(CNN) – El Mundial Rusia 2018 lleva apenas dos días y la FIFA, ente rector del fútbol, ya tiene que enfrentar preguntas por la baja asistencia a uno de los primeros partidos en el torneo.
Cuando Egipto y Uruguay empezaron su contienda deportiva este viernes, las miradas se dirigieron inmediatamente a los cientos de sillas naranja que quedaron vacías a lo largo de todo el estadio Ekaterinburg Arena.
La FIFA dice que las entradas al partido estuvieron a punto de agotarse, pero no pudo explicar por qué los fanáticos que compraron esos boletos nunca llegaron.
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“Podemos confirmar que se asignaron 32.278 boletos para el partido entre Egipto y Uruguay en Ekaterinburg”, le indicó un portavoz de la FIFA a CNN.
“La capacidad del estadio del Mundial de la FIFA es de 33.061 personas. El hecho de que la asistencia actual no refleje la cantidad de boletos asignados puede deberse a varios factores que la FIFA está investigando”.
En un comunicado emitido la semana pasada, la FIFA aseguró: “A solo siete días del primer partido del Mundial de la FIFA 2018 en Rusia, la FIFA puede confirmar que se han asignado 2.403.116 entradas a los seguidores del fútbol de todo el mundo desde que comenzaron las ventas, en septiembre de 2017”.
El Ekaterinburg Arena es uno de los estadios más impresionantes de esta Copa del Mundo: se tuvieron que construir dos tribunas temporales en cada extremo para cumplir con el requisito de capacidad mínima del torneo.
Los asientos adicionales, establecidos fuera de la estructura original del estadio, se retirarán una vez que finalice el campeonato.
Aquellos seguidores que hicieron el esfuerzo de asistir al segundo juego del Mundial no fueron testigos de un partido clásico, aunque por lo menos los fanáticos de Uruguay se quedaron con la alegría después de que el equipo sudamericano obtuviera la victoria con un gol en el minuto 90 de José María Giménez.
Es la primera victoria que Uruguay obtiene en su primer partido de la Copa del Mundo desde 1970.
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Después de que Giménez anotó, las cámaras pasaron ante el desvalido Mo Salah, quien se encontraba en la banca de suplentes de Egipto, incapaz de intervenir, mientras continúa su rehabilitación por la lesión en el hombro que sufrió durante la final de la Champions League el mes pasado.
Después del partido, el entrenador de Egipto, Héctor Cuper, dijo a los periodistas que Salah tendría un “papel importante” en el equipo durante los dos partidos restantes del grupo.
“Queríamos evitar los riesgos en este partido, pero creo que estará bien para el próximo juego”, dijo.