(CNN) –– Cuando se trata de seguridad para los fuegos artificiales, los padres pueden advertirles a los niños que eviten acercarse demasiado.
Sin embargo, lo que las familias pueden no saber es que existen otros riesgos de salud asociados con la activación de los fuegos artificiales. De hecho, algunos de los que están permitidos para consumidores en Estados Unidos liberan toxinas perjudiciales tanto para humanos como para animales, según un nuevo estudio publicado este miércoles en la revista Particle and Fiber Toxicology.
La investigación analizó 12 fuegos artificiales diferentes de minoristas y descubrió que cuando se activaron, cinco de ellos liberaron emisiones de partículas que podrían afectar las células humanas y los pulmones de los animales.
Los consumidores tienden a olvidarse de las toxinas que se liberan, dijo Terry Gordon, autor del estudio y profesor del departamento de medicina ambiental en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York.
“Puede que tú o tu familia estén lanzando muchos fuegos artificiales, y lo hagan de manera segura en lo que concierne a lesiones físicas, pero las personas ignoran que están inhalando altos niveles de metales tóxicos”, indicó Gordon.
Las toxinas provienen de los diversos metales presentes en los fuegos artificiales que los hacen cambiar de color, según la investigación. Por ejemplo, el estudio señaló que los fuegos artificiales azules pueden estar hechos de cobre y los rojos pueden contener estroncio.
Gordon explicó que su estudio no analizó si ciertos colores específicos liberaban más metales tóxicos que otros. Sin embargo, algunos tipos de petardos registraron niveles de toxicidad más bajos. “Los petardos tenían niveles muy altos de aluminio”, dijo Gordon. “En cuanto a la toxicidad, fueron muy bajos”, añadió.
Emisión de plomo
El experimento consistió en encender fuegos artificiales permitidos a los consumidores en una cámara de acero inoxidable, filtrar las partículas con una bomba y luego exponer las células humanas y los ratones a esas partículas.
Gordon señaló que durante su investigación descubrió que dos de los fuegos artificiales emitían partículas de plomo. Y uno de ellos fue 10 veces más dañino en comparación con el control del experimento, de acuerdo al estudio.
Gordon dijo que el fuego artificial emitió partículas de plomo a 40.000 partes por millón, que es extremadamente alto. Normalmente, el plomo no debe emitirse en absoluto, sostuvo.
El Laboratorio Estadounidense de Estándares para Fuegos Artificiales (AFSL, por sus siglas en inglés) es una organización independiente sin fines de lucro que establece estándares voluntarios para los fuegos artificiales de EE.UU. Mientras evalúa estos productos, con el objetivo de garantizar que sean seguros, el laboratorio no lo identifica todo, aseguró Gordon.
“Aunque este laboratorio tiene requisitos para la importación y la seguridad de las pruebas de fuegos artificiales, no es lo suficientemente extenso como para identificar todos los fuegos artificiales que deberían hacerse ilegales”, detalló Gordon.
John Rogers, director ejecutivo de AFSL, explicó que su organización toma muestras al azar de cajas de fuegos artificiales porque el grupo no tiene la capacidad para probar cada caja. Su equipo trabaja en fábricas chinas para garantizar que los fuegos artificiales no solo cumplan con los estándares federales, sino también con los propios estándares voluntarios del laboratorio.
Por ejemplo, las regulaciones federales ordenan que la bola del efecto de caparazón no exceda los 3,8 centímetros de diámetro, pero el AFSL exigió requisitos de seguridad adicionales, según Rogers.
“Hablamos de cuán alto tienen que llegar al aire, cuál es el radio máximo de explosión y cosas de esa naturaleza”, completó Rogers.
Según Rogers, el AFSL supervisa alrededor del 85% al 90% de los fuegos artificiales que se envían desde China a Estados Unidos. En las pruebas, Rogers indicó que su equipo no suele encontrar la presencia de plomo en las muestras.
Posibles efectos: problemas respiratorios
Gordon dijo que su estudio no indagó por los efectos que estas toxinas ––como el plomo–– tienen en el cuerpo, pero aclaró que podrían provocar problemas respiratorios.
“Podría plantear la hipótesis de que las personas podrían, especialmente las más susceptibles como los asmáticos, aumentar los episodios”, señaló Gordon.
Las partículas también pueden tener un efecto negativo en los sistemas respiratorios de los niños, según la Dra. Kristin Van Hook, presidenta de la sección de neumología pediátrica y medicina del sueño de la Academia Estadounidense de Pediatría. Ella sugirió evitar que los niños se ubiquen donde está el humo de los fuegos artificiales.
“Permita que los adultos sean quienes enciendan los fuegos artificiales y permanezcan en contra del viento para que la brisa sople el humo”, indicó Van Hook.
También añadió que ha visto casos de niños con asma que, tras respirar el humo de fuegos artificiales, tuvieron que ir a la sala de emergencias. Van Hook recomendó limitar la cantidad de tiempo que los niños están expuestos a este humo y vigilar cuidadosamente cualquier signo de dificultad para respirar.
Gordon añadió que le gustaría realizar experimentos con humanos en un espectáculo de fuegos artificiales para ver los efectos en tiempo real de las partículas en el cuerpo, pero que en el pasado se enfrentó a desafíos que dificultan las pruebas. Específicamente, la dirección cambiante del viento hace que sea difícil saber dónde ubicarse, dijo Gordon.
“El viento soplaba de cierta manera, así que puse mi muestra en esa dirección”, relató Gordon. “Cuando llegó el momento, era la orientación equivocada”.
Para las familias, Gordon recomendó que sean conscientes de a lo que están exponiendo a sus hijos y que todos deben tratar de mantenerse a favor del viento mientras están cerca de los fuegos artificiales. La industria de fuegos artificiales necesita tener más normas de seguridad, agregó.
“Debido a lo que hemos encontrado, propongo que… se aseguren de importar fuegos artificiales más seguros y que eso es lo que usan los consumidores”, concluyó Gordon.