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Ganancias de Levi's caen 62%
01:57 - Fuente: CNN

(CNN) – Durante casi 150 años, los jeans han sido los acompañantes incondicionales de la moda: prácticamente todos, en todas partes, tienen un par.

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Son resistentes y versátiles, pero también son un importante contribuyente a la no tan envidiable reputación de la moda como una de las industrias más contaminantes del mundo.

Unos de los jeans más sofisticados del mundo son hechos en Japón.

Ahora, una organización benéfica británica, la Fundación Ellen MacArthur, espera cambiar eso al alentar a las empresas de vestimenta a sus “Pautas de rediseño de jeans”, y podría cambiar su diseño como los conocemos.

Por un lado, la lista dice que los remaches metálicos deben “diseñarse” o “reducirse al mínimo”. Los remaches de metal fueron la base del diseño patentado por Levi Strauss en 1873. Conocidos como los pantalones “XX”, luego se los denominó 501. Los remaches se usaron originalmente para reforzar los jeans en áreas donde se podían rasgar, pero las costuras modernas los han hecho puramente decorativos.

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Las nuevas pautas, que forman parte de la iniciativa “Make Fashion Circular”, de la organización benéfica, establecen que los pantalones jeans deben soportar al menos 30 lavados caseros, deben estar hechos de “fibras de celulosa de métodos de cultivo regenerativos, orgánicos o de transición” y estar libres de químicos peligrosos. También se prohíbe la limpieza con chorro de arena, el acabado de piedras y el uso de permanganato de potasio (un agente oxidante que desvanece el denim).

“La idea es prolongar la vida útil de su par de jeans por el mayor tiempo posible”, dijo el líder de Make Fashion Circular, Francois Souchet, en una entrevista telefónica, “y (para) lograr que todos en la cadena de suministro empiecen a preguntar ‘¿cómo se puede rediseñar este producto en su segunda vida?’, ‘¿cómo puedo reducir su impacto ambiental y hacerlo éticamente?’”.

Una modelo vestida de demin en la Semana de la Moda de Nueva York en 2019.

Una breve historia de los blue jeans

La historia de los jeans de hoy en día comienza en 1853, cuando un inmigrante bávaro llamado Levi Strauss trajo el denim a Estados Unidos.

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Después de mudarse a San Francisco para abrir su propio negocio de productos secos, Strauss comenzó a suministrar la tela a un sastre de Nevada llamado Jacob Davis. La tela se hizo popular entre los trabajadores, los vaqueros y los mineros, porque era más adecuada que la ropa de trabajo tradicional para soportar las duras condiciones. Davis pasó a especializarse en jeans, y luego creó un par reforzado con remaches de cobre puestos en los bolsillos y la bragueta.

Colección de Bailman presentada en marzo de 2018 en París.

Los pantalones evolucionaron a lo largo del próximo siglo, pasando de prendas de obreros a estar en los uniformes de la marina, luego a ser el símbolo de la rebelión y la angustia juvenil, la cultura pop y los conocidos “beatniks”. Han disfrutado del respaldo de famosos como John Wayne y Marlon Brando, Marilyn Monroe y James Dean, pero también Elvis, Paul Newman, Jefferson Airplane, Marvin Gaye, Brooke Shields (en sus icónicos Calvin Kleins alrededor de 1980), Tupac y Pharrell.

En su transformación, los jeans han mantenido un atractivo casi igualitario. Se han reinventado como artículos de lujo, al hacerlo, también han acaparado una gran parte de la fabricación de prendas de vestir, e irónicamente, dado que inicialmente se crearon como prendas de larga duración, se convirtieron en productos casi desechables.

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“Lo que una vez fue pensado para ser uno de los artículos más duraderos en nuestros armarios ahora es algo que compramos en volúmenes francamente perturbadores”, dijo Anika Kozlowski, profesora asistente de diseño de moda, ética y sostenibilidad en la Universidad Ryerson en Toronto, Canadá. “Lo que ha llevado a importantes impactos ambientales”.

Un alto costo ambiental

Tradicionalmente, los pantalones vaqueros están hechos con algodón. Aunque natural y biodegradable, la fibra proviene de uno de los cultivos “más sedientos” del mundo. Además del agua necesaria para cultivar algodón, se utiliza más en el teñido, enjuague y acabado para lograr el aspecto clásico de la mezclilla, que proviene del tejido de hilados de algodón teñido añil (la urdimbre) con algodón blanco (la trama).

A lo largo de su vida, un solo par de jeans puede usar hasta 919 galones de agua, incluyendo la producción y el lavado, según Levi’s. Los agentes blanqueadores, las enzimas y los pesticidas también forman parte del proceso, al igual que la limpieza con chorro de arena, una técnica de intemperización de mezclilla utilizada para lograr un aspecto “desgastado”.

Este proceso implica la voladura de materiales abrasivos a alta velocidad a través de un compresor de aire para limpiar y dar forma a la superficie del denim. Puede tener efectos extremadamente dañinos tanto en el ambiente como en los trabajadores que fabrican los jeans. Se ha demostrado que el chorro de arena causa silicosis, una enfermedad pulmonar incurable que a menudo es mortal.

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“Dar pasos hacia una cadena de suministro más respetuosa con el medio ambiente se ha vuelto casi inevitable”, dijo Kozlowski. “Hay muchos problemas con el sector como existe actualmente”.

El Grupo H&M, GAP, C&A, Lee Jeans y Reformation son algunas de las etiquetas que se han comprometido a unirse a Jeans Redise. Se espera que sigan más, y que las primeras prendas creadas utilizando las pautas establecidas lleguen a las tiendas el próximo año.

Levi’s no se ha inscrito, pero la compañía, y otros nombres importantes, como Wrangler’s y G-Star Raw, han tomado medidas para reducir su impacto ambiental, ya sea al reducir el consumo de agua, al desarrollar mezclas más sostenibles o al trabajar con plantas de fabricación más pequeñas para asegurar el cultivo ético y los métodos de procesamiento.

Las nuevas tecnologías han ayudado a las marcas a revisar sus cadenas de producción y suministro. La fábrica española Tejidos Roy, por ejemplo, ha creado un sistema de teñido sin agua, junto con Indigo Mill Designs, con sede en EE. UU., y el Centro de Tecnología Textil del Colegio Gaston, que utiliza 100% menos agua en la tintura, 89% menos químicos y 65% ​​menos energía.

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“Pero eso sigue siendo un pequeño nicho de todo el sector”, dijo Dio Kurazawa, jefe de denim de la agencia de pronóstico de tendencias WGSN y cofundador de The Bear Scouts, una plataforma que vincula marcas con fabricantes sostenibles. “Demasiadas empresas simplemente no se han comprometido a cambiar tanto como es necesario, a pesar de que la innovación está ahí. Parte de ello se debe a los costos, parte a la falta de voluntad”.

Se requiere más trabajo para reducir el costo ambiental de la mezclilla, según Souchet de Make Fashion Circular. “Los jeans fueron un punto de entrada obvio para un esfuerzo de este tipo”, dijo. “El sector de la mezclilla ya ha realizado bastantes esfuerzos para mejorar su proceso de fabricación. Es consciente de sus propios problemas. Nuestras pautas se basan en eso, para crear una mejor alineación en toda la cadena de suministro”.

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Las marcas que participan en Jeans Redise tendrán que entregar informes anuales para mostrar su progreso. Pero tanto Kurazawa como Kozlowski se muestran escépticos sobre el impacto a largo plazo del programa.

“Personalmente, no creo que las reglas vayan a cambiar mucho”, dijo Kurazawa. “Los países manufactureros necesitan ayuda con la infraestructura y los pagos de salarios dignos a los obreros de las fábricas. Las iniciativas, como estas pautas, tienen pocos (en la forma de) resultados medibles, en ese sentido”.

Kozlowski dijo que, si bien la iniciativa es loable, lo que se necesita es más supervisión.

“Creo que el impulso de la Fundación Ellen MacArthur por la sostenibilidad es excelente, pero el problema es que no hay un órgano de gobierno que garantice que las normas se implementarán”, dijo. “La cadena de suministro es global, así que es realmente muy difícil hacer cumplir el control”.