(CNN) – Pantalones rotos, cigarrillos de última hora, abuelas en la pista de baile: estas no son unas típicas fotos de boda.
El título del próximo libro de fotos y la exhibición de Ian Weldon en la Fundación Martin Parr lo deja en claro: “No soy un fotógrafo de bodas”.
Weldon puede fotografiar muchas bodas, pero sus fotos capturan momentos de espontaneidad e hilaridad en un estilo sincero más típico de la fotografía documental.
Weldon, quién ha sido fotógrafo durante 15 años, se inscribió en su primera clase de fotos “más para sentirse bien” que por una ambición artística seria.
CNN Estilo conversó con Weldon sobre cómo ha evolucionado su trabajo, la “democracia” de la fotografía y cómo sus herramientas influyen en su arte.
CNN Estilo: ¿Qué aspectos de la fotografía de bodas te atraen como fotógrafo?
Ian Weldon: Las bodas son un crisol de emociones y realidad, felicidad y tristeza. Todo lo que pude encontrar en muchos otros proyectos diferentes estaba todo aquí en un solo lugar. Y luego, cuando le agregas alcohol a eso, se convierte en otra cosa, ¿sabes? Aprendí más sobre la fotografía y sobre mí tomando fotografías en bodas que en cualquier otro momento de mi vida. Y sigo haciéndolo.
En tu opinión, ¿cómo ha evolucionado la lucrativa industria de las bodas para los fotógrafos?
La industria de las bodas es impulsada por tendencias y modas, lo que sea popular en este momento. Entonces, los fotógrafos más populares dentro de la fotografía de bodas (son) capaces de tomar lo que es popular y producir un producto realmente de alta calidad. Eso es una gran cosa; no hay nada de malo en eso. Pero para mí, eso es solo fotografía comercial, no es realmente un registro del día. Y cuando aplicamos una plantilla a cada boda, y todas las bodas se ven iguales, entonces realmente no siento que la pareja esté obteniendo algo especial de eso.
Tus fotos capturan muchos momentos muy espontáneos. ¿Encuentras que las personas se sienten presionadas para actuar de cierta manera cuando hay un fotógrafo cerca? ¿Cómo se obtienen esas tomas sinceras?
Incluso James Nachtwey, el fotógrafo de guerra, dijo que la gente actuará por la cámara. Podemos intentar todo lo que queramos para ser completamente sinceros, pero si la gente te ve, representará una especie de escena. Lo que hago es intentar integrarme a la situación y ser parte del día. Al acudir a una boda y no tener una idea preconcebida real de cómo se va a filmar, y solo responder a las personas y las personalidades y los alrededores, entonces puedo acercarme física y emocionalmente a las personas con las que estoy trabajando.
¿Tienes una foto favorita de la serie?
Hay una de una niña haciendo una cara graciosa. Sus dientes pequeños recién le están saliendo y le falta un diente. Realmente me gustó la naturaleza irreverente de su actitud. Hay otra de la novia que está sentada y detrás (de ella) hay una pareja besándose apasionadamente. Esas dos fotografías fueron tomadas en la misma boda. Esa fue una de las primeras bodas para las que tomé fotos, en la que me di cuenta de que podría estar haciendo cosas distintas a las tomas de bodas estándar que se esperaban. Estaba un poco inseguro sobre la presentación de esas imágenes a la pareja, pero les encantaron. Pensé, hay otras personas que están en la misma onda, que no quieren la fotografía tradicional de bodas estándar.
¿Cómo encuentras a tus clientes y qué tipo de relación formas con ellos antes y durante la boda?
Creo que me encuentran. Las personas que están dispuestas a que yo las acompañe y que haga lo que hago son muy pocas. Así que si ellos me “atrapan” a mí y lo que estoy haciendo, entonces los voy a acompañar. Creo que lo que cualquier artista espera lograr es que su arte sea un reflejo de ellos. Me gusta involucrarme, hablar con la gente, ser parte del día. Quiero decir, a veces bailo en la mesa por la noche con todos los demás.
¿Cómo reaccionan tus clientes al ver tus fotos?
Alguien mencionó el otro día que estaban emocionados de ver las fotografías de su boda porque no sabían lo que iban a recibir. Y creo que ese es un aspecto realmente importante de lo que hago. Me gusta cuando la gente vuelve a mí y dice que he capturado las personalidades de la gente.
Mencionaste anteriormente lo que llamas la “democracia de la fotografía”. ¿Puedes explicar lo que eso significa?
(Los fotógrafos de bodas tradicionales) consideran la imagen del anillo como una toma importante y descartan las otras cosas, como la entrada al lugar o una abuela con un secador de cabello en la cabeza. Para mí, todas las fotografías son tan importantes como cualquier otra fotografía. Todo en esa situación significará algo para esa pareja. Entonces, el niño que se hurga la nariz es tan importante como la novia que recibe un abrazo de su padre.
¿Cómo se fusionó tu serie de bodas en un libro?
Pasaron un par de años antes de que me diera cuenta de que las bodas eran terreno fructífero para un proyecto fotográfico. Una gran cantidad de fotografía documental se centra en la privación social o la pobreza, problemas graves en todo el mundo. Necesitamos fotógrafos para fotografiar eso. Pero quería fotografiar un momento más feliz de la vida y trabajar en proyectos que trataban sobre la alegría en el mundo. Hace un par de años, traté de acercarme a un par de galerías y no recibía ninguna buena respuesta porque se percibía como “solo” fotografía de bodas.
Hace un año, recibí una llamada de (el aclamado fotógrafo británico) Martin Parr. Me sorprendió un poco porque Martin es un fotógrafo que cambió mi percepción de lo que era la fotografía, o lo que podría ser la fotografía, y al hacerlo, eso me cambió fundamentalmente como ser humano. Martin quería mostrar el trabajo en su galería, y fue su sugerencia el tener un libro de fotos. Así es como surgió todo, y no fue realmente diseñado, sino cómo sucedió.
La exposición “No soy un fotógrafo de bodas” se exhibirá en la Fundación Martin Parr hasta el 10 de agosto de 2019. Ya está disponible un libro del mismo nombre, publicado por la Fundación Martin Parr y la RRB.