(CNN) – Es el primer fin de semana de noviembre. Ya sabes lo que eso significa: es hora de “retroceder” en el tiempo.
O más específicamente, es hora de que retrocedamos nuestros relojes a medida que termina el horario de verano.
Ocurre a las 2 a.m. del domingo, en esencia, lo que permite a la mayoría de los estadounidenses revivir de nuevo la hora de la 1 a.m.
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Así que la gente tendrá una hora adicional para dormir o festejar o tal vez revisar esa boleta de muestra antes de votar en las elecciones intermedias del martes. Oye, no estamos aquí para juzgar cómo usas tu tiempo.
El cambio afecta a todos aquellos en Estados Unidos, excepto a las personas en Hawai y partes de Arizona que no tienen horario de verano. Los territorios de Guam, Puerto Rico, las Islas Vírgenes de EE.UU. y Samoa Americana tampoco reconocen el cambio. (Los legisladores de la Florida votaron a principios de este año para dejar de hacer el cambio de horario, pero el Congreso todavía tiene que aprobarlo antes de que se haga efectivo allí).
Qué se hace
Para aquellos que cambian los dígitos en sus relojes, el sol parece salir más temprano en la mañana y se pone más temprano en la noche.
Ahora hay mucho debate sobre si este cambio de hora dos veces al año vale la pena. Hay estudios que dicen que adelantar el reloj una hora en la primavera para comenzar el horario de verano nos pone en mayor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.
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Pero la mayoría de nosotros no estamos tan preocupados por el horario de verano, según una encuesta de Princeton Survey Research.
Y hay algunas cosas buenas sobre el cambio al tiempo estándar en el otoño, más allá de obtener esa hora extra. Si no pusiéramos nuestros relojes atrás, el amanecer no sería hasta las 8:30 a.m. en muchos lugares. La bajada a la hora estándar mantiene la hora del amanecer un poco más cerca de lo que estamos acostumbrados.
Cómo empezó
La idea para el cambio de hora provino del legendario inventor estadounidense, estadista y padre fundador Ben Franklin, quien, en una carta de 1784 a un diario francés, sugirió que los parisinos podrían ahorrar miles de francos al año al despertarse más temprano en el verano, pues así no tendrían que comprar tantas velas para encenderlas durante las horas de la tarde.
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Los Estados Unidos no adoptaron la práctica hasta el siglo XX, por un breve tiempo durante la Primera Guerra Mundial, de nuevo durante la Segunda Guerra Mundial y luego en una base de estado por estado en los años posteriores a la guerra. Se convirtió en una política nacional, con algunas modificaciones, a partir de 1966. Docenas de otros países ahora también observan alguna forma de ahorro de luz diurna.
Por supuesto, la hora extra que la gente obtendrá este fin de semana no dura tanto. Los estadounidenses la devolverán “saltando hacia adelante”, y adelantando su reloj, una hora el próximo 10 de marzo.