Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN Español) – Teodora Vázquez. Salvadoreña.
Habló en este programa justo cuando el Tribunal Supremo de su país conmutó la condena de 30 años de prisión por un aborto involuntario.
Para los jueces fue “asesinato agravado”.
De nada sirvieron los pedidos de clemencia de Amnistía Internacional y Naciones Unidas.
Teodora pasó casi 10 años en la cárcel sintiéndose siempre inocente.
Cuando fue liberada, había perdido a su esposo y su hijo se le había convertido en un desconocido.
A Evelyn Hernández también la sentenciaron a 30 años de cárcel. Presuntamente parió en su casa a un bebé muerto.
Pasó 33 meses presa, liberada en febrero de 2019, afronta un nuevo juicio.
Antes la acusaron de homicidio agravado, ahora de homicidio culposo —por negligencia—.
Si la encuentran culpable, le esperan entre 10 y 20 años de prisión. Ella sigue clamando su inocencia.
El Salvador es un estado laico que tiene la ley antiaborto más severa del mundo.
El aborto en El Salvador es ilegal en toda circunstancia, incluso en los casos de violación, peligro para la vida, incesto o malformación grave y mortal del feto.
Pero tiene según datos de gobierno, la mayor tasa de embarazos de adolescentes de Latinoamérica.
Las penas de cárcel por aborto alcanzan no solo a la mujer que aborte sino también a quien le ayude. Hasta 40 años de cárcel en casos extremos.
Pero Amnistía Internacional sostiene que en El Salvado el suicidio representa el 57% de las muertes de embarazadas de entre 10 y 19 años.
Una encuesta del Pew Research Center consigna que para el 45 % de los salvadoreños el uso de anticonceptivos es inmoral.
Y que el 84 % considera que el aborto debe ser ilegal.
El Salvador es el país más violento del mundo. Y también muy pobre: según la Cepal, el 37,8% de su población vive en la pobreza.
No más datos. Permítanme dos apreciaciones, dos preguntas y una cita.
Curioso que países con esas condiciones -con la excepción de Andorra- tengan las leyes antiaborto más restrictivas.
Curioso que apenas haya estadísticas fiables del número de salvadoreñas ricas y pobres que abortan. Y cómo y dónde lo hacen. Porque el aborto también es clasista.
Una pregunta que se hacen muchos:
¿Qué se gana prohibiendo el derecho al aborto? O dicho de otra manera: ¿Qué se gana con unas leyes tan restrictivas y sobre las que parece no haber ni siquiera un debate serio?
Alguna vez el dramaturgo y poeta alemán, Bertolt Brecht escribió: “Tristes los tiempos en los que hay que luchar por las cosas evidentes”.