Seúl (CNN) – Donald Trump, presidente de Estados Unidos, estrechó la mano de Kim Jong Un este domingo y dio 20 pasos hacia Corea del Norte, haciendo historia como el primer líder estadounidense en sentarse en el reino de los ermitaños.
Trump cruzó el bordillo de piedra que separa el Norte y el Sur a las 3:45 p.m. hora local, abriéndose camino junto a un sonriente Kim en un país que durante mucho tiempo ha sido un paria mundial por sus ambiciones nucleares y su triste historial en materia de derechos humanos.
El evento, aparentemente espontáneo y transmitido en vivo, llevó a un nuevo nivel los instintos de showman de Trump y la visión de la diplomacia como una prueba de habilidades interpersonales. Luego, Trump dijo que estaba de acuerdo con Kim para reactivar las conversaciones a nivel de personal que se habían derrumbado después de su última cumbre en febrero.
El encuentro en la zona desmilitarizada coreana, fuertemente fortificada, se produjo un día después de que Trump planteó en un tuit la posibilidad de un apretón de manos en la frontera y declaró que “no tendría problemas” para ingresar a Corea del Norte.
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“¿Quieres que cruce?”, le preguntó Trump a Kim mientras se estrechaban las manos. “Estoy de acuerdo con eso”.
Mientras se encontraba dentro del territorio de Corea del Norte, Trump y Kim se estrecharon la mano y se dieron palmaditas en la espalda antes de regresar a la frontera hacia el sur después de aproximadamente un minuto.
“Nunca esperé encontrarme con usted en este lugar”, le dijo Kim a Trump a través de un intérprete.
Más tarde, Trump dijo que estaba “orgulloso de haber sobrepasado la línea” y agradeció a Kim por la reunión. Lo invitó a la Casa Blanca, aunque más tarde reconoció que tal visita no vendría pronto.
El líder norcoreano dijo que estaba sorprendido por la solicitud de Trump de reunirse y aceptó la oferta debido a su “excelente relación” y la importancia de reunirse en la frontera.
“Creo que al reunirse aquí, dos países que tienen un pasado hostil, estamos mostrando al mundo que tenemos un nuevo presente y tenemos una reunión positiva en el futuro”, dijo Kim.
Después del histórico apretón de manos, los dos hombres se reunieron dentro de la Casa de la Libertad en la zona desmilitarizada, por poco menos de una hora, una sesión más sustancial de la que Trump anticipó antes cuando dijo que su encuentro con Kim sería poco más que un apretón de manos.
El momento marca un hito en la tensa historia de Estados Unidos con Corea del Norte, pero lo que significa más allá de una muestra de amistad no quedó claro de inmediato.
No parecía haber ningún compromiso nuevo contraído en la reunión de 50 minutos de Trump con Kim más allá de un acuerdo para reiniciar las conversaciones. Y el propio Trump dijo después que no tenía prisa por librar a Corea del Norte de sus armas nucleares.
Sin embargo, la reunión y el cruce histórico de la frontera han roto un punto muerto en las conversaciones desde que Trump abandonó su última reunión con Kim en Vietnam hace cuatro meses.
Trump dijo que los equipos de negociación comenzarían a reunirse en cuestión de semanas.
El equipo de Estados Unidos estará dirigido por el actual representante especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Stephen Biegun, dijo Trump. Volviéndose a Biegun, Trump le deseó suerte.
La confirmación se produjo tras idas y venidas
Trump llegó a la zona fronteriza aproximadamente una hora después de que confirmó que se reuniría con Kim, y usó una plataforma de observación para mirar hacia el Norte.
De pie, junto a su contraparte surcoreana, parecía sombrío mientras escuchaba a un oficial militar de EE.UU., que señalaba puntos de referencia en la distancia.
“Solía ser muy, muy peligroso”, dijo Trump, citando su informe. “Después de nuestra primera cumbre, el peligro desapareció”.
Incluso con la historia en el aire, Trump no evitó criticar a los medios de comunicación, alegando que no le dieron crédito por mejorar las relaciones con Pyongyang.
“Cuando dicen que no ha habido diferencia, ha habido una tremenda diferencia”, dijo. “Lo digo por la prensa, no aprecian lo que se está haciendo, nada”.
La reunión a lo largo del borde cercado y de alambre de púas se produjo después de una mañana de ida y vuelta sobre si el breve saludo se produciría después de que Trump emitiera este sábado una invitación pública para un apretón de manos.
El domingo por la mañana, Trump planteó la cuestión de si realmente se reuniría con Kim como una cuestión de logística, lo que indicaba que ambas partes estaban organizando los arreglos para que se produjera el apretón de manos.
Esta reunión fue alguna vez impensable
La posibilidad de que un presidente de los Estados Unidos pase por encima de la frontera más fuertemente fortificada del mundo en Corea del Norte fue alguna vez impensable. Pero está en consonancia con el estilo profundamente personal de la diplomacia de Trump y su talento para orquestar el drama en torno a esos esfuerzos.
Aun así, algunos diplomáticos, incluso en la propia administración de Trump, fueron tomados por sorpresa cuando este tuiteó la invitación para que Kim se reuniera este sábado mientras asistía al último día de la cumbre del G20.
La última reunión de Trump con Kim se derrumbó cuando las dos partes no pudieron ponerse de acuerdo sobre los términos sobre la reducción de las sanciones a Corea del Norte por renunciar a su arsenal nuclear. Y las dos partes han avanzado poco desde entonces.
Después de la primera cumbre de Trump con Kim, hace un año en Singapur, parecía haber progreso en el descongelamiento de las relaciones. Corea del Norte liberó a algunos estadounidenses encarcelados y devolvió los restos de algunos soldados que habían muerto en la Guerra de Corea.
Durante un período, Corea del Norte también suspendió sus provocativas pruebas de misiles. Pero en el último mes se reanudaron las pruebas de misiles de corto alcance, aunque aún no se han realizado pruebas de misiles nucleares o de alcance intermedio o largo.
“No estoy seguro de qué es lo que el presidente Trump está tratando de lograr, porque aunque todo este compromiso ha continuado, no ha habido una disminución en la reserva de armas nucleares o misiles de Corea del Norte”, dijo Joseph Yun, un ex representante especial de Estados Unidos para Corea del Norte bajo Trump y ahora analista de CNN.
Trump dice que no tiene prisa y afirma que ya ha visto resultados, ambos suficientes, en su opinión, para otra reunión.
“Si tienes prisa, te metes en problemas”, dijo durante una conferencia de prensa con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, antes de su visita a la zona desmilitarizada este domingo.
Otros presidentes han estado en la zona, sin Kim
El domingo no fue el primer intento que hizo Trump para llegar a la DMZ, el tramo fuertemente custodiado que ha dividido a la Península Coreana durante tres cuartos de siglo. La última vez, en 2017, se sintió frustrado por el clima. Siempre muy en sintonía con la óptica, era probable que Trump no dejara pasar la oportunidad de mirar hacia el Norte desde la plataforma de observación.
Otros presidentes han hecho el mismo viaje, todos mirando hacia Corea del Norte a través de binoculares, pero ninguno se ha reunido con los líderes déspotas que la gobiernan. Ningún presidente de Estados Unidos en funciones había cruzado hacia Corea del Norte.
Faith Karimi, de CNN, contribuyó a este reporte.