(CNN) – La sexta extinción masiva no es una preocupación para el futuro. Está ocurriendo ahora, mucho más rápido de lo esperado, y es completamente nuestra culpa, según un estudio publicado el lunes.
Los humanos ya han borrado a cientos de especies y llevado a muchas más al borde de la extinción a través del comercio de vida silvestre, la contaminación, la pérdida de hábitat y el uso de sustancias tóxicas. Pero los hallazgos publicados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) muestran que la tasa de extinción de las especies se ha acelerado en las últimas décadas.
Gerardo Ceballos González, profesor de ecología en la Universidad Nacional Autónoma de México y uno de los autores del estudio, dijo que aproximadamente 173 especies se extinguieron entre 2001 y 2014.
“173 especies es 25 veces más especies extintas de lo que cabría esperar bajo la tasa normal de extinción”, le dijo a CNN en un correo electrónico. Él y su equipo descubrieron que en los últimos 100 años, más de 400 especies de vertebrados se extinguieron. En el curso normal de la evolución, tales extinciones habrían tomado hasta 10.000 años, dijeron.
Las extinciones masivas son tan severas como su nombre lo sugiere. Ha habido cinco eventos de extinción masiva en la historia de la Tierra, y cada uno eliminó entre el 70% y el 95% de las especies de plantas, animales y microorganismos. El más reciente, hace 66 millones de años, vio desaparecer a los dinosaurios.
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Los eventos pasados fueron causados por alteraciones catastróficas del medio ambiente, incluidas erupciones volcánicas masivas o la colisión de un asteroide. La sexta extinción masiva, la que está ocurriendo ahora, es diferente: los científicos dicen que es causada por los humanos.
“Es completamente nuestra culpa”, dijo Ceballos González.
La extinción engendra extinciones
Si bien la vida en la Tierra se ha recuperado después de cada uno de estos eventos, tomó millones de años restaurar la cantidad de especies.
“Aunque solo se estima que el 2% de todas las especies que alguna vez vivieron están vivas hoy, el número absoluto de especies es mayor ahora que nunca antes”, dijeron los científicos. “Fue en un mundo tan biológicamente diverso que nosotros evolucionamos, y es ese mundo el que estamos destruyendo”.
Ceballos González y sus colegas dijeron que muchas de las especies que están al borde de la extinción se concentran en las mismas regiones diezmadas por el impacto humano.
Cuando una especie en el ecosistema desaparece, erosiona todo el ecosistema y empuja a otras especies hacia la aniquilación. Los investigadores usan anfibios como ejemplo de este fenómeno. Cientos de especies de ranas y sapos están sufriendo disminuciones de población y extinciones debido a la enfermedad por hongos quítridos, que a veces se propagan a nuevas áreas a causa de los humanos. El cambio climático probablemente empeora el problema.
Esta interdependencia de diferentes especies también es una mala noticia para los humanos.
“Cuando la humanidad extermina poblaciones y especies de otras criaturas, está aserrando la rama sobra la que está sentada, destruyendo partes funcionales de nuestro propio sistema de soporte vital”, dijo Paul Ehrlich, un conocido profesor de Stanford que escribió el controvertido libro de 1968 “The Population Bomb” y es coautor del nuevo estudio.
Los investigadores también dijeron que la actual crisis de coronavirus muestra cómo la imprudencia con la que las personas tratan el mundo natural puede ser contraproducente. Muchas de las especies en peligro de extinción o al borde de la extinción están siendo diezmadas por el comercio de vida silvestre.
“Creemos que el reciente brote de coronavirus está relacionado con el comercio y el consumo de vida silvestre en China”, dijeron. “La prohibición del comercio de vida silvestre impuesta por el Gobierno chino podría ser una medida de conservación importante para muchas especies al borde de extinguirse, si se impone correctamente”.
Los investigadores dijeron que estos datos destacan la urgencia con la que el mundo necesita actuar.
A finales de este año, se espera que el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica establezca nuevos objetivos mundiales para combatir la actual crisis de biodiversidad en las próximas décadas.
En una cumbre de 2010 en Japón, las Naciones Unidas establecieron objetivos similares. Pero el mundo no logró cumplir la mayoría de esos objetivos para 2020 y ahora se enfrenta a tasas de extinción sin precedentes, ecosistemas amenazados y graves consecuencias para la supervivencia humana.