(CNN) – La tasa de personas que mueren de cáncer en Estados Unidos parece haber disminuido de manera constante durante los últimos 25 años, según un nuevo estudio, pero las disparidades persisten entre ricos y pobres.
La tasa global de mortalidad por cáncer cayó continuamente de 1991 a 2016 en un 27%, según un estudio de la Sociedad Estadounidense de Cáncer publicado el martes en CA: A Cancer Journal for Clinicians.
“Eso se traduce en alrededor de 2,6 millones de muertes por cáncer menos de lo que se hubiera esperado si las tasas de mortalidad se mantuvieran en su punto máximo, como se vio en 1991”, según el estudio.
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“La continua disminución de la tasa de mortalidad por cáncer en los últimos 25 años es una buena noticia y fue un poco sorprendente, solo porque las otras causas principales de muerte en EE. UU. están empezando a reducirse. Estamos pensando si eso va a ocurrir también con el cáncer, pero hasta ahora no ha sido así”, dijo Rebecca Siegel, primera autora del estudio y directora estratégica de información de vigilancia de la Sociedad Estadounidense de Cáncer.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., los últimos datos muestran que las tres causas principales de muerte en Estados Unidos en 2017 fueron enfermedades del corazón, cáncer y accidentes o lesiones no intencionales.
Mientras tanto, a escala mundial, el número de personas en todo el mundo que tiene cáncer parece estar aumentando, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un informe de la OMS publicado en septiembre estimó que solo en 2018 había 18,1 millones de nuevos casos de cáncer y 9,6 millones de muertes por cáncer en todo el mundo. El cáncer es la segunda causa de muerte a nivel mundial.
Tendencia “sorprendente”
El estudio de la Sociedad Estadounidense de Cáncer se basó en datos de incidencia de cáncer, mortalidad y supervivencia en Estados Unidos de fuentes como el Centro Nacional de Estadísticas de Salud; el Programa de Vigilancia, Epidemiología y Reglas finales; el Programa Nacional de Registros del Cáncer, y la Asociación Norteamericana de Registros Centrales de Cáncer.
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Algunos datos datan de 1930, y los datos más recientes son de 2016.
Los datos mostraron que la tasa nacional de mortalidad por cáncer aumentó durante la mayor parte del siglo XX, en gran parte debido al aumento de muertes por cáncer de pulmón por fumar y consumo de tabaco.
Pero desde su punto máximo de 215,1 muertes por cada 100.000 personas en 1991, la tasa de mortalidad por cáncer se redujo de manera constante en cerca de 1,5% por año a 156 por 100.000 personas en 2016, un descenso total de 27%.
Los datos también mostraron que la disparidad en las tasas de mortalidad entre pacientes con cáncer de raza blanca y negra parecía estarse cerrando. “La brecha racial en la mortalidad por cáncer sigue disminuyendo, así que la tasa de mortalidad por cáncer en los negros era 33% mayor que en los blancos a mediados de los 90, y los datos actuales indican que es 14% más alta. Sigue siendo mayor, pero la brecha se está reduciendo, algo que es una buena noticia”, dijo Siegel.
Sin embargo, los datos también revelaron una tendencia inquietante: una brecha creciente en las tasas de mortalidad basadas en la riqueza.
“Fue sorprendente ver que las disparidades por nivel socioeconómico en realidad se están ampliando”, dijo Siegel. “La riqueza provoca diferencias en la exposición a factores de riesgo y también acceso a prevención, tratamiento y detección temprana de cáncer de alta calidad”.
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Por ejemplo, entre 2012 y 2016, la tasa global de mortalidad por cáncer fue de cerca de 20% mayor entre personas que vivían en los condados más pobres de Estados Unidos en comparación con las de los condados más ricos, y las desigualdades socioeconómicas en la mortalidad por cáncer tres décadas en total, según el estudio.
La Sociedad Estadounidense de Cáncer también estima anualmente el número de nuevos casos de cáncer y muertes por cáncer que podrían producirse en todo el país, de acuerdo con los datos más recientes.
Este año, se prevén 1.762.450 nuevos casos de cáncer y 606.880 muertes por cáncer en Estados Unidos. Eso corresponde a más de 4.800 nuevos casos y casi 1.700 muertes por día, según el estudio.
El estudio tuvo algunas limitaciones, entre ellas que las proyecciones se deben interpretar con precaución porque se basaron en datos de hace tres o cuatro años.
Aún así “nos da información sobre lo que está sucediendo en el cáncer en Estados Unidos, porque si no sabemos cuáles son las tendencias y las poblaciones con mayor carga, no podemos hacer nada al respecto”, dijo Siegel.
Un tema realmente crítico
El nuevo estudio hace un “muy buen trabajo” resumiendo esas tendencias, dijo el doctor Walter Curran, director ejecutivo del Instituto de Cáncer Winship de la Universidad Emory en Atlanta, que no participó en el estudio.
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“El punto alentador es que la mortalidad por cáncer continúa bajando, particularmente en los hombres, pero la parte difícil es que seguimos viendo más de 600.000 estadounidenses muriendo de cáncer cada año”, dijo. “La buena noticia es que vemos menos disparidades raciales en la mortalidad por cáncer que en el pasado, pero la mala noticia es que vemos disparidades socioeconómicas en la mortalidad por cáncer”.
El doctor Dan Theodorescu, director del Instituto Oncológico Integral Samuel Oschin de Cedars-Sinai en Los Ángeles, dijo que leía cada año los resultados de este estudio anual sobre estadísticas de cáncer.
“Yo diría que estos son los mejores datos disponibles para la comunidad de oncología y para los que se preocupan por la salud en Estados Unidos”, dijo Theodorescu, que no participó en el estudio.
Los motivos de la disminución constante de las muertes por cáncer podrían incluir reducciones en el tabaquismo en todo el país, mejoras en la detección del cáncer y “avances revolucionarios” en el tratamiento del cáncer, dijo.
Aún así, las disparidades pueden persistir porque “el estado socioeconómico juega un papel fundamental en la incidencia y supervivencia del cáncer”, dijo Theodorescu.
“La pobreza ha sido un obstáculo implacable para recibir atención médica contra el cáncer debido a la falta o baja cobertura de seguros. Llegar al oncólogo a menudo lleva más tiempo y las opciones pueden ser más limitadas”, dijo. “No tener seguro o contar uno de baja cobertura también reduce el incentivo de visitar al médico por síntomas, y aún más por prácticas de salud preventiva, como dejar de fumar, exámenes físicos anuales e inmunizaciones contra virus causantes de cáncer”.
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Algunos de los condados con mayor pobreza se encuentran en zonas rurales del sur de Georgia, y “esto es algo de lo que nos hemos dado cuenta aquí en Instituto de Cáncer Winship de la Universidad Emory”, dijo Curran.
“Lo que ves es una tragedia de aumento en las tasas de obesidad, que ahora es un factor de riesgo de ciertos tipos de cáncer; índices de consumo de tabaco más claramente identificados y problemas de acceso a estrategias de prevención y detección de cáncer y, probablemente, problemas de acceso a enfoques diagnósticos y terapéuticos para el cáncer”, agregó. “En este momento se trata de un problema multifactorial que ahora nos parece una verdadera cuestión crítica en el mundo del cáncer”.