar mejor el dominio que creó, debe mostrar una mejor comprensión de la humanidad, un ingrediente que a menudo se pierde detrás de las paredes en Silicon Valley y de los ingenieros que codifican nuestro futuro.