José José, durante su llegada a los Latin Grammy de 2011.

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) – Una vez más, lo mejor lo han dicho los escritores en los periódicos que aún circulan.

Por muy rocanrolero que hayas sido, te llega el momento de cantar “El triste”. Eso lo asegura —y con razón— el escritor mexicano Xavier Velasco, premio Alfaguara 2003 por su novela “Diablo guardián”.

Velasco tiene cara de maldito y una de sus mejores maldades fue reunir en uno de sus libros, “Entrega insensata. Cartas a la deriva”, las cartas que escribió a algunas figuras -para él- entrañables: Serena Williams, Chabelo y José José, entre otros.

Porque una carta se escribe, sobre todo, para uno mismo.

Xavier Velasco cuenta que decidió escribirle al cantante justo horas antes de su boda, mientras maquillaban a su novia, porque de tan difícil de cantar, “El triste” siempre le pareció “un acto del más puro atletismo, emocional y físico” y porque si alguien como José José, a quien la vida se le retorcía cada día más, seguía cantando esa canción o al menos sonaba con hacerlo, agrego yo, eso era como inmolarse.

”Hay algo de cristiano ahí, no lo puedo ignorar”, admitía Xavier Velasco.

Otro escritor y poeta mexicano, Jordi Soler recordaba que José José, como Frank Sinatra, no componía sus canciones, pero precisaba que “eso no tiene importancia porque él es sus canciones”.

Y describe al cantante como un hombre con la ”voluntad permanente de situarse al borde del abismo”.

Y a quienes lo escuchamos, casi siempre en “la hora del derrumbe”, nos describe como hombrecitos y mujercitas “ante la disyuntiva de pedir otra ronda o irse a casa” y al final “se opta por pedir cuatro rondas más”.

Lo de siempre, digo yo. Y con todo respeto.