Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) – Que Vladimir Putin Putin haya promulgado una ley contra las noticias falsas, parece una broma.
Que haya promulgado, además, otra ley contra los que ofendan a los símbolos patrios da miedo.
Las dos iniciativas huelen a encerrona.
Los grupos pro-derechos humanos han puesto el grito en el cielo ante los planes del Kremlin de establecer una “internet soberana”. Entiéndase, controlada. El tráfico en la web se canalizaría - y filtraría-, a través de servidores nacionales.
La Rusia de Putin es un país que no deja vivir a los que van a su propio aire, a los que disienten y mucho menos a los que según el gobierno, ofenden a la sociedad, como los homosexuales.
Me pregunto si bajo los rigores de estas nuevas leyes quedará la fábrica de troles del Kremlin. O los decires de los grandes intelectuales rusos del siglo XIX que acostumbraban a celebrar a Paris en detrimento de Moscú.
Jamás imaginé que, pulverizado el Muro de Berlín, algo así iba a suceder en la ”Europa liberada”. Tampoco que en países como Venezuela y Cuba se citaría como fuente fiable de información a la poderosa maquinaria propagandística del Kremlin. Que no es sino un burdo mecanismo de injerencia y desestabilización.
¿Será que eso de la soberanía nacional como concepto, cambió el fin de semana y yo no me enteré?