Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) – Martín Caparrós: universidad de bolsillo y aldabonazo estridente. Dice que todos tenemos la culpa de todo, aunque de distinta manera.
Dice que la patria y el fútbol son unos cuentecitos que nos hacen para hipnotizarnos y alejarnos de los problemas verdaderos. Y que la envidia es decisiva para escribir.
La primera imagen que recibes de él es de cierta adustez, de “mírame y no me toques”, de “tómate todas las precauciones debidas” por si acaso.
Pero es capaz de sonreír, doy de fe eso, aunque… de hecho, defiende el poder de la diversión. La chacota y la carcajada contra el mármol monumental que se cree eterno.
Empezó a escribir a los 16 años y desde entonces no ha parado.
Ha ido de la radio al cine, pasando por la literatura y el periodismo, como quien va de la sala al comedor por un vaso de agua.
Ganó el Premio Planeta argentino por su novela Valfierno, el Premio Herralde de Novela por su obra Los Living. Y el Rey de España por Crónicas de fin de siglo. Y el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes por sus artículos en El País Semanal. Y también el Premio María Moors Cabot, que otorga la Universidad de Columbia, a un puñadito de elegidos de los dioses.
Caparrós es una firma de lujo que adecenta las páginas que le publican, ahora mismo en El País de España y en el New York Times en español.
Ha zapateado los lugares más conflictivos del planeta para contar lo que ve y molestar. Este hombre ha hecho del incordio un ejercicio fascinante y necesario. Su nueva novela se llama Todo por la patria y el protagonista es un antihéroe: el fútbol como negocio de los políticos. Y biberón de las masas.