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El poder de Melania Trump dentro de la Casa Blanca
01:40 - Fuente: CNN

(CNN) – Melania Trump cierra su segundo año como primera dama y así mismo se reinventa como una figura emblemática de la Casa Blanca.

Ella inició su primer año con una luz tenue de primera dama viviendo en Nueva York, a horas de distancia de la Casa Blanca, con muy pocas apariciones en público e improvisando un personal incipiente. Sin embargo, desde el inicio de 2018 y una vez que se mudó a Washington, Melania ha construido un equipo de 12 miembros y ha liderado varios “primeros” eventos: Primera Cena de Estado, Primera Iniciativa Política Formal y primer viaje al exterior sola. A medida que 2018 avanzaba, se sentía que la primera dama estaba cumpliendo su labor.

Luego de que las acusaciones hacia su esposo de presunto acoso sexual se hicieran virales, unos días después de ano nuevo, la historia de Stormy Daniels fue publicada. Melania fue sumergida en escándalos y titulares en diferentes tabloides, esconderse no era una opción pues ya era la mujer más conocida del mundo.

De este modo, 2018 sería el año en el que Melania Trump tuvo que descubrir cómo manejar sus obligaciones públicamente como primera dama, balanceando su matrimonio en un microscopio de manera cautelosa.

A pesar de que inició su año de manera emocional, y en ocasiones distanciada del Presidente Donald Trump, Melania fue animada por la simpatía de la gente. Una gran franja del país se sintió realmente mal por ella después de que se desplegara la historia de Stormy Daniels. Ella continuó, eventualmente, mostrando un feroz rasgo de independencia, juntando su ala de la Casa Blanca y construyendo lo que finalmente se convertiría en una plataforma para ayudar a los niños.

Aprendió a comunicarse a través de declaraciones, tuits y señales no verbales, sin la necesidad de aprobación por parte del ala oeste de la Casa Blanca. Lo anterior sin importarle que sus filosofías se unieran a las de su esposo, y a menudo eran contrarias.

Y mientras Donald Trump insulta a diestra y siniestra, Melania Trump decidió abordar el acoso en las redes.

El gobierno de Donald Trump impuso una política de tolerancia cero para separar a las familias inmigrantes ilegales; Melania Trump voló a la frontera dos veces para ver cómo podía intervenir de manera positiva en el proceso.

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Donald Trump insulto el intelecto de LeBron James en un tuit; Melania Trump, a través de su portavoz, elogió a James por su trabajo de caridad.

Donald Trump insistió en elegir los canales de televisión para verse en el Air Force One; el portavoz de Melania dijo que “ella ve lo que quiere”.

Durante la mayor parte de 2018, cuando la extraña división entre la primera pareja se convirtió en otra peculiaridad de la presidencia de Trump a la que todos nos hemos acostumbrado, la primera dama cosechó el beneficio de su acto en solitario. Su popularidad en el sondeo de la opinión publica fue, por mucho, la más alta de todos los miembros de la familia y la administración Trump. Sus decisiones y acciones a veces fueron envalentonadas y tuvieron resultados positivos, pero algunos eventos no alcanzaron la aprobación de la gente, (por ejemplo, esa chaqueta).

Sin embargo, las últimas semanas de 2018 se ha visto un lado diferente de Melania, especialmente porque ha encontrado una base más sólida en su papel. Ella ha iniciado un contacto más progresivo con el presidente. Físicamente hay contacto más natural y menos acartonado entre ellos, al igual que se percibe que tienen mayor afinidad política e intelectual.

Esta es una táctica que le ha dado a la primera dama más voz, una personalidad más pública y ha eliminado el misterio de quién es ella realmente. Pero a medida que el año llega a su fin, Melania Trump podría parece cercana a su esposo, pero eso podría costarle a nivel de popularidad.