(CNN Español) – La pandemia de coronavirus llegó para enfrentarnos a situaciones que nunca hubiéramos imaginado. Muchas de ellas son peligrosas y otras tantas nos parecen simplemente absurdas.
Durante estos meses, cientos de ilustradores y caricaturistas han reflejado esta nueva realidad con sus lápices y pinceles. En ocasiones sus obras nos invitan a la reflexión, y en otras nos ayudan a reírnos de nosotros mismos, aliviando la tensión del encierro.
Les presentamos una selección de obras de artistas de distintos países que nos permiten repasar lo que ha sido nuestra vida desde el momento en que llegó la pandemia.
Sí, una de las primeras lecciones que debimos aprender con el coronavirus fue cómo lavarnos las manos correctamente. Si aún tienes dudas, te mostramos los cinco pasos que debes seguir. Aunque ya lo sepas, es posible que apenas cierres la canilla te preguntes si lo hiciste bien y si tocar esa canilla no es un problema nuevo. Este tipo de pensamiento que hace que acciones sencillas se vuelvan complejas es el que captó el chileno Alberto Montt en sus dosis diarias que publica en Instagram.
Las calles se empezaron a vaciar y a quedar en silencio a medida que la mayoría de los países -la excepción más conocida es Suecia- imponían el confinamiento obligatorio. Para muchos esa medida significó la pérdida de la libertad. Así lo interpretó el venezolano Eduardo Sanabria, EDO, en esta ilustración:
Quedarnos en casa tiene altos costos económicos y de salud. Días atrás la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que el impacto de la pandemia en la salud mental ya es “extremadamente preocupante”. Ansiedad, depresión y síndrome de estrés post traumático son algunas de las consecuencias del coronavirus. A Steinberg le bastaron apenas unos trazos para expresar a la perfección lo que pasa por las cabezas de muchas personas ahora mismo:
Es que el coronavirus es un verdadero cuento de terror. Así lo muestra el ecuatoriano Xavier Bonilla, conocido bajo el sobrenombre “Bonil”, que apeló a un recurso muy usado a nivel gráfico durante la pandemia: personificar al coronavirus convirtiéndolo en un personaje que camina, lee, habla. Y que, por supuesto, nos da miedo:
De tratamientos efectivos y sugerencias peligrosas
¿Recuerdas cuando Donald Trump sugirió que los científicos tal vez querrían explorar la posibilidad de introducir luz ultravioleta dentro del cuerpo para matar la infección por covid-19 o que deberían considerar el uso de desinfectante que “lo elimina en un minuto… mediante inyección en el interior, casi una limpieza”? Las autoridades competentes en la temática tuvieron que advertir rápidamente a la población que no lo hiciera, pero eso no quita que los caricaturistas se hayan perdido el momento. Un ejemplo es esta obra del artista de origen cubano Edel Rodríguez:
Las energías de investigadores de todo el mundo están puestas en el desarrollo de una vacuna y de pruebas para detectar el covid-19 que sean rápidas y accesibles. Este es un tema recurrente en las caricaturas que aborda también el argentino “Tute”, Juan Matías Loiseau, que nos invita a reinterpretar las declaraciones de amor en tiempos de pandemia:
¿Preparado para la videollamada?
La pandemia sumergió a millones en el mundo del teletrabajo. Algunos ya no volverán a las oficinas si así lo prefieren. Otros están retornando a medida que se normaliza la circulación en las ciudades. Este tiempo nos obligó a relacionarnos a través de las videollamadas. Para algunos incluso implicó aprender cómo cuidar la luz y posicionarnos correctamente frente a la cámara. La pregunta es, ¿qué dejamos por fuera de la cámara? Sobre este tema dibujó Ángel Boligan, artista cubano radicado hace años en México que nos desvela el caos -y a menudo la ausencia de pantalones- detrás de la sonrisa que proyecta la pantalla.
El coronavirus nos enfrenta a grandes contradicciones, por ejemplo en el respecto al acceso a los alimentos. Mientras que la pandemia podría llevar a la pobreza extrema a 60 millones de personas, hay otros tantos que engordan como resultado de la quietud y cambios en la alimentación. Hemos escuchado en innumerables ocasiones que es necesario aplanar la curva de contagios del coronavirus. No se trata solo de esa curva. En las redes sociales ha proliferado el humor sobre la otra curva que muchas personas tendrán que aplanar cuidando la dieta y haciendo ejercicio. Si no lo hacen, les puede pasar lo que imagina el colombiano Julio César Gonzalez:
La “nueva normalidad” de playas y mascarillas
Con o sin panza, muchos decidieron volver a la playa estos días en Estados Unidos. Ron Hauge, guionista de televisión y productor conocido por programas tan míticos como Los Simpsons y Seinfeld, también dibuja y en su cuenta personal de Instagram nos permite conocer sus agudas reflexiones sobre la pandemia. A comienzos de mayo publicó una caricatura sobre las playas muy adecuada a las noticias que pudimos leer en las últimas horas. Con la inscripción “El sábado es día de playas, ¡querrás quedarte para siempre!”, esta fue la perspectiva que mostró a sus seguidores:
Uno de los cuidados fundamentales para volver a las calles es el uso de la mascarilla. Moderna de Pueblo, una iniciativa que llevan adelante los españoles Raquel Córcoles y Carlos Carrero, hace una radiografía del mal uso de los tapabocas que uno puede encontrar en la calle y nos recuerda que, por el momento, nadie quiere ver nuestras sonrisas en público.
Hasta aquí 10 caricaturas sobre lo que ha sido nuestra vida de pandemia. La que resta tiene que ver con el futuro. En marzo todavía no teníamos tan claro que probablemente debamos convivir con el virus por mucho tiempo, como ha advertido la OMS, y que el distanciamiento social forma parte de la nueva normalidad. Ese mes publicó el español Alfonso Casas esta ilustración sobre los abrazos. Sea cuando sea, estamos de acuerdo: no nos van a dar los brazos para todos los abrazos que daremos cuando esto acabe.