Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.c
(CNN Español) – La cara de la doctora Deborah Birx, coordinadora de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, tras la sugerencia del presidente Donald Trump de inyectar desinfectante en los pulmones de los infectados con el coronavirus, o de insuflar luz solar en el cuerpo de los pacientes, podría ser por derecho propio, la imagen de la semana.
Este viernes, Trump ha intentado sanear su imagen.
Ha dicho que intentaba ser sarcástico. ¿Sarcástico son su equipo? preguntó una reportera y Trump respondió: “No, no, les pedí que averiguaran sobre el sol y el desinfectante en las manos. Si el sol podría ayudarnos”.
Miente, no fue eso lo que vimos todos en esos momentos delirantes del presidente.
Como este viernes Trump entró en la fase de desdecirse, la fase de ”donde dije digo, digo Diego…” vamos a aclarar y definir las cosas gracias a los que más saben.
El sarcasmo como figura retórica, casi nunca hace bien. No es positivo.
La Real Academia de la Lengua Española precisa que el sarcasmo es ”burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo”.
Fin de la cita. El diccionario Merriam-Webster da una definición muy similar a su equivalente en inglés.
¿Es eso lo que pretendía Trump?
¿Es eso lo que debe hace un líder político mientras el mundo se desmorona, mientras su país supera los 51.000 muertos y los 890.000 infectados?
Que cada quien responda lo que crea pertinente. Y lo que su conciencia le permita.