(CNN) – Un equipo internacional de científicos ha desarrollado una dieta que asegura que puede mejorar la salud y garantizar la producción sostenible de alimentos para reducir el daño al planeta.
La “dieta de salud planetaria” se basa en reducir a la mitad el consumo de carnes rojas y azúcar y aumentar la ingesta de frutas, verduras y nueces.
Y puede prevenir hasta 11,6 millones de muertes prematuras sin dañar el planeta, dice el informe publicado este miércoles en la revista médica The Lancet.
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Los autores advierten que se necesita un cambio global en la dieta y la producción de alimentos, ya que 3.000 millones de personas en todo el mundo están desnutridas, y la producción de alimentos está sobrepasando los objetivos ambientales, impulsando el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y contaminación.
Se prevé que la población mundial alcance los 10.000 millones de personas en 2050; ese crecimiento, más nuestros hábitos actuales de alimentación y producción de alimentos, “aumentarán los riesgos para las personas y el planeta”, según los autores.
El informe sugiere cinco estrategias para garantizar que las personas puedan cambiar sus dietas y no dañen al planeta al hacerlo: incentivar a comer de manera más saludable, cambiar la producción mundial hacia cultivos variados, intensificar la agricultura de manera sostenible, imponer políticas más estrictas sobre los océanos y las tierras y reducir desechos alimentarios.
La ‘dieta de salud planetaria’
Para permitir una población global saludable, el equipo de científicos creó una dieta de referencia global, que llaman la “dieta de salud planetaria”, que es un plan de alimentación diario ideal para personas mayores de dos años, que creen que ayudará a reducir las enfermedades crónicas, como enfermedades coronarias, ictus y la diabetes, así como la degradación ambiental.
La dieta desglosa la ingesta diaria óptima de granos enteros, vegetales con almidón, frutas, lácteos, proteínas, grasas y azúcares, lo que representa una ingesta diaria total de 2.500 calorías.
Reconocen la dificultad de la tarea, que requerirá “sustanciales” cambios en la dieta a nivel global, y que el consumo de alimentos como la carne roja y el azúcar disminuya en más del 50%. A su vez, el consumo de nueces, frutas, verduras y legumbres debe aumentar más de dos veces, señala el informe.
La dieta aconseja que las personas consuman 2.500 calorías por día, que es un poco más de lo que las personas comen hoy, dijo el doctor Walter Willett, autor principal del artículo y profesor de Epidemiología y Nutrición en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard. Las personas deben comer una “variedad de alimentos de origen vegetal, bajas cantidades de alimentos de origen animal, grasas insaturadas en lugar de grasas saturadas, y pocos granos refinados, alimentos altamente procesados y azúcares agregados”, dijo.
Las diferencias regionales también son importantes a tener en cuenta. Por ejemplo, los países de América del Norte consumen casi 6,5 veces la cantidad recomendada de carne roja, mientras que los países en el sur de Asia comen 1,5 veces la cantidad requerida de vegetales con almidón.
Si se adoptara la nueva dieta a nivel mundial, se podrían evitar entre 10,9 y 11,6 millones de muertes prematuras cada año, lo que equivale a un 19% a un 23,6% de las muertes de adultos. De acuerdo con uno de los modelos del informe, la reducción de sodio y el aumento de granos enteros, nueces, verduras y frutas fueron los que más contribuyeron a la prevención de muertes.
Hacer que sea una realidad
Algunos científicos se muestran escépticos sobre si se puede lograr que la población mundial adopte esta dieta.
La dieta recomendada “es bastante impactante”, en términos de qué tan factible es y cómo se debe implementar, dijo Alan Dangour, profesor de alimentos y nutrición para la salud mundial en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Lo que “inmediatamente hace que la implementación sea bastante difícil” es el hecho de que los departamentos intergubernamentales deben trabajar juntos, dijo. Dangour no estuvo involucrado en el informe.
En el nivel actual de producción de alimentos, la dieta de referencia no es alcanzable, dijo Modi Mwatsama, científica sénior (sistemas alimentarios, nutrición y salud) en The Wellcome Trust. Algunos países no pueden cultivar suficientes alimentos porque podrían carecer, por ejemplo, de cultivos resistentes, mientras que en otros países, los alimentos poco saludables se promueven en gran medida, dijo.
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Mwatsama agregó que, a menos que haya cambios estructurales, como subsidios para dejar el negocio de la carne, y cambios ambientales, como nuevos límites a la cantidad de fertilizante que se puede usar, “no veremos a quienes cumplan con este objetivo”.
Para permitir que las poblaciones sigan la dieta planetaria, el informe sugiere cinco estrategias, de las cuales los subsidios son una opción. Estos se ajustan a una recomendación para garantizar la buena gestión de los sistemas terrestres y oceánicos, por ejemplo, prohibiendo los desmontes y eliminando los subsidios a las pesquerías mundiales, ya que conducen a una capacidad excesiva de la flota pesquera mundial.
En segundo lugar, el informe describe estrategias como incentivar a los agricultores para que cambien la producción de alimentos de grandes cantidades de unos pocos cultivos a una producción diversa de cultivos nutritivos.
Los alimentos saludables también deben ser más accesibles, por ejemplo, los grupos de bajos ingresos deberían recibir ayuda para evitar una mala nutrición continua, sugieren los autores, y se alienta a las personas a comer de manera saludable a través de campañas de información.
Una cuarta estrategia sugiere que cuando se intensifica la agricultura, se deben considerar las condiciones locales para garantizar las mejores prácticas agrícolas para una región, produciendo a su vez los mejores cultivos.
Finalmente, el equipo sugiere reducir el desperdicio de alimentos al mejorar la planificación de la cosecha y el acceso al mercado en los países de ingresos bajos y medios, y mejorar los hábitos de compra de los consumidores en los países de ingresos altos.
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Louise Manning, profesora de resiliencia agroalimentaria y de la cadena de suministro en la Royal Agricultural University, dijo que cumplir con el objetivo de reducción del desperdicio de alimentos es “algo muy difícil de lograr” porque requeriría que el gobierno, las comunidades y los hogares se unan.
Sin embargo, “se puede hacer realidad”, dijo Manning, quien no participó en el informe, señalando el retroceso en el uso de plásticos en países como el Reino Unido.
La salud del planeta
El Acuerdo Climático de París de 2015 tenía como objetivo limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Cumplir con este objetivo ya no consiste solo en descarbonizar los sistemas energéticos al reducir los combustibles fósiles, también se trata de una transición alimentaria, dijo Johan Rockström, profesor de ciencias ambientales en el Centro de Resiliencia de Estocolmo, en la Universidad de Estocolmo, en Suecia, quien fue uno de los líderes del estudio.
“Esto es urgente”, dijo. Sin la adaptación global de la dieta de referencia, el mundo “no tendrá éxito con el Acuerdo Climático de París”.
En general, asegurar una población y un planeta sanos requiere la combinación de todas las estrategias, concluye el informe: importantes cambios en la dieta, mejora en la producción de alimentos y cambios tecnológicos, así como una reducción del desperdicio de alimentos.
“Diseñar y poner en funcionamiento sistemas alimentarios sostenibles que puedan ofrecer dietas saludables para una población mundial en crecimiento y más rica presenta un desafío formidable. Nada menos que una nueva revolución agrícola global”, dijo Rockström, y agregó que “las soluciones existen.
“Se trata de cambio de comportamiento. Se trata de tecnologías. Se trata de políticas. Se trata de regulaciones. Pero sabemos cómo hacerlo”, agregó.
Meera Senthilingam de CNN contribuyó a este informe.